Usted está aquí: jueves 29 de marzo de 2007 Gastronomía Antrobiótica

Antrobiótica

Alonso Ruvalcaba

Fiera de la Balbuena

Ampliar la imagen Un ostentoso alambre de Boturini Foto: Gabriel Lara

Intro

A VER: LUNES 26 de marzo, abrí mi correo ([email protected]) y había un mensaje telegramático. Una frase que casi estaba en italiano: "il boss vuole vederti"; una hora: 8 pm; un local con dirección: café La Molienda, Genaro García 190, en la Jardín Balbuena. Algunos datos más que no revelaré porque esta no es la historia de ese mensaje, sino la reproducción del fárrago que me dijo il boss (a mí también me dio risa cuando lo leí) de su colonia. Mi aburrimiento, al parecer, le interesaba, y el hecho de que la Balbuena nunca ha aparecido en esta página. Sí fui, menos por compromiso que por matar unas horas del lunes. Llegó al café casi a tiempo, en un LeBaron Imperial del 59, negro como Sham, el caballo que rechazó Luis XV. Bajó un chofer y le abrió la puerta a un güey de oscuro, elegantísimo, de esos cuyas facciones carecen de significado: puede ser viejo o no tanto, brillante o no. Don Nicolás (no es su verdadero nombre, pero hay cosas que es mejor no repetir) y su mafia, me dijo, son dueños de 50 centavos de cada peso de la zona. Este es su fárrago, y aunque está intercalado de alguna acotación, aunque a veces pierde la coherencia, juro que es cierto.

El fárrago

"¿NO SABES nada, verdad? La Balbuena no es nomás lo que te dicen los mapas y los delegados: sus dominios están más allá, hasta el mercado de la Avenida 8 y su moronga, hasta los tacos de Boturini y sus alambres, que pesan lo que un neonato malnutrido, hasta los tacos de tripa de Zaragoza, esquina con Boulevard Aeropuerto... No por nada la Condesa es conocida como 'la Balbuena de occidente'. Contrario a lo que muchos piensan, nuestro terruño fue primero... ¡Bah! Yo he tenido que luchar por eso... Fray Servando es territorio que los chinos han ocupado poco a poco. Aún así defendemos bastiones importantes: los caldos de gallina Castro [Fray Servando 1022b] es quizá el más importante: la familia gusta consolarse con sus guacales, sus sopes y su tepache cuando las tragedias amenazan. Cruzando, en el 1017, está Mi Pollito: sus salchichas bañadas en el sudor que escurre de las aves me recuerdan las capocolli de mi querida Italia... [Aquí introdujo una pausa, no sé si nostálgica, que yo reproduzco entre corchetes. Luego se repuso.] ¡Pero el resto es nuestro! Nuestras son las referencias obligadas, los puntos que jamás nadie quiere olvidar. Nuestra es la vida de la Balbuena. Nuestra es la vulcanizadora Monza y su meraviglioso suadero. [Sólo abren de noche, por cierto, de día sí es una vulca; está en Cecilio Robelo 422.] Nuestras también son las Ricas Tortas Finas Las Diagonales (Cecilio Robelo 318) y la delicadeza con la que untan la mantequilla. Y hay más... Debes saber que yo soy un jugador nato, un flambeur, un high roller; me gustan los riesgos altos. Yo, en su momento, supe apostar por los tacos de El Paisa [eso me lo dijo como en italiano: paisà; está en Nicolás León 170]: lo hice únicamente por sus tacos de lengua, que me recuerdan la de mi primera novia... [Aquí inmiscuye una risa, que se confunde con su tos.] Es que cuando heredé esto todo era un desastre: terrenos baldíos, pandillas de ex convictos tatuados... ¡Bah! Del boom de las hamburguesas al carbón de los 90 sólo un local supo ganarse mi confianza y sobrevivir: Allu's [Fernando Iglesias Calderón 140], grandísimas, entre dos panes integrales, servidas en una canasta, el inconfundible sabor a tizne -las papas son gratis. ¡Carajo! Muchas se fueron, pero Balbuena es todavía la capital de la hamburguesa al carbón en la ciudad.

[PAUSA LARGA, ENTREVERADA de sorbos de espresso, un mensajito en el cel, un par de galletas. Luego siguió.]

TAMBIEN TENEMOS VIEJOS conocidos, amigos de la familia desde que la familia existe. Quizá el más entrañable de todos es el de Genaro García 202: Pizzas La Torre. Si vas, pide la de cebolla o la combinada: jamás se exceden en el queso y la base es crocante [ja, la palabra me resulta ligeramente familiar]. Eso sí: hay que comer con trípticos de Güicho Domínguez flotando sobre nuestras cabezas... pero ni siquiera la Balbuena es perfecta. Y cuando hayas probado todo eso, puedes volver aquí, al reposo, al café: con toda seguridad La Molienda es el mejor de la zona. Soy adicto a su espresso, a su pan de elote bañado en rompope... ¡Carajo! Aquí no respetamos nada, ni siquiera la toponimia: la calle Agustín Lara es un basurero, Fray Servando es un escándalo..."

Outro

SE DESVIO ENTONCES, su cara ya cargada de significados, hacia otras cosas que no importan aquí. Luego me pasó la cuenta, se paró, se subió a su coche y se fue. Supongo que no voy a volver a verlo.

http://antrobiotics.blogspot.com [email protected]

 
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