Usted está aquí: viernes 11 de mayo de 2007 Cultura El Aire, una década de gestionar y difundir proyectos artísticos y educativos

Nos mantenemos a flote con apoyo de la iniciativa privada, indica Emiliano Gironella

El Aire, una década de gestionar y difundir proyectos artísticos y educativos

Las galerías venden, pero no documentan nuestra obra, dice Carmen Parra

''Preservar la memoria, deber de todos''

GERMAINE GOMEZ HARO ESPECIAL

Ampliar la imagen Un aspecto del interior de la casa en la colonia Tizapán, delegación Alvaro Obregón, que ocupa El Aire, Centro de Arte, espacio independiente fundado hace una década por Carmen Parra y su hijo Emiliano Gironella Parra. La celebración incluye varias actividades culturales Un aspecto del interior de la casa en la colonia Tizapán, delegación Alvaro Obregón, que ocupa El Aire, Centro de Arte, espacio independiente fundado hace una década por Carmen Parra y su hijo Emiliano Gironella Parra. La celebración incluye varias actividades culturales Foto: Pablo Aguinaco

Ampliar la imagen Emiliano Gironella en el jardín del inmueble sede del El Aire, donde mañana abrirá su exposición Hijo de su propia muerte, en el contexto del décimo aniversario de ese espacio Emiliano Gironella en el jardín del inmueble sede del El Aire, donde mañana abrirá su exposición Hijo de su propia muerte, en el contexto del décimo aniversario de ese espacio Foto: Carlos Cisneros

Creado por los artistas plásticos Carmen Parra y Emiliano Gironella, El Aire, Centro de Arte cumple este sábado 10 años de actividades.

Asimismo, se ha consolidado como un espacio alternativo e independiente cuyo objetivo es la promoción, difusión y gestión de proyectos artísticos y educativos.

Al respecto, la incansable, tenaz y guerrera Carmen Parra hace un recuento, para La Jornada, de la labor realizada contra viento y marea a lo largo de esta década.

-¿Cómo surgió este proyecto?

-Como todos mis proyectos y locuras, El Aire surgió de la desesperación. Aunque esto no quiere decir que la desesperación se haya atenuado (ojos pizpiretos y risas traviesas).

''En este país todos los artistas vivimos en la desesperación. Es muy difícil conseguir apoyos y la mayoría de los creadores nos hacemos bolas con nuestro trabajo. Las galerías se encargan de vender, pero no de documentar nuestra obra ni de dar seguimiento a nuestros proyectos.

''El Aire nació hace 10 años, cuando por primera vez conocí a una contadora -ni siquiera sabía que existían- quien ofreció ayudarnos a ordenar nuestra obra y archivos. Yo acababa de heredar de una tía la casa en la calle de Reforma, en Tizapán, y me entusiasmaba la idea de hacer ahí un proyecto cultural.

''El terreno donde se encuentra el inmueble fue parte de una gran propiedad que perteneció a Miguel Covarrubias, cuya mujer, Rosa, heredó al arquitecto Luis Barragán. Este, a su vez, lo fraccionó y mi tía Alicia -quien fue alumna de Seki Sano- compró dos lotes, construyó su casa y creó la escuela teatro-estudio, donde participaron Alejandro Jodorowsky y muchos artistas e intelectuales de la época.

''Nos asociamos con la contadora Ofelia Pallares, acondicionamos el lugar y dimos inicio a esta aventura.''

Idealismo, más que negocio

-Ya sabemos que en este país, lamentablemente, es difícil que los proyectos culturales tengan continuidad. La mayoría muere en el intento. ¿Cómo han logrado consolidarse?

-Ante todo sobrevivimos porque somos, más que otra cosa, idealistas. Seguimos creyendo en el amor y la vocación al arte. Pretendemos ser un proyecto autosuficiente, más que un negocio, pero ha sido muy complicado. Sin embargo, aquí estamos y hemos salido adelante gracias a nuestro trabajo y creatividad.

