En su página de Internet se defiende de críticas
Nuevo intento de la CNDH de probar su imparcialidad
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) rechazó que su intervención en el caso de Ernestina Ascensión Rosario signifique una invasión a las funciones conferidas a un Ministerio Público, y también aclaró que no le corresponde calificar si "se actualizan conductas delictivas".
En un apartado que al respecto colocó en su página de Internet, el organismo defendió su facultad para investigar violaciones a derechos humanos, en el caso concreto, privación de la vida y violaciones a la libertad sexual de las personas.
Además, subió un cuadro con los resultados de las necropsias y la exhumación hechas al cadáver de la indígena, mismos que descalifica, pues da cuenta de discrepancias e inconsistencias, y coincide que en ninguno de los dos dictámenes se "confirma o sustenta la causa de muerte" de Ernestina Ascensión, como tampoco se "encuentra sustento en relación a la mecánica de las lesiones que reportan, ni se hace clasificación de las mismas".
La CNDH también manifestó que no se opone a la práctica de una tercera necropsia o a la intervención de organismos internacionales para esclarecer el asunto.
"Se cuenta con las evidencias suficientes para acreditar conductas de negligencia, impericia, precipitación y omisiones en que incurrieron servidores públicos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz (PGJEV), durante el ejercicio de sus funciones", argumentó.
Al dar respuesta a 30 preguntas sobre el caso, recibidas entre el 27 de febrero y el 17 de abril, formuladas algunas por legisladores de distintos partidos políticos, la CNDH negó, asimismo, haber recibido línea -como se le expresó en uno de los cuestionamientos- de la Presidencia de la República para dar a conocer los resultados de sus indagatorias, contrarios a los primeros informes sobre una presunta violación tumultuaria de parte de soldados acantonados en la sierra de Zongolica, Veracruz, y que derivó en el fallecimiento de la mujer.
"La CNDH supone, sin saberlo a ciencia cierta, pues ello no le corresponde aclararlo, que las afirmaciones del Presidente de la República (a este diario, respecto a que la muerte fue resultado de una gastritis mal atendida) se basaron en las que le proporcionó el personal médico forense de la Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional), presente durante la exhumación del cadáver de la señora Ernestina Ascensión".
Es claro, insistió, "que la CNDH no ha tenido ni tiene relación alguna de subordinación hacia el titular del Poder Ejecutivo (Felipe Calderón) ni le informa de sus actuaciones o investigaciones".
Por tanto, señaló en otra respuesta sobre si el presidente del organismo, José Luis Soberanes, actuaba de manera servil ante Calderón, que el ombudsman nacional "ha realizado una indagatoria en la que se busca esclarecer la verdad de los hechos, con la máxima transparencia y objetividad y sin dar importancia a quién o a quiénes pudiera convenir o perjudicar -por cualquier otra razón- esa verdad".
Insistente, el organismo precisó que el resultado de su informe no tiene como objetivo fundamental encubrir las violaciones a derechos humanos cometidas por militares. Sin embargo, dejó en claro que durante la secuela procedimental, lejos de acreditarse la hipótesis del ataque sexual, "se advirtieron graves violaciones a los derechos humanos cometidas por personal de la PGJEV".