Astillero
Vientos
Vocación por lo sonoro
El camión de Salinas
Fox, "cónsul" en Texas
El presidente sin complejos (S.C.) tendrá hoy nueva oportunidad de escuchar sonoridades de corte político (y algo más), pues, luego de la partitura protestante que en su honor ejecutó el martes una improvisada orquesta becaria telefónica, ahora estará en tierra oaxaqueña para apuntalar (gulp) al gobernador más activamente repudiado de la historia mexicana contemporánea. Música de viento un día y, al otro, visita de melómano urgido de dosis tonales mucho más fuertes, pues estará ante molinos de viento, en el parque de energía eólica de La Venta, donde en diciembre los vientos tumbaron tráileres, dicho sea todo sin alegorías políticas, y donde concurrirán maestros y ciudadanos de Oaxaca para protestar por este nuevo pacto precioso de apoyo mutuo (ya antes el presidente S. C. ha aparecido, como si nada, junto a Mario Marín, el proveedor de botellas de coñac también electoral).
¡Bientos, Felipe, Bientos! Vien, y sin tos, por no tener complejos para corregirse a sí mismo mediante textos oficiales para suavizar a toro pasado las palabras antimonopólicas que había pronunciado en un acto presidido por el dueño de Telmex (hablar de la soga del monopolio en la casa del que ahorca). Vien, y sin tos, por llevar la figura presidencial a tal nivel bonsai que hasta malas yerbas del pasado se creen con derecho a resurrecciones botánicas luego de asistir a la boda de Liliana Sada y Ernesto Ibarra en San Pedro Garza García, Nuevo León. Bvien (o Vbien, como prefiera el lector de esta columna interactiva) por Chente y Marta que convivieron requete padre, en el sarao regiomontano antes mencionado, con el que años atrás era llamado Salinillas y con su esposa Ana Paula. Muy sentimental el retorno del buen Carlos a las calles de su amado México (bueno, provisionalmente nada más en Agualeguas, pero ya se irán abriendo nuevas plazas) para botar un autobús de segunda o tercera mano (el tecleador, en su profunda ignorancia marítima, no sabe que son barcos los que se botan) y demostrar cuán profundo es su amor por los jóvenes estudiantes que a él ni le rechiflan ni lo abuchean, mansitos todos ante el embrujo del autobús Solidaridad 01 (¡oh, ¿hasta dónde llegará la numeración automotriz salina?) y contentos de ver correr nuevamente la película tan sabida del Chupacabras que asusta a niños políticos o a adultos bonsai. Y qué decir del gran corazón del ex presidente exChente (ahora solamente es Vi), quien aprovechó su estancia en San Antonio, Texas, para interceder por un niño mexicano que requiere un trasplante de corazón que costaría medio millón de dólares. Tal vez por las prisas, o por la emoción de volverse a sentir presidente en el exilio (cuando lo era, y aunque estuviera en México, siempre andaba fuera) el político siempre generoso con lo ajeno se olvidó de donar para el niño defendido una parte de los honorarios que cobra por andar dando conferencias en Estados Unidos. A lo mejor creyó, en el día en que Calderón repartía nombramientos diplomáticos, que a él le tocaba ser cónsul en San Antonio para andar (él, nuevamente solterón del poder) todo el día con el santo de cabeza.
Astillas
Manuel Aguado asegura que "hay un programa de tv que vale la pena (rara avis); se llama Malcolm el de en medio y trata de una familia gringa típica, aunque con los personajes exagerados, lo que motiva la risa. En uno de sus episodios, el padre de Malcolm deviene en 'motivador' de la empresa y convence a sus colegas de que todos son 'triunfadores'. Cualquier semejanza sería un despropósito, pues el programa hace reír y Calderón hace llorar lástima ajena"... Víctor Rodríguez también reporta similitudes televisivas: "el pasado viernes 23 estaba viendo caricaturas con mi hijo y salió un programa, Lazy Town, en Discovery Kids, referente a que el villano de la historia hace un fraude electoral y trata de hacer engaño con un títere. Me pareció muy ilustrativo de lo que pasó el 2 de julio con el Chapelén"... Un paisano, cuyo nombre esta columna se reserva, informa en un correo, denominado "Los Minuteman no tienen huevos", que "el domingo pasado caminaba por las calles del centro de Los Angeles y, al llegar a la alcaldía, me percaté de la presencia de muchos policías resguardando a unas cien personas que estaban manifestándose. No tenía la menor idea de quiénes eran, pues no alcanzaba a escuchar al orador y solamente podía ver la bandera estadunidense por todas partes. Quise acercarme a escuchar, pero la policía me impidió el paso. ¡Una manifestación privada! Tienen mucho miedo. Qué lástima me dan"... El país nuestro de cada día: la mañana de este miércoles fueron asaltados unos 20 pasajeros que viajaban en un autobús de Estrella Roja con rumbo a Río Frío, estado de México. Entre las víctimas iban profesores que sólo tienen ese servicio para llegar a escuelas públicas de la localidad mencionada. El vehículo había dejado cinco minutos atrás la terminal, en la zona conurbada capitalina, por la Cárcel de Mujeres. Lo malo es que, según informaron a los asaltados, ya es "costumbre" que eso suceda, sin que policías federales o estatales intervengan... De pronto, a algunos clientes de Teléfonos de México les ha aparecido en su recibo de pago un cargo porque según eso habrían usado un servicio de juegos por Internet proporcionado por la compañía IFX Networks México. Enojados por el cobro del rubro que aseguran no haber ejercido, los clientes han protestado y alegado cuanto han podido, pero poco caso les han hecho. Ejemplos hay en la página http://www.laneros.com/printthread.php?t=82810&page=2&pp=20, a cuyo final viene un testimonio de éxito cuando el cliente inconforme no sólo fue a la Procuraduría del Consumidor, como lo han hecho otros, sino que desplegó una campaña directa de protesta en oficinas y por teléfono que tampoco prosperó sino hasta que el ofendido amenazó con cancelar su contrato y pasarse a otra compañía... Y, ¡hasta mañana, en esta columna que no alcanzó a escuchar el mensaje de F.C. respecto de la aprobación de la Fundación ElbaProa, pero que sí en cambio comienza a sentir vientos vacacionales en puerta!
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