''Poco a poco -prosigue Carmen Parra- El Aire se ha convertido en un pequeño centro cultural.

''Actualmente contamos con el espacio de exhibición, donde presentamos nuestro trabajo y el de artistas invitados; con muchas dificultades logramos por fin albergar la biblioteca Esto es gallo, de Alberto Gironella; estamos inaugurando el Taller de Gráfica Editorial Caleidoscopio, donde invitaremos a participar a los artistas interesados, y contamos con un jardín de esculturas.''

-¿Qué hace diferente a El Aire de las galerías convencionales?

-Principalmente el hecho de que las galerías son manejadas por profesionales en el mundo de los negocios y nosotros no dejamos de ser unos idealistas. De plano nos fallan los mecanismos comerciales, aunque yo he aprendido mucho de mi hijo Emiliano, pues los jóvenes ya tienen otra relación con el comercio del arte. A mí me educaron a la antigüita y mi papá decía que era de muy mal gusto hablar de dinero. ¡El tema estaba prohibido en la casa! Por eso todavía hoy me da pena cobrar, pero menos mal se me ha ido quitando. También influye el hecho de que me tocó vivir con dos artistas absolutamente anarquistas: mi padre y Gironella. Ninguno de los dos hizo concesiones y por eso son creadores marginales. Ahora es distinto y hemos logrado hacer alianzas con personas que se han interesado en ayudarnos a llevar a cabo nuestros proyectos y, así, hemos podido aterrizar gran parte de nuestros sueños.

-Háblenos de esos sueños que se han hecho realidad.

-Durante tres años trabajamos con el grupo Origina, de los Gilardi. Con ellos organizamos numerosas exposiciones y editamos catálogos. Fue un gran apoyo para muchos artistas que comenzaban. Nuestra alianza se llamó Dónde se Origina el arte, en El Aire Centro de Arte, y también abrimos una galería en San Miguel Allende, pero no prosperó. Después nos separamos de ellos y hemos seguido en forma independiente. Nuestro último traspié fue con el curador Hilario Galguera, a quien presentamos con Demian Hirst, para organizar con él una exposición, pero cuando se concretó el trato, ¡nos dejaron fuera del asunto! Increíble, pero cierto. Ahora trabajamos con Mayra Nakatani, quien tiene mucha experiencia en la curaduría de exposiciones, pues tenía una galería, y hemos creado el concepto de ''exhibiciones exprés", que duran pocos días.

''Mayra es muy organizada y gracias a su gestión acabamos de recibir una beca de apoyo para comenzar a clasificar la biblioteca de Alberto Gironella y terminar de ordenar su archivo personal. Yo misma he solicitado la beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes como tres veces, pero nunca me la han dado, no entiendo por qué.''

-Además de todos los proyectos personales que desarrollan Emiliano y usted, desde la muerte de Gironella, se han dedicado a preservar su legado y a difundir su obra mediante varias exposiciones en el país y en el extranjero. Fue particularmente importante el gran homenaje que se llevó a cabo en Bellas Artes con nuestra querida Mercedes Iturbe. Y, respecto de la idea que tanto entusiasmaba a Alberto de crear un museo en la casa de Valle de Bravo, ¿qué ha pasado?

-Lamentablemente no hemos tenido respuesta de las autoridades. Gironella dejó un corpus de obra importante para conformar ese museo, y la idea es que el municipio adquiera la casa y la acondicione como un pequeño centro de cultura que vendría a complementar las actividades que se desarrollan en Valle de Bravo, como el Festival de las Animas. Tendremos una cita con el secretario de Cultura del estado de México para replantear este proyecto, pues es una deuda con Gironella.

Interés por el arte en la calle

-¿Qué planes se gestan actualmente en El Aire?

