Usted está aquí: viernes 18 de mayo de 2007 Deportes Fácil triunfo del Pachuca ante un apático y decepcionante Cruz Azul

La Máquina no supo aprovechar la superioridad númerica por expulsión de Mosquera

Fácil triunfo del Pachuca ante un apático y decepcionante Cruz Azul

La virtud de los Tuzos es que tienen juego de conjunto y no de figuras, señaló Marvin Cabrera

CARLOS HERNANDEZ

Ampliar la imagen El argentino Chaco Giménez festeja el segundo gol que anotó por el cuadro hidalguense El argentino Chaco Giménez festeja el segundo gol que anotó por el cuadro hidalguense Foto: Ap

Con pasmosa facilidad Pachuca puso un pie en la final del torneo Clausura 2007 al imponerse 3-1 a un apático y decepcionante Cruz Azul, que para el próximo domingo enfrentará una autentica misión imposible: vencer por tres goles de diferencia al súper líder de la competencia.

Los Tuzos dejaron en el olvido la serie de cuartos de final ante Santos, al que no pudieron vencer, y se acordaron que son un compacto equipo de futbol.

Le robaron el esférico a los Cementeros y les dieron un paseo en el propio estadio Azul, pero los primeros en dudar de su escuadra fueron los propios seguidores celestes, quienes sólo ocuparon tres cuartas partes de su inmueble.

La Máquina sólo pudo anotar gracias a un penal regalado por el árbitro Paúl Delgadillo y no supo aprovechar su superioridad numérica en los últimos 16 minutos del encuentro, ante la expulsión del colombiano Aquivaldo Mosquera, quien había sido una muralla impasable para los inofensivos atacantes locales.

Los azules sólo actuaron como equipo antes del partido cuando mostraron una manta deseando la recuperación de su compañero Edgar Andrade, quien acudió en muletas al juego.

El técnico Isaac Mizrahi trató de sorprender al iniciar con César Villaluz, pero sólo utilizó tres elementos ofensivos: el propio campeón mundial juvenil, Richard Núñez y Jared Borgetti, quienes no tuvieron capacidad para inquietar a los visitantes.

El dominio de Pachuca fue total, quizá hasta insultante, ante unos Cementeros que no sólo carecieron de conjunto, sino hasta de entrega para disputar los balones, como en un partido intrascendente y no en una semifinal luego de 10 años de fracasos.

El partido se empezó a definir al minuto 20 en un tiro de esquina que Mosquera alcanzó a prolongar a segundo palo, donde Gabriel Caballero conectó con la cabeza para el 1-0. Los celestes exigieron un empujón de Juan Carlos Cacho sobre Joel Huiqui pero el árbitro ni los escuchó.

Cruz Azul no tuvo poder de respuesta y tan solo logró un disparo de Núñez que Miguel Calero desvió a una mano.

La debacle llegó al 32 por un error de Julio Domínguez, a quien Christian Giménez le quitó fácilmente el esférico e ingresó al área y fue jalado por Huiqui para un penal. El propio argentino logró el 2-0 con tiro a la izquierda de Oscar Pérez quien se lanzó al lado contrario.

La porra local le copió un cántico a la de Pumas al gritar "¡pongan huevos, azules pongan huevos!", mientras a la abanderada Isabel Tovar le aventaron una botella de refresco, ya que había marcado varios fueras de lugar, por cierto acertadamente.

El silbante le devolvió la vida al equipo local al marcar un penal en un clavado de Huiqui. Borgetti acortó a 2-1 al expirar el primer tiempo (46).

Para el complemento Mizrahi buscó desesperadamente ir al frente e ingresó a Miguel Sabah y a Gabriel Pereyra, pero a Cruz Azul no le faltaban elementos ofensivos sino futbol.

Por su parte, Enrique Meza ingresó a su amuleto Damián Alvarez, al 58, y sólo tres minutos después el argentino respondió a la confianza al originar el mejor gol del partido en una veloz incursión por banda izquierda y toque preciso a la llegada del Chaco Giménez, quien de un punterazo venció al indefenso Conejo.

Cruz Azul se perdió por completo y y ya sólo tuvo un tiro al poste de Richard Núñez.

Algunos celestes salieron cabizbajos y llorosos, pero otros respondieron a los insultos de sus aficionados.

En el equipo visitante Marvin Cabrera expresó que el partido de regreso lo jugarán sin confiarse y destacó que la virtud del Pachuca es que tiene juego de conjunto y no figuras.

Y mientras Mizrahi admitió que realizaron el peor partido del torneo, Borgetti aseguró que no están muertos y que deberán sacar el orgullo para remontar.

Se quejó de que los aficionados "nos respondieron con mentadas" cuando se fueron a despedir al final del partido y señaló que deberían ser conscientes de que juegan a ganar y que les duelen esas expresiones.

 
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