Autoridades estatales privilegian a empresas turísticas
Colimilla lleva 10 meses sin agua por conflicto de límites
Ampliar la imagen Obras del complejo turístico Playa Grande, en el municipio de Manzanillo Foto: Verónica González Cárdenas
Manzanillo, Col., 22 de abril. El conflicto limítrofe entre Colima y Jalisco mantiene sin agua la comunidad de Colimilla desde hace 10 meses. Dos veces por semana, el ayuntamiento de Manzanillo envía una pipa para abastecer a los aproximadamente 500 habitantes, quienes se dedican a vender mariscos y ofrecer paseos en lancha.
A un kilómetro del poblado, el lujoso hotel Grand Bay, propiedad de los hermanos Leaño Alvarez del Castillo, dueños de la Universidad Autónoma de Guadalajara, el equipo de futbol Tecos y de varios medios de comunicación, tiene garantizado el líquido, que obtiene del municipio de Cihuatlán, Jalisco.
El conflicto por la posesión de la tierra se inició hace 25 años, pero se recrudeció la semana antepasada, pues el pozo que surtía a Colimilla está seco y debido a la controversia constitucional que mantienen ambas entidades desde 1997 por la delimitación, ni Colima ni Jalisco pueden perforar un nuevo pozo.
El ayuntamiento de Cihuatlán, Jalisco, está interesado en dotar de agua a la zona de La Culebra, donde se ubica Colimilla, pero no para satisfacer las necesidades de los colimenses, sino la de dos lujosos complejos turísticos que empresarios canadienses desarrollan en ese lugar.
Hace 20 años nadie daba un peso por las tierras del ejido El Rebalse, pues su cercanía con el mar las hace poco aptas para la agricultura y la ganadería. Hace 10, sin embargo, comenzaron a tener valor cuando algunos inversionistas se interesaron en desarrollar complejos turísticos.
Algunos ejidatarios de El Rebalse, en Jalisco, vendieron varias hectáreas en 3 millones de pesos, pero su valor se ha sextuplicado, explicó Fernando Manzo, comisario que vive en el ejido junto con un pequeño grupo de familias campesinas dedicadas al cultivo de plátano y coco. La mayoría abandonó el lugar y se fue a vivir al municipio de Cihuatlán.
La construcción de Música del Mar Estates, un complejo turístico que ocupará 20 hectáreas junto al mar, se inició en diciembre de 2003 con una inversión de 40 millones de dólares. Los inversionistas canadienses tramitaron los permisos de construcción ante el ayuntamiento de Cihuatlán, Jalisco.
El 16 de febrero de 2004 el ayuntamiento de Manzanillo y el gobierno de Colima clausuraron la obra, con el argumento de que los empresarios debieron solicitar las licencias a ese cabildo.
Para buscar ''una solución pacífica'', el gobierno de Colima permitió que se reanudaran las obras con la condición de que los empresarios tramitaran los permisos en el ayuntamiento de Manzanillo.
Sin embargo, Cihuatlán interpuso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) una controversia contra Manzanillo por haber clausurado las obras; alegó que Música del Mar Estates se encuentra en Jalisco y que las autoridades colimenses ''habían invadido su territorio''.
El 12 de diciembre de 1997, el entonces gobernador de Jalisco, Alberto Cárdenas Jiménez, demandó al de Colima ante la SCJN para reclamar unos 500 kilómetros cuadrados de los municipios de Manzanillo, Minatitlán, Cuauhtémoc y Comala, donde se encuentran importantes yacimientos de hierro, desarrollos turísticos y el aeropuerto internacional Playa de Oro.
Tiempo después desistió, pero el 4 de febrero de 1998 el gobierno de Jalisco volvió a demandar al de Colima por los mismo motivos. La Corte dio entrada a la controversia con el número de expediente 3/98 y, según versiones de Michel Camarena, el año pasado emitió un proyecto de resolución favorable a Jalisco.
Entre los territorios que Jalisco disputa a Colima se encuentra el paraje La Culebra, que ha provocado conflictos entre los municipios de Cihuatlán y Manzanillo.
En La Culebra se desarrolla un segundo fraccionamiento, Playa Grande, con inversión extranjera. Al igual que Música del Mar Estates, ofrece a sus clientes ''playa con acceso para todos, terrenos con vista al mar, notarios bilingües, entrada de seguridad, instalaciones subterráneas, incluyendo servicio de agua'', a precios que van desde 55 mil dólares.