Usted está aquí: viernes 11 de mayo de 2007 Opinión El Foro

El Foro

Carlos Bonfil

Verano 04

Ampliar la imagen Fotograma de la película Verano 04 del director elemán Stefan Krohmer Fotograma de la película Verano 04 del director elemán Stefan Krohmer

UN CUENTO MORAL. El joven realizador alemán Stefan Krohmer ofrece en Verano 04 la crónica de un despertar sexual, el de la muy prematura Livia (Svea Lohde), niña de 12 años, quien durante unas vacaciones en la costa norte alemana, trastorna la existencia de la familia de su novio adolescente. A la manera de uno de los cuentos morales del francés Eric Rohmer, tetralogía de filmes ambientados en cada una de las estaciones del año, pero con una manera más directa de presentar aquí la sexualidad en el entramado de las relaciones afectivas, Verano 04 es ante todo un buen estudio de personajes. En primer término, Miriam (Martina Gedeck), mujer de cuarenta años, de carácter emprendedor y recio, madre de Niels, el joven novio de Livia, y esposa del muy apuesto André (Peter Davor), recelosa de la presencia inquietante de la niña que ha aceptado cuidar durante las vacaciones, recelosa también de su poder de seducción y de su dudosa inocencia. Cuando a este universo doméstico llega Bill (Robert Seeliger) un forastero amigo de Niels, proveniente de Estados Unidos, las relaciones afectivas se complican, encaminándose a desenlaces dramáticos.

EL CHOQUE GENERACIONAL es inevitable. Después de la caída del muro de Berlín, el tema es recurrente en la ficción literaria, en el teatro y en el cine alemanes. El comportamiento de Miriam y su esposo, su libertad personal, la tolerancia que viven en su relación de pareja, están fuertemente ligados a su condición social privilegiada y a una formación liberal en los años ochenta, al día siguiente de la llamada liberación sexual. El adolescente Niels parece, en cambio, vivir en un estado de apatía permanente. Es poca la comunicación con sus padres, en todo caso muy deficiente. Su novia es más simpática y afable, pero igualmente inasible en su comportamiento y en su actitud frente a la vida. La carga sexual que de ella se desprende, es un fenómeno que parece tenerla sin cuidado, como tampoco parece importarle demasiado el efecto que provoca en su entorno. Por ello, la llegada de un ser como Bill, alejado por largo tiempo de Alemania, con una educación más estadunidense que europea, y dotado de un poderoso magnetismo erótico, será el detonador de una crisis existencial que el realizador Stefan Krohmer y su guionista Daniel Nocke analizan minuciosamente. Tanto así que la cinta transcurre con morosidad y sin mayores eventos, excepto las salidas en bote, los paseos, los escarceos eróticos entre clandestinos y abiertos, y un clima generalizado de recelo que produce cierta tensión dramática. En sus mejores momentos, Verano 04 remite a un ritmo de espera inquietante, como en Cuchillo en el agua (1962), de Roman Polanski, sin alcanzar empero la agudeza narrativa del realizador polaco. Destaca de modo especial la interpretación de Martina Gedeck, actriz muy popular en Alemania, que tiene un papel notable en Las partículas elementales (2005), de Oskar Roehler (según la novela homónima de Michel Houellebecq), película inexplicablemente sin distribución en México. Gedeck encarna en Verano 04 a una Martina seductora, verdadera maestra de la manipulación sexual y afectiva. En su conjunto, este relato estival podría sugerir una parábola sobre la pérdida de la inocencia, salvo que, vista con detenimiento, dicha virtud parece fuera del alcance de casi todos los personajes en escena. Una cinta sensible y pulcra, con una debilidad manifiesta por la introspección sicológica.

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