Usted está aquí: viernes 20 de abril de 2007 Política Detienen en Tijuana a un estadunidense acusado en EU

En plena balacera de antier, ayudó a trasladar pacientes

Detienen en Tijuana a un estadunidense acusado en EU

ANTONIO HERAS, ARTURO CANO CORRESPONSAL, ENVIADO

Tijuana, BC, 19 de abril. Atrás quedó el vértigo de las balas, el uso de la violencia como moneda de cambio en una frontera que huele a impunidad y arraigo de cárteles de la droga, para dar paso a otras historias que giran sobre el discurso oficial, la delincuencia organizada y un territorio tan vulnerable de por vida.

Los detenidos en los enfrentamientos armados de Tijuana fueron conducidos a las oficinas centrales de la Procuraduría General de la República (PGR). Pero hay otras historias.

Una mujer permaneció con quemaduras de tercer grado en el nosocomio fronterizo durante 15 días y su muerte se produjo justo cuando su marido, David Torrado, era detenido por agentes federales de la Operación Baja California.

Aunque se le considera criminal peligroso, es ajeno a la organización de Arellano Félix y -por tanto-, del grupo de sicarios que se enfrentaron hasta en tres ocasiones con agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) durante este miércoles.

En medio de caos, gritos y disparos de armas de grueso calibre, su detención ocurrió mientras centenares de pacientes y familiares eran desalojados del nosocomio y trasladados a las instalaciones de la unidad deportiva CREA, a sólo 300 metros.

Vestido con pants de color gris, camiseta blanca y camisola de mezclilla, ayudó al traslado de pacientes hasta que fue interceptado por agentes federales, y tras comprobarse su estancia ilegal en México, se certificó que tenía órdenes de aprehensión en el estado de Nevada, Estados Unidos.

Torrado cuenta con una alerta de las autoridades estadunidenses acusado de asalto bancario, portación de arma de fuego y de explosivos en Estados Unidos, por lo que fue entregado al Instituto Nacional de Migración para su deportación por la garita de San Isidro, California.

Marine, de padres cubanos y oriundo de Las Vegas, el estadunidense se mantuvo durante dos semanas cerca del lecho de su mujer, que resultó herida por un descuido personal al transportar un recipiente con alcohol en su casa.

Por la noche, su esposa falleció y su cuerpo fue enviado al Servicio Médico Forense, mientras David Torrado cruzaba la línea internacional para enfrentar los cargos federales que pesan en su contra desde hace tres años.

Trasladan detenidos

Agentes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) trasladaron a dos de los detenidos en el Hospital General
de Tijuana tras la balacera donde perdió la vida un sicario, un agente de la Policía Estatal Preventiva y un custodio del sistema penitenciario.

Con rasgos de permanecer en vela, Chávez Vega, El Chivo, y Javier Estrada Domínguez, El Macaco, fueron trasladados hacia la Zona Militar 70-76 del oriente de Tijuana en medio de un fuerte operativo para ser trasportados a la ciudad de México en un avión de la PGR.

Atrás quedaron las imágenes de su participación en acciones del crimen organizado, afirmaron fuentes consultadas, sobre todo la que quedó pendiente la mañana del miércoles cuando uno de los vehículos del convoy detuvo su marcha al impactarse contra un camión, lo que provocó que dos sicarios descendieran del vehículo para contener la persecución de los agentes federales.

En ese lugar quedó muerto Enrique González Cerón y herido El Macaco, identificado por el Grupo de Coordinación Baja California como sicario de la organización de Arellano Félix.

El segundo enfrentamiento se reportó afuera del Hospital General, porque el comando armado trató de rescatar al sicario que tiene una herida en la pierna, pero se encontraron con dos agentes estatales que custodiaban a un interno del penal de La Mesa y el uniforme azul marino reglamentario los delató y perdieron la vida con ráfagas de metralleta.

Policías federales revisaron los ocho pisos del hospital sin encontrar a ninguna persona armada, y fue hasta que funcionarios de la procuraduría estatal salieron del nosocomio que se escucharon nuevas detonaciones en el interior de la sala de emergencias.

Finalmente resultó "la experiencia" de los negociadores policiacos que convencieron a Chávez Vega para que depusiera su resistencia, con gritos de "entrégate cabrón" y "no te hagas pendejo, suelta a los rehenes", aprehendidos seguramente en la Academia de Policía.

 
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