Con una cinta estrenada en Estados Unidos se inicia la segunda jornada del festival
David Fincher lleva a Cannes Zodiac; destructiva obsesión por un asesino
Ampliar la imagen Chloe Sevigny, protagosnista de Zodiac, posa para la prensa en la segunda jornada del Festival de Cannes Foto: Reuters
Cannes, 17 de mayo. En tiempos en los que series de televisión como CSI convierten la investigación criminal en una ciencia con la depurada exactitud de las matemáticas, y la justicia triunfa irrefutablemente, el estadunidense David Fincher recupera el caso abierto de un asesino en serie que aterrorizó San Francisco en los años 60-70 en Zodiac, que hoy presentó a concurso en Cannes.
El caso del violento asesinato que enviaba cartas a los medios de comunicación para hablar de sus crímenes marcó sobre todo la vida de las personas que lo investigaron y en especial del escrupuloso detective Dave Toschi (Mark Ruffalo), así como del periodista del San Francisco Chronicle Paul Avery (Robert Downney Jr.) y su compañero de redacción, el tímido dibujante de viñetas Robert Graysmit (Jake Gyllenhaal).
A este trío, que borda su trabajo, se suman en el reparto los nombres de Chloe Sevigny, Brian Cox o Anthony Edwards, que hacen vibrar este thriller que cuestiona además el papel de la prensa y evoca el espíritu de películas como Todos los hombres del presidente.
Basada en el bestseller de Graysmith, Zodiac está rodada con un ritmo casi incompatible con la densidad del guión y ofrece una maravillosa reconstrucción de la época.
En rueda de prensa, Fincher, director de Seven o Fight Club, aseguró que no quería volver a rodar una pelícla sobre asesinos en serie y explica que en esta cinta sólo los primeros 25 minutos se enmarcan en ese género. Las dos horas y diez minutos restantes se centran en el papel de la prensa y en la obsesión destructiva de los protagonistas.
Fincher subrayó que la película habla de las cosas que nos dan miedo y la búsqueda de algún tipo de verdad.
El actor Mark Rufallo, cuyo personaje ha inspirado series de televisión como Las calles de San Francisco o Columbo, y parcialmente películas como Harry el sucio o Bullitt, destacó por su parte la aproximación sociológica al caso pues su personaje, el detective Toschi, trabajaba con evidencias siempre en el marco de la ley, aunque ello torpedeara la investigación.
Y expresó además su deseo de que también en la actualidad se hubiese sido más diligente en la búsqueda de pruebas y antes de ir a la guerra de Irak.
Si las palabras de Rufallo dan pie a la reflexión, bien diferente estuvo en la rueda de prensa Jake Gyllenhaal, quien mostró su faceta más jovial con divertidos comentarios.
Estrenada ya en Estados Unidos, donde las buenas críticas no han ido acompañadas de una taquilla llamativa, Zodiac es la primera cinta presentada en competición de la amplia representación estadunidense que este año concurre por la Pama de Oro y en la que figuran los nombres de ganadores de ese premio como Gus Van Sant o Quentin Tarantino.
La edad de oro
Entre dos "monstruos", Wong Kar Wai y David Fincher, el Festival de Cannes propuso este jueves una película modesta, la rumana 4 meses, 3 semanas y 2 días, relato crudo de un aborto ilegal en la Rumania de los años ochenta, que arrancó dos tandas de aplausos respetuosos en el pase de prensa.
La película es el primer capítulo de una serie: Cuentos de la edad de oro, que el director Cristian Mungiu, de 39 años, tiene la intención de realizar a partir de sus vivencias de veinteañero.
En este caso, se trata de un aborto practicado por una estudiante que comparte cuarto con una amiga en una ciudad universitaria de provincias. Las dos muchachas recurren inocentemente a un "especialista" que les hará vivir una pesadilla.
Mungiu opta por una gran sobriedad narrativa, sin alardes de cámara, recurre a colores desvaídos, tonos entre grises y verdosos, una luz irreal. El resultado parece tallado con escalpelo.
Los personajes hablan bastante, pero la película contiene también muchas ideas visuales: el conjunto deja una sensación persistente de sordidez.
"Una ley prohibió el aborto en 1966 y el efecto fue inmediato, el número de niños en las clases pasó de 28 a 36, las clases en las escuelas aumentaron de dos a diez, las mujeres empezaron a recurrir a los abortos ilegales y las estadísticas señalan medio millón de muertas", explica el director.
"En este contexto, el aborto perdió toda connotación moral y se percibía como un acto de rebelión y resistencia contra el régimen comunista" añade.