La viabilidad financiera
El presidente Calderón afirmó hace unos días que la reforma del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), aprobada en el Congreso de la Unión, permitió salvarlo de la quiebra. Esta tesis ha sido reiterada por él de diversas formas, por ejemplo: "Pero la reforma no sólo beneficia al ISSSTE, beneficia a todos los mexicanos, con ella se asegura la viabilidad financiera del Estado y se garantiza la calidad de los servicios del ISSSTE para sus 10 millones de derechohabientes y para las nuevas generaciones de servidores públicos".
De otra parte, como los legisladores creen que son autónomos respecto de la sociedad, eso de rendir cuentas, no va con ellos. Ningún partido se propuso explicar a los electores exactamente en qué consistió esa reforma. Sin presentar cálculo alguno al nivel de entendimiento de cualquier ciudadano, nos han dicho que el gobierno federal podrá contar con tantos miles de millones que, insistamos, hace decir al Presidente que esa reforma, ¡asegura la viabilidad financiera del Estado!
Un Presidente, que ha escogido un discurso medido de bajo perfil en general, de pronto nos dice una frase que decir excesiva es decir muy poco: "está asegurada la viabilidad financiera del Estado". Es decir, ¿no es necesario hacer más nada?, ¿el tema financiero del Estado ha quedado definitivamente resuelto?, ¿cuál es el alcance de esa expresión?
Es difícil entender de dónde surge una declaración tan desorbitada. Suponiendo que los cálculos actuariales estuvieron correctamente elaborados, nos los podrían haber explicado con todo detalle. Entre la danza de las cifras se dijo en algún momento que los pasivos contingentes (que no compromisos de deuda efectivos de las finanzas públicas) equivalían a 50 por ciento del PIB. Nunca nos dieron una mínima explicación de cómo los trabajadores del Estado, que en general ganan una miseria, generarían una demanda de recursos fiscales para pensiones del tamaño de la mitad del PIB nacional, y en qué plazo ello ocurriría.
El caso es que, como ha sido resuelta la viabilidad financiera del Estado, ¿nos podemos olvidar del Fobaproa, de la suma total de los Pidiregas, de la viabilidad financiera de Pemex, del IMSS y la CFE, de la ínfima carga fiscal existente, de la deuda en Cetes, en fin, todo adquirió viabilidad, todo podremos financiarlo ya, sin problemas?
Y si no es así, por qué tamaña declaración, sin explicación ninguna, cuando le urgen a la ciudadanía rendición de cuentas transparentes. Si la viabilidad financiera está asegurada, ¿por qué el primer paquete económico que envió el presidente Calderón a la Cámara de Diputados incluía la solicitud de endeudamiento público interno por 240 mil millones de pesos, un endeudamiento que representa 2.4 por ciento del PIB y 14.9 por ciento de la deuda pública del gobierno federal, es decir, un endeudamiento astronómico para un solo año? ¿En qué vamos a invertir esa montaña de recursos?
Cómo hemos de entender tales datos si, simultáneamente, como lo ha informado nuestro diario, el informe del resultado de la revisión y fiscalización de la Cuenta Pública 2005, realizadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), Pemex hipoteca la facturación de crudo para amparar sus deudas... Los casos analizados por la ASF señalan que Pemex paga una sobretasa de 2.1 por ciento adicional, lo que generó un sobrecosto de 649 millones 434 mil 200 pesos. ¿Es que vamos a aligerar en alguna medida la dependencia del gobierno respecto de los ingresos petroleros, este año, con ese endeudamiento gigantesco?, ¿de qué dimensión será entonces el déficit fiscal efectivo?
Y si va a haber reforma fiscal (no se entiende para qué si la viabilidad financiera del Estado está resuelta), ¿podrían sus mercedes del Ejecutivo y el Legislativo decirnos en qué consiste? Porque en un país con una de las cargas fiscales más bajas del orbe, los empresarios quieren una reforma "competitiva", lo que en buen cristiano significa que los insignificantes impuestos netos que tantos grandes empresarios pagan, bajen.
Entre tanto, la deuda interna del gobierno federal se acercará (en uno o dos años) a los 2 billones de pesos. De acuerdo con los manuales de teoría económica, la deuda es un mecanismo por el cual los recursos ociosos en manos de unos agentes económicos permite que se vuelvan productivos en manos de otros (los deudores).
Más allá de que exista la sospecha de que la deuda pública no ha sido invertida en proyectos que generen recursos para hacerla autofinanciable, en los hechos de lo que se trata, nadie lo dude, es de un mecanismo cada vez más poderoso de distribución del ingreso... hacia arriba: es el traslado de recursos de toda la sociedad a los tenedores de recursos líquidos, mediante el pago de los intereses crecientes que la creciente deuda genera; en un país profundamente desigual, contamos con este instrumento eficacísimo para concentrar aún más el ingreso.