Atribuye distorsiones en políticas públicas a excesiva influencia de grupos de interés
BM: para crecer México debe eliminar monopolios poderosos
La concentración del mercado y de la riqueza se traduce en influencia política, que debilita la gobernabilidad
Destaca como el ejemplo más notable la privatización de telecomunicaciones
Si México desea mejorar la gobernabilidad, impulsar la democracia y lograr un crecimiento sostenido, ''deberá deshacerse de los grupos de interés y monopolios poderosos'', sostiene el informe Gobernabilidad democrática en México: Más allá de la captura del Estado y la polarización social, elaborado por el Banco Mundial.
Yasuhiko Matsuda, quien encabezó el estudio, señaló que el ejemplo más notable ''es la privatización del sector de las telecomunicaciones, que únicamente sustituyó un monopolio público con uno privado''.
De acuerdo con el reporte, las ''distorsiones'' en las políticas públicas se deben a la excesiva influencia de grupos de interés de sindicatos como el Nacional de Trabajadores de la Educación, y élites económicas como los líderes de las telecomunicaciones, sobre todo de la telefonía, ''quienes capturan la relación entre liderazgo político y los ciudadanos''.
Matsuda agregó que la concentración del mercado y de la riqueza en pocos sectores ocasionan que ''el terreno de juego en la política mexicana esté lejos de ser nivelado. (Pues) el poder económico se traduce en influencia política, debilitando el peso relativo de la preferencia del elector promedio en el proceso político''.
Señaló que la influencia de dichos grupos de poder se debe a su capacidad de intervenir en el diseño de políticas públicas, en especial para atacar u obstaculizar funciones o fuentes de ingresos claves para el Estado, o a la de comprar el apoyo de políticos con su influencia financiera.
Refiere que para que México comience su ''segunda transición hacia la gobernabilidad democrática efectiva'', requiere reducir la ''creciente polarización social y superar los obstáculos sociopolíticos'' que generan los grupos de poder en el país.
El análisis subraya que aunque el gasto público en México ''se ha inclinado más a favorecer a los pobres'', así como a la cobertura de los servicios sociales básicos como salud y educación, no se han logrado disminuir los niveles de pobreza ni la inequidad social.
''Llama la atención que la transición democrática en México aún no haya logrado reducir los niveles de pobreza y la falta de equidad social, factores que en última instancia condicionan las posibilidades de crecimiento para el país'', aseguró Roby Senderowittsch, especialista en Desarrollo Institucional del BM.
Agregó que en México ''existen dos mundos'', uno, la minoría, con acceso al desarrollo económico y social, y el otro, en el que están la mayoría de los electores, que no tiene acceso al progreso.
Otro ejemplo de ello, advierte el informe, es que aunque las reformas con ''orientación de mercado'' realizadas en los años 90, como la apertura comercial a través del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, ''han traído muchos beneficios para la economía mexicana, en algunos casos, esas mismas reformas no han sido igualmente eficaces en aumentar la competitividad del país''.
Ante ello, el informe revela que la agenda de reformas pendientes ''sigue siendo larga, y la calidad, equidad y eficacia de esos servicios (sociales), incluida la seguridad pública, aún pueden ser mejoradas. Los desafíos de la política que todavía enfrentan México no son triviales''.
El reporte del BM también resalta que el proceso democrático en México está debilitado, por lo que su reforzamiento será otro de los retos para que el Estado mexicano demuestre su ''eficacia''. Refiere que dicho debilitamiento se ha presentado por ''la incapacidad del gobierno para lograr la aprobación de las reformas estructurales pendientes'', sobre todo por la dificultad para el Ejecutivo federal de alcanzar consensos. Aunque no atribuye lo anterior a un gobierno dividido, sino que considera que la falta de consensos se debe a ''ciertos costos de política donde los intereses creados son poderosos''.
En torno a los procesos electorales, advierte que aunque las elecciones competitivas ''han dado voz a los ciudadanos comunes, aumentando su capacidad para enfrentarse a políticas basadas en intereses particulares, la capacidad de los grupos de interés para movilizar la resistencia fuera de los escenarios electorales y legislativos formales mitiga el impacto positivo de la rendición de cuentas sobre las elecciones''. Por ello, propone medidas de transparencia para mejorar el sistema de rendición de cuentas en el ámbito electoral.
''Una de las formas que podría ser efectiva para controlar la influencia de grupos poderosos sería fortalecer la rendición de cuentas electoral en la política mexicana, a través de medidas de transparencia que permitan que el público general escrute su conducta política. Otra sería considerar la eliminación de la regla electoral que prohíbe a los legisladores ser reelectos por periodos consecutivos'', propone el BM.
Asimismo, exhorta al gobierno a tomar medidas para establecer la credibilidad entre los electores que pertenezcan a grupos opuestos, las cuales podrían centrarse en ''dar a conocer un programa visible para fortalecer la autonomía jurídica de diversas instituciones gubernamentales''.
Otras recomendaciones son que se promueva el desarrollo socioeconómico en las regiones pobres, fortalecer la independencia del Estado de los grupos de poder para dar imagen de neutralidad, mantener la independencia del IFE, que exista alternancia partidista en el poder, que surjan medios de comunicación ''independientes'', que se promueva una mayor participación de los mexicanos y que el Congreso de la Unión tenga autonomía y no responda a intereses partidistas.