Rusia, único país que tiene restricciones para instalar arsenales de ese tipo, dice
Propone Putin moratoria al cumplimiento del Tratado de Armas Convencionales en Europa
Ampliar la imagen El presidente ruso dialoga con el ex secretario de Estado estadunidense Henry Kissinger, quien realiza una visita privada a Moscú Foto: Ap
Moscú, 26 de abril. Ante la insistencia estadunidense de instalar cerca de las fronteras de Rusia componentes de su sistema de defensa antimisiles, el presidente Vladimir Putin propuso hoy establecer una moratoria al cumplimiento del Tratado de Armas Convencionales en Europa y amenazó incluso con deslindarse por completo de los compromisos derivados de ese documento.
El mandatario ruso, al formular la advertencia durante la presentación de su informe anual de gobierno en sesión conjunta de ambas cámaras del Parlamento, afirmó que la moratoria "deberá tener vigencia hasta que todos los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sin excepción alguna, lo ratifiquen y cumplan como lo ha hecho Rusia".
El tratado, que se firmó en 1990, limita el emplazamiento de ese tipo de armamento en el territorio de Rusia, mientras la mayoría de los países de la OTAN, subrayó, "se valen de pretextos infundados" para no ratificarlo y, en particular, lo condicionan al retiro de tropas rusas de Moldavia y Georgia.
"Propongo debatir el tema en el Consejo Rusia-OTAN y, en caso de que no haya progreso en las negociaciones, estudiar la suspensión de nuestros compromisos previstos por el tratado", dijo Putin en medio de una ovación.
El titular del Kremlin recordó que Rusia "es el único país que tiene restricciones para instalar armamento convencional en sus flancos", y preguntó: "¿Pueden imaginarse que Estados Unidos aceptase limitar el desplazamiento de tropas en su territorio?"
Aunque formalmente le queda sólo un año de mandato presidencial y éste sería su último informe de gobierno, Putin no quiso hacer un balance de sus siete años al frente de Rusia y dejó abierto el tema de su sucesión, sin aportar ninguna pista sobre el perfil de quién debe, en su opinión, ocupar el Kremlin a partir de mayo de 2008.
Ratificó que no aspira a la relección -ilegal, a menos que se modifique la Constitución- al decir que en la primavera del año próximo "vencen mis facultades presidenciales y el próximo informe de gobierno será presentado por un nuevo jefe de Estado".
Al mismo tiempo, cerró su discurso con una frase que cada quien puede interpretar como mejor prefiera: "No me parece correcto evaluar aquí mi propia gestión, aparte de que es demasiado pronto para hacer mi testamento político".
Y mientras la clase política local trata de descifrar las intenciones de su presidente al terminar su segundo periodo -tanto puede retirarse de cualquier actividad pública como encabezar el consorcio energético más importante del país o instrumentar una fórmula legal para seguir gobernando como, por ejemplo, ejercer de primer ministro con poderes ampliados, en el supuesto de que el Parlamento recorte las funciones del futuro presidente-, Putin dedicó el resto de su informe de hoy a sumar votos para la victoria oficialista en las elecciones legislativas de diciembre siguiente.
En ese sentido, además de anunciar que parte de los ingentes ingresos generados por la venta de petróleo y gas será utilizado en beneficio de los sectores más necesitados de la población que, dijo, "viven todavía en condiciones realmente deplorables", el jefe del Kremlin arremetió contra la oposición y pidió al Parlamento endurecer sin demora las leyes contra "el extremismo", particularmente en mítines y manifestaciones.
Para Putin, "hay quienes usando con habilidad fraseología seudodemocrática quieren devolver el país al pasado reciente. Unos para robar impunemente, como antes, las riquezas nacionales, para saquear a la gente y al Estado; otros, para quitar a nuestro país su independencia política y económica".
Sin mencionar a ningún partido o grupo en particular, el mandatario dio a entender que muchos de los que no están de acuerdo con su política son financiados desde fuera.
"Aumenta el flujo de dinero proveniente del exterior para entrometerse en nuestros asuntos internos", acusó, y tras afirmar que esa práctica no es nueva, trazó un paralelo con la época del colonialismo, cuando "los estados colonizadores se atribuían un papel civilizador".
Ahora, añadió, "se escudan en lemas democratizadores, pero el objetivo es el mismo: conseguir ventajas unilaterales para asegurar sus propios intereses y beneficios".