Discurso de la Iglesia católica es terrorista e intimidante, dicen investigadoras
El discurso terrorista de la Iglesia católica y de organizaciones de derecha en el tema del aborto es "intimidante" y abona en la polarización social e ideológica de México que, por mandato de la Constitución, es y debe mantenerse como un Estado laico, coincidieron en afirmar investigadoras de la Facultad de Sicología (FS) y del Programa de Estudios sobre Equidad y Género (PEEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Añadieron que, tal y como sucedió en las elecciones de 2006, la jerarquía católica y los grupos conservadores utilizan a los medios de comunicación para manipular, mediante el miedo y el terror a la sociedad. Ofelia Reyes Nicolat, del programa de sexualidad de la FS, advirtió que ese discurso tiende al control de la población, y podría originar enfrentamientos individuales al desatar la violencia con su tono amenazante.
"Este tono intimidatorio podría generar violencia de persona a persona, y profundizar en la polarización de la sociedad. Son campañas de miedo que bien sirven para la división y buscan controlar a la población. Pero, en estos tiempos, la agresión puede dejar ya de ser verbal y pasar a la agresión física, sobre todo ante el clima de violencia que por otras razones cunde en el país", dijo. "No está bien facilitar las agresiones personales".
Por su parte, Patricia Piñones y Lucía Melgar, del PEEG, consideraron que la campaña lanzada desde la jerarquía de la Iglesia católica y de los grupos más conservadores de la sociedad mexicana en contra de quienes promueven la despenalización del aborto "es una estrategia ruin" ya que, advirtieron, "se vierten amenazas muy serias, y hablan de muerte y aborto de una manera criminal, y esto no es cierto".
Subrayaron la responsabilidad que los grupos antiaborto tienen frente a la sociedad debido a su mensaje polarizador, pero señalaron que también es cierto "que la sociedad mexicana está compuesta por un alto número de mujeres católicas, y que éstas también abortan, y lo están haciendo en condiciones de lo más inapropiadas en términos de su propia salud", dijo Patricia Piñones. "Vivimos en un Estado laico, y no puede haber voces desde la religión combatiendo este derecho'', añadió.
Por su parte, Lucía Melgar advirtió que los grupos de poder están utilizando a la religión para manipular a la opinión pública, buscando imponer posiciones morales como si fueran éticas. "Es muy importante proporcionar un deslinde: la gente tiene derecho a pensar o actuar como quiera, pero no se pueden imponer creencias a los demás", advirtió.