No es la celebración oficial, ''pero ya estoy en ese ánimo'', señaló
Betsy Pecanins comenzó en San Luis el festejo por 30 años de cantar en México
En este país no definí mi vocación, pero sí mi camino y estilo, dijo la intérprete
Ampliar la imagen Betsy Pecanins (al centro), acompañada de sus músicos, durante el concierto que ofreció la noche del domingo como parte del séptimo Festival de San Luis, donde el blues fue el eje del repertorio que interpretó en el teatro Alameda. Este viernes 27, a las 20 horas, Betsy se presentará en el teatro Felipe Villanueva del parque Naucalli, en el contexto del Festival de las Artes Naucalpan 2007. La entrada será gratuita Foto: Fernando López
San Luis Potosí, SLP, 24 de abril. Este año, Betsy Pecanins cumple 30 de vivir y trabajar en México. Y en esta ciudad ha empezado las conmemoraciones del aniversario, que para ella tiene un alto significado: ''No definí mi vocación aquí, ya llevaba algunos años cantando cuando llegué, pero sí definí cómo iba a ser mi camino, mi estilo, mi forma de decir las cosas. Ha sido un país más que generoso conmigo. Estoy muy agradecida y ya me siento mexicana por adopción, desde luego".
Betsy Pecanins nació en Yuma, Arizona, de padre estadunidense y madre catalana. Cuando llegó a México ya había vivido en Estados Unidos y en Cataluña (Barcelona): ''En 1977 decidí hacer de México mi casa, el lugar donde iba a vivir y a desarrollar mi trabajo. Lo hice por varias razones: aquí tenía una familia, además dedicada al arte de toda la vida. También por el hecho de ser un país americano: acá somos más abiertos.
''En Europa hay cosas maravillosas y lo que viví en Barcelona fue importantísimo para mí, pero sí era un lugar donde todo estaba como muy hecho, y un ambiente mucho más cerrado, menos amistoso. Y aunque nací en Estados Unidos, en mi forma de ser soy realmente poco gringa."
Un tío catalán, al que no conoció, fue decisivo en la orientación musical de Betsy: ''hizo una labor muy importante con la música tradicional catalana y descubrió muchas canciones que ahora son muy populares, pero él se dio a la tarea de ir de pueblo en pueblo y hacer este recuento de diferentes canciones. Esa es la única historia musical que hay en la familia.
''Mi familia ha estado muy metida en las artes plásticas, las galerías, la pintura contemporánea. Eso me llevó a estar siempre cerca de cineastas, de músicos, de escritores. Ese era el ambiente de la casa. De hecho, de muy chica me gustaba pintar y cuando fui a Barcelona por primera vez me metí a estudiar pintura, y para pagar mi material agarraba la guitarra y cantaba. Tenía ese gusto y era la amiga afinada entre los cuates. Entonces tocaba un poco la guitarra y me acompañaba y eso era algo que me jalaba mucho. Pronto me di cuenta que lo mío era la música y no la pintura."
Nuevo disco en puerta
Han sido 30 años ''de cantar el blues desde México, de hacer aquí mis composiciones, de trabajar con poetas y compositores mexicanos, de cantar las canciones de Agustín Lara, las rancheras, los sones huastecos. En fin, ha habido muchas cosas que han conformado mi trabajo y que me han acompañado por mucho tiempo".
El concierto de Pecanins se llevó a cabo la noche del domingo en el teatro Alameda, como parte del séptimo Festival de San Luis. No fue una celebración oficial, pero ''ya estoy en ese ánimo". Aunque de cierta forma todo el año será de celebración, el concierto conmemorativo lo realizará en el Festival Internacional Cervantino. Prepara un nuevo disco con canciones de Jaime López, y otras que han sido importantes para ella, pero no ha podido grabar. También quiere hacer un trabajo más amplio sobre los sones de México, que es un género al que -dice- se ha acercado poco.
En San Luis hizo un repaso por los distintos géneros que ha abordado a lo largo de su carrera, el blues fue el eje del repertorio interpretado: ''El blues no perdona: el blues es un estado de ánimo, una manera de ver la vida, cercana al precipicio, entre la desesperación y la insatisfacción, siempre con esa parte de tristeza pero también de humor y sensualidad. Es un canto liberador. Cuando te identificas con todo esto, cuando lo descubres, es muy difícil dejarlo.
"A veces me he apartado, he dicho voy a hacer canciones rancheras, música mexicana, pero el blues me lleva a hacer unas rancheras así como bluseadas. A Agustín Lara también, que además era como un gran blusero de su época. Quizá el blues no tiene el desgarramiento de las rancheras, pero sí ese mundo de la noche, de la intimidad, de la sensualidad. También del dolor, de la pérdida. Cuando llevas el blues dentro, siempre hay una forma de encontrarlo."