Las restricciones no impidieron que la plaza del Sol se convirtiera en romería
Teotihuacán recibió la afluencia más baja en los pasados 20 años
Con los brazos en alto, la larga fila de visitantes formó una enorme serpiente humana
Se redujo el daño al patrimonio arqueológico y hubo menos aglomeraciones
Ampliar la imagen Del 17 al 21 de marzo, la ciudad de los dioses recibió 90 mil visitantes para celebrar el equinoccio de primavera. Este miércoles la afluencia se redujo, debido -consideró el director de la zona arqueológica- a que fue un día laborable y, por segundo año consecutivo, se cobró la tarifa de 45 pesos. En la imagen, la jornada de ayer Foto: Víctor Camacho
Teotihuacan, Mex., 21 de marzo. Fieles a la moda disfrazada de tradición, miles de brazos se elevaron al cielo, en punto de las 12 horas, en el lugar donde el mito refiere que los hombres se convierten en dioses. Y a pesar de que este día se registró la afluencia más baja en las pasadas dos décadas en la zona arqueológica de Teotihuacán, la gran fila de personas se alargaba como una gran serpiente que terminaba en la cima de la Pirámide del Sol.
Espiritistas, indígenas, grupos religiosos y otros esotéricos dirigieron sus plegarias hacia el símbolo mayor de la antigua ciudad de Teotihuacán: el colosal monumento dedicado al astro rey.
Sólo los elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP) permanecieron impávidos y expectantes ante la gran fila humana que ascendía con los brazos en alto por los más de 230 escalones que conforman la esplendorosa pirámide.
La energía y la buena vibra estaban en su clímax. Los cuerpos bailaban, los atuendos, en su mayoría blancos, contrastaban con los atavíos de los ejecutantes de danzas prehispánicas, de los grupos vestidos de negro y de los concentrados grupos religiosos-espiritistas-curanderos que se apropiaron de la plaza del Sol y quienes destacaban en la cúspide de la pirámide por el color de su ropa.
En la cima, mientras una mujer lanzaba quejas sobre el cobro para acceder a las ruinas ''por ser de propiedad de los mexicanos", los integrantes de la PFP y elementos de seguridad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se esforzaban por mantener el orden y procuraban apresurar a las personas para que descendieran.
Flujo lineal y rápido
El andamio que se colocó en la cima impedía que los visitantes se dispersaran por la pirámide, de tal modo que el flujo fuera lineal y rápido. Poco menos de 20 minutos se permitía que una persona permaneciera en la cumbre.
Anillos de oro, velas, campanas tibetanas y diversos amuletos fueron colocados antes del mediodía entre las piedras con la idea de ''cargarlas de energía positiva".
No obstante las restricciones, la plaza del Sol parecería romería. Vendedores, curanderos, espiritistas y danzantes se apoderaron de la explanada, donde también se observaban campanas, cuarzos, bálsamos, cuchillos y hasta crucifijos, algunos para ''limpiar" a las personas y otros para alejar las ''malas vibras". Mientras tanto, los espiritistas alejaban a los demonios de la gente que pagara por ello.
La extrema seguridad, la organización y la participación solidaria de los visitantes colaboró para que las restricciones y la convocatoria lanzada por segundo año consecutivo por el INAH para no dañar con las visitas masivas el patrimonio arqueológico, surtiera efecto.
Para el equinoccio de primavera el número de visitantes decreció en comparación con el año pasado, cuando se registraron 150 mil personas, tan sólo el día 21.
Desoladora resultó la afluencia en el resto de la zona arqueológica, inclusive la también impresionante Pirámide de la Luna lucía semivacía, porque el INAH sólo permitió el ascenso hasta el primer nivel. La cima estaba acordonada con malla naranja y vigilada por policías federales.
Rogelio Rivero Chong, director de la zona arqueológica de Teotihuacán, calificó de exitosa la jornada de este 21 de marzo al haber recibido tan sólo a 15 mil visitantes, en un balance previo al cierre de taquillas y de acceso a la zona arqueológica.
En años anteriores, durante los días del equinoccio de primavera se registraba cerca de un millón de visitantes.
''Los resultados fueron positivos debido a que disminuyó el impacto que las visitas masivas ocasionan en los bienes arqueológicos, también se redujo el tiempo de espera para ascender a la cúspide de la Pirámide del Sol."
Desde hace 15 años, prosiguió el arqueólogo, se permiten las visitas masivas, aunque ''lo que proyectamos es reducirlas para empezar a revertir el impacto y tener en un lapso igual que el de una visita normal, para que las personas disfruten de Teotihuacán no sólo el día 21, sino el resto del año".
Entre las razones que propiciaron la reducción de personas en la zona, Rivero Chong señaló que fue un día laboral y se cobró la tarifa de 45 pesos por segundo año consecutivo.
''Es la primera ocasión que se recorre el día festivo al primer lunes de la semana, y eso implicó que desde el sábado 17 tuviéramos una afluencia fuerte de visitantes que se repartió hasta el día de hoy, y así registramos, en cinco días, un total de 90 mil personas."
Se redujo, señaló, el daño al patrimonio arqueológico y se evitaron aglomeraciones en la Pirámide del Sol, ''debido a la colocación del andador de madera en la cima, el cual favoreció la circulación de los visitantes y disminuyó los tiempos de espera en la fila".
Antes, añadió, las personas invertían de tres a cuatro horas, y ahora el tiempo se redujo a menos de dos horas.
Cerco con más de mil policías
Respecto del cerco policiaco, Rogelio Rivero Chong informó que participaron más de un millar de elementos para atender aspectos de salud y seguridad. Alrededor de los edificios prehispánicos hubo 600 policías estatales, 250 de la PFP y 300 de seguridad del INAH; además de los 250 policías federales apostados en el exterior de la zona arqueológica.
Durante la última jornada del equinoccio de primavera se registraron pequeños incidentes dentro de la zona arqueológica -como raspaduras, desmayos y alteraciones en la presión sanguínea en algunas personas- mientras que afuera hubo golpes entre policías y comerciantes, porque estos últimos pretendían entrar a la zona para ofrecer sus mercancías.
Asimismo, el INAH destacó la afluencia en otras zonas prehispánicas del país: El Tajín (Veracruz) recibió 2 mil 970 visitantes; Chichén Itzá (Yucatán), 928; Palenque (Chiapas), mil 244; Tulum (Quintana Roo), 439; Monte Albán (Oaxaca), 565; Tula (Hidalgo), 435; Malinalco (estado de México), 339; Xochicalco (Morelos), 2 mil 865, y Cacaxtla (Tlaxcala), 800 personas.