Entrega el Senado reconocimientos al cineasta jalisciense, Cuarón y González Iñárritu, entre otros
Distribuidores, cobardes por no apoyar al cine nacional: Del Toro
El 2008 será clave para nuestra industria fílmica: habrá luchadores e hijos de la chingada, señala el director de El laberinto del fauno
Rechaza la creación de un consejo consultivo sobre el tema
Ampliar la imagen Alejandro González Iñárritu, Angel Tavira, Alfonso Cuarón, Roberto Aguilera, Iria Gómez y Guillermo del Toro muestran los reconocimientos que recibieron ayer en el Senado por su carrera cinematográfica Foto: Carlos Cisneros
"Es un momento crítico en el que lamentablemente no se puede ser agradable ni cómodo. El año que entra es definitivo en la historia del cine, en la historia de nuestra identidad: habrá luchadores e hijos de la chingada", lanzó el multipremiado cineasta Guillermo del Toro durante el homenaje que el Senado de la República rindió a destacados miembros de la comunidad cinematográfica, en el que claramente los invitados de honor a la fiesta eran Del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, los tres amigos.
Del Toro y muchos cineastas más reconocen que este momento es decisivo: necesitan aprovechar el peso político que trae su actual fama para impulsar al cine nacional. En días recientes, los tres amigos se han reunido con diversos personajes políticos y empresariales, como el jefe del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, y el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean. Ahora aprovecharon la ocasión para plantear nuevamente los tres puntos que dieron a conocer a los medios: que parte de las utilidades de la televisión se destinen a la producción cinematográfica, que tenga buen funcionamiento lo establecido en el artículo 226 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR, sobre estímulos fiscales que favorecen la producción cinematográfica), y que los distribuidores beneficien el cine nacional y que no establezcan contratos leoninos con los productores.
Sacar al cine del TLCAN
Algunos cineastas coincidieron en afirmar que había que sacar el cine del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La senadora perredista María Rojo dijo: "está en preparación un punto de acuerdo (en el Congreso) para que se revise el tratado respecto de las industrias culturales".
El ambiente entre la comunidad del cine era de esperanza. "Se respira sensación de fiesta", dijo González Iñárritu. Celebraron, por ejemplo, que el artículo 226 del ISR ya tenga reglas de operación. A la vez, se tiene la certidumbre de que falta un larguísimo tramo por andar.
"Yo sí tengo la esperanza de convencer a los exhibidores de dar un mayor porcentaje a los productores", siguió.
Señaló que espera que al menos "50 por ciento del cine exhibido sea mexicano, como en Japón", donde se da fuerte impulso a las películas del país.
También afirmó que la televisión debe entender que "las ondas son de todos, que si no hay compromiso no la vamos a hacer".
Por su parte, Guillermo del Toro denunció la "cobardía absoluta" de los distribuidores al no proyectar películas reconocidas en el exterior, de la calidad de El violín.
La enumeración de los premios que ha recibido esta película en numerosos y prestigiosos festivales internacionales comenzó cuando su director, Francisco Vargas, se paró de su asiento, siguió mientras caminaba al podio, recibía el premio, saludaba de mano a los del presídium y a los tres amigos en primera fila y siguió cuando volvió a su asiento.
El violín, sin embargo, no ha encontrado distribuidor en México. Su realizador no se va a quedar cruzado de brazos y ya acordó una distribución independiente con la ayuda de Canana Films, a partir del 27 de abril.
Por su parte, a juzgar por sus discursos (llenos de referencias sobre la importancia de la cultura: "un país grande tiene que tener un lugar para sus artistas", dijo el legislador perredista Pablo Gómez), los senadores tienen toda la buena intención de hacer lo que esté en su competencia para beneficiar al cine nacional.
Derecho a la cultura
María Rojo anunció que "en unos días" presentarán "una iniciativa de reforma y adiciones a los artículos cuarto y 73 de nuestra Carta Magna, con el objeto de elevar a rango constitucional el derecho a la cultura.
"Los cineastas están muy bien, pero nuestra industria está mal, si es que la hay", opinó Pablo Gómez.
Por su parte, Sergio Vela, presidente del Consejo Nacional para las Culturas y las Artes (CNCA), propuso que los beneficios de índole fiscal también deben ser extendidos a otras industrias culturales.
Por otro lado, Del Toro se manifestó en contra de la iniciativa de crear un consejo consultivo de la cinematografía nacional y fue aplaudido: "no necesitamos otro consejo ni otra comisión".
La iniciativa planteaba que se creara un consejo en el cual hubiera participación de exhibidores, distribuidores y el CNCA, entre otros. Los que se oponen aseguran que esta instancia beneficiaría los intereses de distribuidores y exhibidores.
"No hace falta un organismo colegiado que le dicte al Estado mexicano la manera en que deba operar su apoyo a nuestra industria cinematográfica", explicó María Rojo.
Entre los cerca de 20 miembros de la comunidad cinematográfica que recibieron reconocimientos, destacaron, además de los tres amigos: Juan Carlos Rulfo, por En el hoyo; Angel Tavira y Francisco Vargas, por El violín; Eugenio Caballero, por la dirección de arte de El laberinto del fauno; las actrices Adriana Barraza y Vanessa Bauche, y la cineasta Iria Gómez.
"Los creadores pueden rascarse con sus propias uñas, pero, ¿queremos un país en el que se rasquen con sus propias uñas o queremos un país que tenga pegamento que una? La cultura es el pegamento que nos da identidad", opinó Alfonso Cuarón.