Los hijos de la indígena rechazan dictamen oficial; dijo que la atacaron soldados, reiteran
Descalifica Inmujeres acusación de Ascencio Rosario contra militares; "fue en náhuatl"
Exigen a Calderón y Soberanes respetar la memoria de su madre; "que se castigue a culpables"
Veracruz, Ver., 31 de marzo. María del Rocío García Gaytán, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), descalificó las últimas palabras de la indígena Ernestina Ascencio Rosario, quien señaló a militares como responsables de haberla violado, "pues estaba moribunda, balbuceaba; entonces, se me quita la certeza (sic) de lo que dijo".
Precisó que no está comprobada la violación sexual que presuntamente sufrió la anciana y, en ese sentido, la postura oficial de Inmujeres es respaldar lo dicho por el presidente Felipe Calderón, quien atribuyó la muerte de Ascencio Rosario a una gastritis no atendida, aun antes de conocer el dictamen de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que explicó la defunción por causas similares a las dichas por el Ejecutivo federal.
"El es el Presidente; tiene información privilegiada, tiene que estar enterado, y no es sospechoso que haya adelantado un dictamen", reiteró García Gaytán.
-Pero esto pone en duda las declaraciones hechas por la señora Ernestina antes de morir, quien aseguró que fue atacada sexualmente.
-Fue en náhuatl, entiendo, y estaba moribunda, ya no tiene uno fuerza en la voz.
-Los familiares dijeron claramente lo que ella les confió: que la atacaron los soldados.
-Yo he escuchado dos versiones: "se me vinieron encima los soldados", y que la habían "lastimado". Primero me indignó; hice una declaración de que se vaya hasta las últimas consecuencias, sean militares o civiles, pero después de ver el boletín de la CNDH, donde ya es determinante lo que pasó, se me quita la certeza sobre lo que ocurrió.
En cambio, los cinco hijos de Ascencio Rosario reiteraron hoy que su progenitora no padecía gastritis, y que tampoco se quejaba de alguna enfermedad crónica que le ocasionara la muerte por un supuesto sangrado natural. "Tenemos sed y hambre de justicia, estamos indignados y muy lastimados", dijeron en referencia a las declaraciones de José Luis Soberanes, presidente de la CNDH.
Pese a que se habían mantenido al margen de las investigaciones sobre la muerte de su madre y son pocas las declaraciones que han hecho a la prensa sobre el caso, los hermanos Julio, Francisco, Martha, Juana y Carmen Inés Ascencio convocaron sorpresivamente a los medios informativos en la ciudad de Orizaba.
Julio Inés Ascencio, el mayor de los hermanos, dijo que a los 73 años, su madre era una mujer sana que se levantaba a las 6 de la mañana, desayunaba con apetito e iba a pastorear sus borregos, lo que le permitía recorrer ocho kilómetros diarios en los alrededores de la comunidad de Tetlatzinga.
Nunca estuvo enferma
"Nunca estuvo enferma; iba a revisarse al centro de salud y nunca padeció estas enfermedades", dijo en referencia a los supuestos cuadros de gastritis, sangrado intestinal o salmonelosis, mencionados por los funcionarios de la CNDH y el mismo Felipe Calderón.
Los hermanos exigieron a Soberanes y al Presidente respeto a la memoria de su madre, y pidieron no tildarlos de mentirosos, pues escucharon la denuncia hecha por la anciana antes de fallecer, en la que señalaba a los militares como sus agresores.
Los deudos convocaron por escrito a organizaciones y autoridades indígenas de la sierra de Zongolica para reunirse en Soledad Atzompa el próximo martes y adherirse a un repudio colectivo hacia la CNDH y a la Presidencia de la República, que intentan dejar impunes a los atacantes de la anciana.