Escepticismo de abogados y personal del Ministerio Público
Sin sustento, acusaciones a detenidos en Apatzingán
Apatzingán, Mich., 9 de mayo. Abogados y personal del Ministerio Público Federal aseguraron que las acusaciones del Ejército contra los ocho detenidos el día del enfrentamiento entre presuntos sicarios y militares carecen de sustento jurídico. En tanto, continúan los cateos y operativos en esta ciudad.
''Nadie puede creer lo que dicen los militares de que algunos salieron corriendo de la casa donde se encontraban atrincherados los narcotraficantes, pues había una balacera, granadas y dos de los acusados apenas pueden caminar porque están enfermos'', comentó uno de los abogados.
Hasta la noche de este miércoles continuaban detenidos en la subsede de la Procuraduría General de la República (PGR) Bernardo Arroyo López, Raúl Zepeda Cárdenas, Alejandro Juvenal Guzmán Suástegui, Gustavo Orozco Villegas, Isaías Suástegui Ponce, Miguel Valerio Guzmán y Teresa Valencia González. Visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos aclararon que Martín Coria Rivas no fue presentado ante la prensa, porque fue trasladado al albergue tutelar de Morelia, por ser menor de edad.
María Vargas Tarelo, defensora jurídica de Raúl Zepeda, subrayó que se cometió una injusticia contra su cliente, porque lo engañaron; se suponía que estaría en calidad de testigo y no de acusado. El abogado José Manuel Arteaga García, defensor de Alejandro Juvenal Guzmán e Isaías Suástegui, subrayó que ''la imputación que hacen los militares no aclara bajo qué circunstancias fueron detenidos, sólo señalan que fue en el lugar de los hechos''.
Dijo que cuando se desató la balacera, Isaías Suástegui y su sobrino Alejandro se encontraban en una tienda de forrajes que se localiza a unos metros de donde se dio el enfrentamiento. Lo más grave, enfatizó, es que los golpearon, tanto en el lugar donde fueron detenidos como en la zona militar, donde los tuvieron cerca de 15 horas, porque fueron puestos a disposición de la PGR a la cinco de la madrugada, cuando el enfrentamiento había terminado antes de las 12 horas.
''Les colocaron una capucha para que no reconocieran a quienes los golpeaban''. Cabe señalar que Alejandro presenta varios golpes en el tórax y manifiesta dolor permanente, lo que obligó al médico en turno a solicitar radiografías. En las placas, afirmó, se demuestra que no hay fractura, pero sí daños en los intestinos, de ahí que si se complica la situación tendrá que ser trasladado de emergencia para que lo operen.
En el caso de Martín Coria Rivas, se comentó que el joven de 17 años iba en una camioneta cuando los soldados lo interceptaron en la avenida Insurgentes, muy cerca de la calle de Fray Melchor de Talamantes, pero como traía muy elevado el volumen del autoestéreo no se había dado cuenta de la balacera.
Gustavo Orozco Villegas, de 19 años, es otro detenido; tiene esposa y un hijo de cinco meses. Su suegra, Claudia Sánchez Pineda, manifestó que el muchacho llegó de Huetamo hace aproximadamente un año y casi de inmediato consiguió trabajo para descargar frutas y verduras. Dijo que como habitan una vivienda de tablas, a dos casas donde los presuntos sicarios se enfrentaban con los militares, trató de proteger a su familia, por lo que corrieron con su esposa e hijo a la casa de su suegra, donde se tiraron al suelo. Al concluir el enfrentamiento los soldados lo detuvieron para que declarara. ''Entraron a mi casa, hicieron un reguero de papeles y hasta los 200 pesos que tenía se los llevaron, y eso no lo dicen ellos''.
Bernardo Arrroyo López, de 65 años de edad, es jubilado, diabético y le faltan dos dedos de los pies, por lo que usa zapatos especiales; en los separos sólo lo han dejado utilizar calcetines. El responsable del servicio de radiotaxis Raúl Zepeda Cárdenas, tampoco puede correr, porque está enfermo de la columna y padece asma.
Teresa Valencia González, también vecina de los presuntos sicarios, fue detenida de manera arbitraria, porque no hay ningún elemento jurídico: es madre de 12 hijos y su esposo, Francisco Urbina, mostró su indignación. ''Vivimos de manera sencilla y honesta''. Además consideró injustificable que la fotografía de su mujer haya aparecido publicada en los periódicos locales.
Los visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos manifestaron que en torno a lo acontecido el lunes han recibido aproximadamente 10 quejas contra los militares, ya que cometieron, además de detenciones indebidas, algunos robos, como a Margarito Toledo Cervantes, quien reclama un aparato para medir los niveles de glucosa, ya que es diabético y requiere de revisiones periódicas.
Siguen los operativos
En Apatzingán continúan los operativos y los cateos por parte de militares en busca de armas y sicarios, a raíz del enfrentamiento del pasado lunes. A las 10 de la mañana, un convoy de tres camiones, tres vehículos tipo Hummer, una tanqueta artillada, una camioneta de la Procuraduría General de Justicia del estado y una camioneta de Seguridad Publica, rodearon cuatro cuadras de las colonia Adolfo Ruiz Cortines, donde catearon dos casas.
La primera, en la esquina que forman las calles Monte de las Cruces y Leona Vicario, y la otra en Aldama, sin número. En la vivienda marcada con el número 376 de la calle Monte de las Cruces, el Ejército incautó tres rifles, seis pistolas y ocho bolsas con cartuchos. Se informó que en todos los casos las viviendas revisadas estaban solas y no hay detenidos.
Documentos militares señalan que un hombre que viajaba en una camioneta fue detenido en calidad de sospechoso, pero su nombre no ha sido revelado. En tanto, se detalló que en un cateo en el autolavado Lavatrack fue detenido Jesús Barragán, dueño del negocio, quien continuaba declarando en la subdelegación de la PGR.