Petete y la alquimista se incluirá en un libro que publicarán en noviembre
Distinguen un cuento de Gabriela Fonseca, periodista de La Jornada
La entrega de galardones se efectuará el sábado 19 en la capital de Oaxaca
Ampliar la imagen Gabriela Fonseca prepara su segunda novela, con temática ''completamente antirreligiosa'' Foto: Carlos Cisneros
Es el hombre perfecto: no habla, pero sí lee y hace el amor. Tiene un defecto: no tiene alma, es la creación de una niña que creyó en la alquimia y lo formó a partir de semen de hombre y estiércol de caballo. Primero fue el muñeco de la alquimista, después su compañero de juegos y al final su amante.
Este es en pocas palabras el argumento del cuento Petete y la alquimista, de la periodista Gabriela Fonseca, que resultó mencionada en el tercer Concurso Mano de Obra relato Breve, convocado por el Instituto de Comunicación y Cultura, con sede en Oaxaca.
Los ganadores del premio en efectivo y publicación de la obra son José Antonio Ramos Revilla, Hugo Alfredo Hinojosa y Didier López Carpio, con 7 mil, 4 mil y 2 mil pesos, respectivamente.
El jurado, avalado por el Centro de las Artes de San Agustín, recomendó para su publicación los relatos breves de Gabriela Fonseca, periodista de La Jornada; Paola Tinoco, Carlos Underwood Martínez, Hugo Alfredo Hinojosa (con dos cuentos más); Luis Pérez Amezcua, Mariana Rergis, José Sánchez, Alexis de Ganges, Alejandro Cano, Vicente Alfonso, y Alí Gardoqui. Los 18 cuentos serán publicados en un libro que saldrá el próximo noviembre.
Un ser sin alma
Petete y la alquimista es en realidad el germen de la primera novela que Fonseca publicó hace unos meses: Peso Muerto. ''Se trata de una niña de 10 años que lee mucho, es muy solitaria y comienza a interesarse en los alquimistas, los conceptos que no entiende los busca en el diccionario, como acrisolar o piedra filosofal. Lo que más llama su atención es leer que los alquimistas podían hacer un niño sin alma al acrisolar semen de hombre en estiércol de caballo. Así se formaba un niño pequeño, pero sin alma, porque no había sido hecho por Dios, y ella se obsesiona con esa idea", dice la escritora.
A los 12 años, es cuando la alquimista logra crear ese ser sin alma que ''primero es como un muñeco, como un hermanito, después es un compañero de juegos, de lectura; no habla pero aprendió a leer y, eventualmente, cuando los dos crecen, se vuelven amantes. Tampoco habla pero aprende a hacer el amor solito, así como aprendió a leer. Es como una especie de hombre perfecto, que no habla, lee y hace el amor".
Al principio, agrega Fonseca, ''es un relato cómico, aunque el final es un poco triste, porque la alquimista llega a la conclusión de que Petete no tiene alma y si ella no se puede relacionar con nadie que no sea él a lo mejor ella tampoco tiene alma".
Y mientras se publica este relato breve, Fonseca se dedica a una nueva novela con una temática ''completamente antirreligiosa".
La entrega de los premios será el sábado 19 de mayo en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, en la capital de ese estado.