Cada quien su Frida cumplió cien representaciones

Propuesta escénica para luchar ''por un México más justo''

Ofelia Medina llevará su espectáculo a varios estados

CARLOS PAUL

Cien veces la vida, 100 veces la agonía, 100 veces la muerte, 100 veces revivida. Cien veces escenificada la estrujante pasión, la ironía ácida, la defensa y el compromiso con los indígenas.

Cien veces la lucha infatigable, 100 veces hasta el momento ha sido representada la tragicomedia musical Cada quien su Frida, creación y encarnación de la primera actriz y activista social Ofelia Medina, en cuyo espectáculo combina fragmentos del diario de la reconocida pintora mexicana y canciones que solía cantar Frida Kahlo, para sintetizar lo que fue su infancia, su proceso creativo, su relación amorosa con Diego Rivera y su pensamiento político-revolucionario.

Espíritu, dolor y pasión

El espíritu, dolor y pasión de Frida se hace presente, se encarna en el cuerpo de Ofelia Medina, quien al igual que la pintora nos provoca con buen humor a tomar conciencia de los problemas político-sociales que todavía hoy aquejan a los pobres, a los marginados y a los indígenas de México, comentó el artista plástico Arturo García Bustos, al término de la representación número 100, la cual se realizó la noche de este domingo en la casa que habitó el cineasta Emilio Indio Fernández, donde se representó la obra.

En el acto de develación de la placa conmemorativa -apadrinada por Fanny Ravel, Rina Lazo, Julieta Egurrola, Rosana Filomarino, Alberto Estrella, Víctor Carpinteiro y Paloma Wooldrich-, Adela Fernández recordó a los personajes que visitaron dicha casa, ''creando, pensando, divirtiéndose, rolándose sus amantes, pero sobre todo creando y luchando por México".

Aunque de todas esas experiencias, expresó la hija del cineasta, ''el trabajo de Ofelia ha sido lo más importante que ha sucedido desde que yo he estado en esta casa. Esta puesta en escena tiene una propuesta muy sencilla: despertemos y luchemos por un México justo".

En Cada quien su Frida se representan tres Fridas, una joven, una agonizante y, una más, muerta-viva. (La Jornada, 21 de agosto, 2006).

Medina encarna el sufrimiento, la creatividad y la combatividad de la pintora. Combina el presente y el pasado. Frida es Ofelia, Ofelia es Frida. Ambas provocan y alientan a tomar conciencia social.

''No me voy a rajar", ''Hay que crear un mundo, en el que quepan todos los mundos".

Los pensamientos de Frida, la voz de Ofelia. ''Los cambios y la lucha nos aterran, por constantes y ciertos'' ''Nos guarecemos en lo irracional, en lo mágico, porque tenemos miedo a la extraordinaria belleza de lo cierto'' ''Queremos ser enfermos para protegernos de la verdad que es nuestra propia ignorancia'' ''A este país se lo está llevando la chingada, sólo le queda la fuerza de sus indios y de las mujeres que defienden la tierra ¡Zapata vive, la lucha sigue!"

Derechos, no derechas

Y la tragedia, la pasión y la combatividad abrieron paso, se mezclaron con la pachanga, la canción, el bailongo y el bacilón. Así, al grito de ''arriba corazones y abajo los calzones", una Frida más viva que nunca le cantó al amor y al desamor, bailó y parodió, ''los tres cochinitos ya están en Hacienda, muchos besitos les dio el tío Sam. Hasta que los mexicanos (y mexicanas) quieran despertar". ''Queremos derechos, no derechas", gritaba Medina, gritaba Frida. La tragicomedia musical continuó.

El público se puso a tortillear, se cantó el corrido de Ofelia para Frida: ''A nuestra Frida la derecha le amputaron, pero la izquierda siempre fuerte se quedó, siguió pintando para el pueblo mexicano y volvió arte lo que en ella fue dolor".

Y antes de que la tiznada, la huesuda se llevara a Frida, el grito: ''Viva la vida, viva la Frida".

Cada quien su Frida realizará una gira, durante mayo, para presentarse en estados, como Aguascalientes, Jalisco, Chihuahua, Tabasco, Chiapas, Veracruz, Morelos y San Luis Potosí. En julio se presentará en el Teatro de la Ciudad.