Aprueba el Senado recursos para mantener la ocupación de Irak pero impone un repliegue
Casa Blanca y Congreso coinciden en financiar la guerra un año más
Las bajas estadunidenses han alcanzado su índice más alto en los últimos 6 meses: prensa local
Ampliar la imagen Los cuerpos de cuatro iraquíes ultimados en Baquba, al llegar a la morgue de la ciudad ubicada 60 kilómetros al noreste de Bagdad Foto: Ap
Ampliar la imagen Un soldado estadunidense y una familia iraquí durante un patrullaje en Mahmudiya, al sur de la capital de Irak Foto: Reuters
Nueva York, 26 de abril. El incesante cuento de sangre que se reporta cotidianamente aquí sobre la guerra en Irak y Afganistán está, como lo fue desde su inicio, rodeado de engaños de una historia oficial que deshonra a los héroes y defrauda a los ciudadanos, denuncian algunos legisladores, familiares de soldados caídos en la guerra, y un reducido grupo de periodistas.
Ahora un comité del Congreso ha emitido una orden obligando a la secretaria de Estado Condoleezza Rice a comparecer para declarar sobre lo que sabía de la manipulación de inteligencia que justificó la guerra contra Irak, mientras que familias de soldados acusan al gobierno de George W. Bush de engañarlos en torno a las muertes de sus seres queridos y emplear estas tragedias como propaganda para la guerra.
Mientras el Congreso y el Ejecutivo se enfrentan esta semana por un proyecto aprobado hoy en el Senado, y ayer en la Cámara de Representantes para financiar la guerra, pero que impone un calendario condicional al inicio del retiro de tropas estadunidenses, y el cual Bush ha dicho que vetará al oponerse a toda condición, sin embargo, se pierde de vista el hecho de que el Congreso y la Casa Blanca están de acuerdo en lo fundamental: financiar la guerra por un año más.
Ayer el general David Petraeus, comandante de las tropas en Irak, intentó convencer a legisladores de la necesidad de darle oportunidad de funcionar a la estrategia de la "oleada" de nuevas tropas, lo cual se completará para junio, antes de imponer límites de tiempo y fondos. Pero el hecho es que la agencia informativa de la cadena de periódicos McLatchy reportó que la tasa de mortalidad para tropas estadunidenses en Irak durante los últimos 6 meses ha alcanzado su punto más alto de esta guerra. Y uno de los ataques más violentos de que cobró casi 200 vidas (o sea casi seis veces el total de la matanza en la Universidad Virginia Tech) no ofreció pruebas de que la estrategia de la "oleada" estuviera funcionando.
Y candidatos presidenciales republicanos como John McCain que han decidido usar su apoyo de la guerra para obtener el apoyo de conservadores, enfrentan dificultades ya que la guerra es tan impopular que hasta las filas republicanas están hartas, y McCain cayó a tercer lugar en preferencias entre los candidatos republicanos.
McCain viajó a Bagdad recientemente y criticó a los medios por no reportar las "buenas noticias", declarando que nunca había podido caminar por la ciudad como ahora, lo cual indicaba que estaban mejorando las cosas. Sin embargo, como informó la revista The Progressive, no mencionó que estaba acompañado de tres helicópteros Blackhawk, dos unidades de artillería y 100 tropas estadunidenses durante su vuelta por esas calles "más seguras".
En este contexto, algunos legisladores demócratas están cumpliendo promesas de investigar lo que no fue examinado cuando el Congreso estaba controlado por los republicanos, las acciones del gobierno de Bush para lanzar esta guerra. El representante Henry Waxman, presidente del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental, emitió una orden obligando a la Secretaria Rice a comparecer ante su comité para averiguar qué sabía ella sobre la "inteligencia" pre-guerra, en particular las versiones de que Saddam Hussein estaba buscando obtener uranio de Africa para fabricar armas nucleares.
Pero tal vez uno de los eventos más dañinos para el gobierno fue el testimonio ante ese mismo comité, el martes, cuando la familia de Pat Tillman, con lágrimas de ira, acusó al gobierno de usar su muerte trágica con fines de propaganda. Tillman, quien en lugar de aceptar un lucrativo contrato multimillonario para jugar futbol americano profesional decidió sumarse al ejército para cumplir con su compromiso patriótico después del 11-S, murió cuando sus propios compañeros le dispararon accidentalmente durante una operación en Afganistán.
Pero el ejército encubrió los detalles de la muerte y fabricó una historia presentando a Tillman como un soldado valiente que falleció combatiendo al enemigo. "Creemos que esta narrativa tenía la intención de engañar a la familia, pero aún más importante, al público estadunidense", declaró Kevin Tillman, hermano y también ex soldado que iba en el convoy de atrás cuando sucedió la tragedia en 2004. "Revelar que la muerte de Pat fue un fratricidio hubiera sido otro desastre político en sólo un mes. Entonces se decidió suprimir la verdad".
La ex prisionera de guerra Jessica Lynch, quien también fue presentada por el Pentágono como figura heroica, acudió a la audiencia para apoyar la petición de la familia Tillman de que el gobierno tiene que rendir cuentas por "sus mentiras deliberadas y calculadas". Recordó que cuando fue víctima de un accidente vehicular ante un aparente ataque en Irak, "me presentaron como esta pequeña niña Rambo de las mentes de West Virginia que cayó combatiendo. Simplemente no fue cierto".
Mentiras, compadrazgo y arrogancia
Como comenta el columnista Frank Rich en el New York Times esta semana, lo que aún no se registra dentro de Washington en torno a los escándalos de varias figuras del gobierno de Bush es la medida en que "las mentiras, el compadrazgo y la arrogancia demostrados en los escándalos actuales son parte de las mentiras, compadrazgos y arrogancia que llevó a todos los funerales militares a los que el señor Bush no desea atender. Después de quedarse dormido durante la venta fraudulenta de la guerra, Washington aún tiene problemas. Su telarañas de decepción son el producto deliberado de una cultura amoral, y no un popurrí al azar de errores individuales".
Todo esto en una semana que empezó con la muerte de nueve soldados estadunidenses y 20 más heridos el lunes en la provincia de Diyala, con incontables bajas civiles (dicen que fueron 31). El cuento, y las cuentas diarias, continúan.
"La verdad es la primera víctima de la guerra", advirtió Rudyard Kipling.