Urge establecer nueva política, señalan expertos
Escasas acciones del Estado para repatriar investigadores
La falta de una política de Estado que regule el sistema educativo con una visión global y no sólo de inmediatez influye de forma decisiva en la fuga de cerebros, "pues no podemos pedir a jóvenes investigadores que regresen a un país donde ni siquiera tiene laboratorios ni cuentan con las condiciones para continuar sus investigaciones", afirmaron especialistas del sector.
Carlos Muñoz Izquierdo, director del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana, aseguró que la repatriación de investigadores "no sólo es un asunto de plazas laborales, sino de apoyos y de acciones de gobiernos que reconozcan la necesidad de impulsar una política pública de largo aliento".
Al igual que con la reforma en secundaria y en la educación media superior, insistió, "no se ve un Estado regulador, que tome medidas de fondo para atender las necesidades más urgentes. Por el contrario, prevalecen la premura, la inmediatez y la falta de visión de largo plazo para entender que en la materia los cambios no se dan de un día para otro, incluso ni de un sexenio a otro".
Si se hubiera reconocido la urgencia de atender el sistema educativo desde hace varias décadas, "se habría tenido tiempo para diseñar políticas públicas, experimentar en escuelas piloto y evaluar los resultados, sin correr los riesgos que hoy enfrentamos al generalizar acciones que no sabemos si van a funcionar".
Se ayuda a generar nuevo conocimiento, pero a las naciones más ricas
Lo mismo ocurre, explicó, con la enseñanza superior y la llamada fuga de cerebros, ya que "nuevamente enfrentamos una falta de políticas públicas, de visión y de saber hacer gobierno, pues irónicamente estamos ayudando a la generación de nuevo conocimiento, pero a las naciones más ricas del mundo al enviar a nuestros mejores investigadores, que además representan una inversión educativa y financiera para el país".
Al respecto, Sylvie Didou, catedrática del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, afirmó que la fuga de cerebros es una característica de las relaciones asimétricas entre países desarrollados y los que se encuentran en vías de crecimiento. Por ello exhortó a las autoridades a que impulsen un programa de "diáspora científica", que permita el regreso temporal de investigadores, así como la necesidad de aplicar una política de internacionalización que posibilite "reducir, no erradicar, algunos de los aspectos más negativos de ese fenómeno".
Aseveró que ha llegado el momento de evitar caer en "declaraciones y contradeclaraciones, cuando lo que en realidad necesitamos es conocer cuál es la situación real de la fuga de cerebros, medir la proporción de este problema, porque aún no sabemos cuántos son y se trata de recursos altamente capacitados que requiere el país".