-Principalmente, la conclusión de la organización de nuestros archivos. Es una obsesión que me persigue, pues he sido testigo de la descomposición de tantas herencias de artistas famosos como Diego Rivera, Miguel Covarrubias, David Alfaro Siqueiros, Dolores del Río, el maestro Fernando Gamboa, etcétera. En este país no tomamos en cuenta la memoria y eso me preocupa muchísimo, pues debería ser una obligación para todos preservar nuestra memoria cultural.

''En cuanto a actividades, tenemos varias exposiciones programadas. A mí me interesa mucho el arte en la calle y fui la primera en hacer una exposición de arte digital público en Plaza Loreto. Fue todo un éxito y a partir de entonces he incursionado en la reproducción digital de mis obras para curar exposiciones que puedan viajar fácilmente a diferentes lugares públicos.

''Una muestra de esta naturaleza ha recorrido diversas ciudades de Latinoamérica, como Lima, Perú, y Ouro Preto, la joya colonial de Brasil. Ahora estamos diseñando con Lolita Béistegui diferentes propuestas de artistas mexicanos para ser presentadas en los municipios. Esto resulta particularmente interesante, porque irán acompañadas de talleres educativos, pues el tema de la nula enseñanza artística en nuestro sistema educativo es otra de mis tribulaciones. Hemos hecho también reproducciones digitales sobre mosaicos para espacios públicos, como hospitales. Utilizar los nuevos medios para difundir el arte masivamente y propiciar que la gente disfrute y participe más directamente es uno de nuestros retos. Para ello nos hemos unido a dos amigos vascos fabulosos que son Javier Amesti y Carlos Buoco, artistas creativos que se dedican a la imagen corporativa. Ellos han entendido que el arte es buen aliado de la publicidad y nos han ayudado a desarrollar este tipo de proyectos. También nos han abierto las puertas de sus oficinas que se encuentran en una hermosa casa en la calle Colima, en la colonia Roma, donde tendremos nuestro trabajo en exhibición permanente, para aquellas personas a quienes resulte difícil trasladarse a El Aire.

''Finalmente, para la celebración de nuestro décimo aniversario, preparé una exposición de pinturas que ilustran las recetas de cocina del espléndido chef Pablo San Román, del restaurante DO (Denominación de Origen), que se exhibe en el propio lugar desde el miércoles pasado. Esto fue resultado del taller de gastronomía que organizamos en El Aire con otros renombrados chefs, y se invitará a diferentes artistas a pintar las obras culinarias. Esto es parte nuestra visión lúdica y gozosa del arte.

''Diez años se dice fácil. Para un proyecto cultural independiente, significan muchas, muchas horas de dedicación intensa para sacar adelante 141 exposiciones, 36 catálogos y 26 libros.''

Este espacio ha tenido continuidad gracias al inagotable esfuerzo, excelente talante y admirable entusiasmo de nuestra entrañable Carmen Parra y de su hijo Emiliano Gironella. ¡Enhorabuena a El Aire, Centro de Arte, en su primera y fructífera década!


* Se han montado allí 141 exposiciones individuales

MERRY MACMASTERS

Con la premisa de ''organizar a una familia de locos", hace una década la pintora Carmen Parra; su hijo, el también artista Emiliano Gironella Parra, y la contadora Ofelia Pallares, fundaron El Aire, Centro de Arte, en una casa que la primera heredó de su tía, la teatrera Alicia Rodríguez Peña.

Con el paso del tiempo, ese espacio ''híbrido" creció de tal forma que a la galería de arte original se sumó la biblioteca, con un acervo de 15 mil libros que alberga el legado del pintor Alberto Gironella (1929-1999), cuya clasificación cumple con la normatividad del Sistema Nacional de Bibliotecas, una cocina con las dimensiones necesarias para actividades culinarias y un taller de grabado, entre otros espacios.

En esos 10 años se han montado 141 exposiciones individuales, incluido el homenaje nacional que se rindió a Alberto Gironella en el Museo del Palacio de Bellas Artes, y se han presentado 36 catálogos y 29 libros.

