Nulos resultados para el país en la visita del presidente a la región: analistas
Califica el gobierno de EU de "exitosa" la gira de Bush por América Latina
La visión oficial es que se resaltó la relación "constructiva" y de "cooperación" con el área
Ampliar la imagen El presidente George W. Bush, ayer en el Salón de Recepciones Diplomáticas de la Casa Blanca, en Washington Foto: Ap
Washington, 20 de marzo. La gira de George W. Bush por América Latina generó nulo resultado en Estados Unidos, y en esta capital sólo los especialistas se acuerdan de un viaje que concluyó hace menos de una semana opacado por la guerra en Irak y los escándalos políticos en casa.
Hoy, el secretario asistente de Estado para Asuntos Hemisféricos Thomas Shannon calificó la gira como un éxito en su propósito de "presentar la cara humana de Estados Unidos a la región".
En un foro sobre la gira organizado por Diálogo Interamericano, Shannon resumió los objetivos del viaje para resaltar la relación "constructiva" y de "cooperación", la propuesta "positiva" del gobierno de Bush en torno a la "agenda social" y subrayar la importancia de la región para el público estadunidense.
Por eso, afirmó, el enfoque fue sobre "la justicia social" en el área y se ofrecieron propuestas para generar empelo, salud, educación y acceso a capital. Dijo que se busca crear una relación interamericana con base en "socios independientes fuertes con valores compartidos".
Shannon indicó que los dos temas que surgieron en casi todas las escalas fue el de biocombustibles y la migración, además del de "seguridad regional" con un enfoque particular en el combate al crimen organizado y al narcotráfico.
En cuanto a México, Shannon dijo que el presidente Felipe Calderón es "un político de gran habilidad" con quien "se puede trabajar". Expresó su confianza en que se profundizará y "consolidará" la buena relación bilateral que cimentaron Bush y el ex gobernante Vicente Fox.
Pero para otros el viaje no fue percibido como una hazaña importante, incluso algunos opinaron que si algo reveló fue que las relaciones con América Latina han llegado a uno de sus puntos más bajos.
El viaje, "tan malo como se esperaba"
Julia Sweig, directora de estudios latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations), indicó hace unos días que la gira "en general fue tan mala como yo esperaba", y añadió que es posible que en 10 o 15 años se pueda recordar este viaje como "el nadir absoluto" de las relaciones de Washington con América Latina, aunque también como un punto en el cual empezaron a cambiar las cosas. Sin embargo, subrayó que la gira "demostró realmente que las piezas tradicionales de la caja de herramienta política de Estados Unidos son cada vez más inefectivas".
En parte, explican varios expertos aquí, no se podía esperar mucho de esta gira ya que se trataba de un presidente que no podía ofrecer gran cosa, y porque los fracasos en la política exterior de este gobierno ya no podían ser superados; o sea, era un caso de demasiado poco, demasiado tarde.
Por otra parte, la gira también reveló que el gobierno de Bush y aun expertos en asuntos hemisféricos en esta capital no han registrado a fondo los cambios en América Latina, y que intentar competir con las nuevas fuerzas de la región al tratar de rebasarlas por la izquierda -empleando nueva retórica de "justicia social" y Bolívar- revela que existe una contracorriente pero que no se sabe cómo enfrentarla.
Aunque aquí los expertos reconocen que los temas de libre comercio y libre mercado ya no podrán culminar en un consenso hemisférico con un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, o algo parecido y que, con ello, el llamado "consenso de Washington" se vino abajo, aún no digieren el significado de los cambios en diversos países de la región.
Bernardo Alvarez Herrera, embajador de Venezuela en Washington, envió recientemente una carta a Diálogo Interamericano argumentando que el debate sobre América Latina en Washington sigue definido por una óptica estadunidense que no logra aceptar los nuevos conceptos y principios que se generan en la región. Criticó el análisis del centro señalando que "la suposición de fondo es que los intereses de Estados Unidos son los mismos que los intereses latinoamericanos".
En la carta, el embajador Alvarez indica que el análisis de procesos como el venezolano no reconocen que hay una reorganización social, política y económica que sólo puede ser interpretada a través de nuevos conceptos, y no a través de un prisma que supone que "no hay alternativas a la organización liberal de fuerzas políticas, económicas y sociales promovidas por Washington". Eso, concluye, es lo que ha llevado a tantos fracasos de la política esadunidense en el pasado, y afirma que un diálogo real tiene que empezar con la suposición de que los intereses y definiciones estadunidenses no son "el único tema sobre la mesa". Por lo tanto, rehúsa la invitación de Diálogo Interamericano hasta que se reconozcan las nuevas realidades y así tener un "diálogo de verdad".
Para Sweig, la pregunta ahora no es cómo ofrecer alguna asistencia simbólica para promover cambios en América Latina, sino "hacer una pregunta más grande: ¿cómo nos está cambiando a nosotros América Latina?" Considera que "el flujo de personas y capital al norte y al sur, y las implicaciones demográficas, políticas, sociales y culturales de eso, yo creo, son transformativas. La nueva dirección de las discusiones en Estados Unidos tienen que centrarse en cómo nos adaptaremos a esa nueva realidad". Esos temas incluyen comercio e inmigración, pero el gran reto de este debate sobre la relación interamericana, argumenta Sweig, es más bien el doméstico, qué y cómo se argumentan dentro de Estados Unidos las implicaciones y el potencial de la relación con América Latina.
Mientras, la gran ironía de la gira presidencial es qué motivó más debate y cobertura de la competencia de Washington, y la figura de eso fue Hugo Chávez. Y para variar, el venezolano tuvo la última palabra. Justo al regreso de Bush, ABC News transmitió en tres programas diferentes una entrevista de Barbara Walters con el presidente venezolano en la cual ofreció sus críticas de la política estadunidense y sus opiniones de la coyuntura hemisférica. Al final, Walters le preguntó cómo calificaría, del 1 al 10, la gira de Bush. hávez respondió: "Uno. Uno, pero sólo porque soy generoso, porque podría ser de menos 5".