Usted está aquí: viernes 6 de abril de 2007 Estados Denuncian anomalías en el penal de San Cristóbal

Señala el Centro Fray Bartolomé de las Casas represalias a tres indígenas tzotziles

Denuncian anomalías en el penal de San Cristóbal

ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Un integrante de la Comisión Civil Internacional de Observación por los Derechos Humanos se identifica ante los vigilantes del Cereso número 5, ubicado a 12 kilómetros de San Cristóbal de las Casas, donde pidió visitar a detenidos Foto: Víctor M. Camacho

San Cristóbal de Las Casas, Chis., 5 de abril. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (CDHFBC) denunció que tres indígenas tzotziles recluidos en el Centro de Readaptación Social (Cereso) número 5, con sede en este municipio, se encuentran ''aislados'' desde hace tres días, por orden del director del penal, Rodolfo del Pino Estrada, en represalia porque, a su ingreso al penal, se negaron a pagar 10 mil pesos de la talacha y por ''revoltosos''. Lo anterior viola sus garantías individuales.

El organismo exigió que ''cese inmediatamente el castigo injustificado'' en contra de los internos Aureliano Alvarez Gómez, Tiburcio Gómez Pérez y Flaviano Alonso Ruiz, quienes forman parte de La Voz de Los Llanos, organización de presos políticos en dicho penal.

Aseguró que el 2 de abril Del Pino Estrada envió a Aureliano, Tiburicio y Flaviano al área conyugal y desde ese día ''están aislados, lo que los hace susceptibles de sufrir violaciones a sus derechos humanos''.

El primero de marzo, Aureliano y Tiburcio fueron reubicados en el Cereso número 5, para que ''cesaran las amenazas y hostigamiento de que eran objeto constantemente en el penal de El Amate, municipio de Cintalapa, y no por ser personas conflictivas; además, en San Cristóbal se encuentran más cerca de sus familiares'', recordó el CDHFBC.

Precisó que los problemas para los tres reclusos comenzaron hace unos días, cuando les traspasaron un puesto de venta de café para allegarse recursos y no abrumar a sus hijos y esposas, así como para tener condiciones dignas de reclusión, para lo cual contaban con la anuencia de los representantes generales de las celdas.

Sin embargo, añadió, el alcaide Omar Cruz Velásquez ''se opuso a que tuvieran el puesto, con el argumento de que ello no se sujeta al reglamento del Cereso, y pateó la mesa que Aureliano, Tiburcio y Flaviano habían instalado para vender café a los internos; después de eso, fueron llevados al área conyugal y desde entonces permanecen aislados''.

El organismo citó el testimonio de los indígenas: ''Cruz Velásquez nos dijo que el director no aprobaría la instalación del puesto de café porque no quisimos pagar la talacha, (10 mil pesos que les exigían para no realizar actividades como lavar baños, que comúnmente se asignan a internos de nuevo ingreso), además de que venían de El Amate recomendados porque éramos revoltosos''.

Según el CDHFBC, ''cuando trasladaron a Aureliano y a Tiburcio al penal de San Cristóbal, les exigieron 10 mil pesos, y como no los pagaron los enviaron dos semanas a la Celda de Observación y Clasificación, área en condiciones deplorables. Los expusieron al sol durante seis días y los dejaron encerrados''.

 
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