Hoy día, El Aire se ha convertido en un proyecto de ''karate", para ''defendernos del caos exterior".

La hija del arquitecto Manuel Parra explica: ''Como somos hijos de artistas anarquistas, y ninguno de ellos perteneció a la mafia cultural, tenemos el triple de trabajo. Porque si hubiera sido cualquiera de los artistas que está dentro del poder sería muy padre, porque los recursos nos hubieran llovido desde el cielo. Pero la posición, desde mi papá hasta Gironella, es de artistas solitarios, entonces, nos ha costado mucho trabajo".

La revista Artes de México prepara una edición sobre el arquitecto Manuel Parra, constructor de casas como la del cineasta Emilio Indio Fernández, en Coyoacán.

''En algunos aspectos -interviene Emiliano Gironella Parra- hemos heredado los enemigos que generaron nuestros antepasados. Tampoco me han dado una beca o he participado en una bienal.

''Entiendo, mi papá básicamente se dedicó a mentarle la madre a todas las instituciones y personas. Entonces, por una parte ha sido muy difícil, porque al final uno cosecha lo que siembra.

''Para mantenernos a flote hemos tratado de generar una pequeña infraestructura de defensa por medio de la iniciativa privada, de contactos personales, para que esto funcione.

''Ahorita, en lo que respecta a mi padre, el último esfuerzo que se va a dar es lo de la casa de Valle de Bravo. Si no hay una iniciativa concreta, tanto la historia de México como el país, van a perder una donación relevante."

Ante la imposibilidad de crear una fundación -labor que, en efecto, ha hecho El Aire- y la falta de interés del gobierno, Emiliano puso la casa en venta.

''He recibido algunas ofertas de particulares, pero no he querido soltarla. Ya el ayuntamiento dijo que pone la mitad, si el gobierno del estado (de México) pone la otra mitad", indica el hijo de Alberto Gironella.

Alberto Gironella, una papa caliente

Para Carmen Parra, el problema es de ''memoria": ''Gironella participó en el grupo de la Ruptura, cuyos artistas tienen un lugar. Pero como él es una papa caliente, no han podido darle un lugar. Entonces, nos cayó a nosotros. La gente no sabe qué hacer con él todavía, porque su obra no es una imagen directa al ojo, sino tiene que haber una cultura para entender lo que uno ve. En la actualidad es difícil alcanzar este esfuerzo porque la gente no tiene las referencias literarias para leer los cuadros".

La primera década de El Aire se festejará mañana, a las 12 horas, con la inauguración de Hijo de su propia muerte, exposición de Emiliano Gironella Parra, cuyo conjunto de metacrilatos y grabados se basan en el célebre poema Muerte sin fin, de José Gorostiza.

El convite también comprende el programa Artistas en residencia, cuyos invitados ''visitan" El Aire con su obra durante una semana, explica Mayra Nakatani, promotora cultural que se sumó al grupo en 2004. La primera en participar es Magali Avila (Distrito Federal, 1970).

Carmen Parra, quien vivió una época en París, montará la exposición Oda a Eiffel el 14 de junio, en el Museo Nacional de las Culturas, como parte del programa Visión del extranjero de los mexicanos.

A raíz de un regalo de Gironella del proyecto de Eiffel, firmado por él mismo, Parra hizo en 1977 una ''especie de happening en las calles parisinas", relativo a la famosa torre.

Diez de estas obras estarán expuestas con igual número de fotografías originales de Pablo Ortiz Monasterio, así como textos del escritor Salvador Elizondo, fallecido en 2006.

Asimismo, la editorial Miguel Angel Porrúa publicará un libro que incluye pintura y dibujos de Parra, con textos de los escritores Hugo Hiriart y Margo Glantz, el cual recuerda la llegada a México de Los caballos de San Marcos, exposición que trajo el promotor cultural Fernando Gamboa al Museo de Arte Moderno.

 
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