Susana Saravia presenta la exposición Buenos Aires cero en una galería de Polanco
Combina artista ''las vibraciones del color y los silencios'' en sus obras
La artista argentina Susana Saravia exhibe su obra en la galería Francisco Díaz de León, de Polanco, con el título Buenos Aires cero.
La muestra es el deseo de hallar un lazo, así sea invisible, entre los acordes que sitúan a la metrópoli del cono sur en la hora crucial de la madrugada porteña, con el instante en que, desde el silencio de las pinturas, surge a ''fuego lento" el eco de un bandoneón. Por lo menos eso escribió la curadora Lelia Driben en la presentación.
Con 18 años de residencia en México, la bonaerense Susana Saravia acepta que en Buenos Aires cero las vibraciones del color y los silencios puedan causar melancolía, pero ese no fue el objetivo, "algunos son como brumas, como horizontes, como paisajes".
En sus pinturas y dibujos, agrega, ''siempre me remito a formas orgánicas, y mediante esas formas que pueden ser del cuerpo humano o de la naturaleza, lo que pretendo decir son aspectos de destrucción y construcción, a veces remiten a un periodo de la historia de nuestros países, a los desaparecidos políticos, siempre están los negros, como esas sombras".
La artista eligió el abstraccionismo, ''por la libertad que me otorga, no existe la forma. Aunque los críticos dicen que mi pintura se encuentra entre la abstracción y la figuración, pero yo me considero abstracta".
Encargada de la curaduría y la museografía, Driben dice: ''inventemos un imaginario: entre el cielo y la tierra una pintura abstracta representa la nada, puede ser una nada colmada de figuras y formas arreferenciales -pensemos en Kadinsky, Klee o en el cubismo analítico- con lo cual esa nada redondea una tregua".
Muestra dedicada a Carlos Gorriarena
Susana Saravia cursó estudios de sicología social en la escuela Enrique Pichón Riviere y de arte en la Prilidiano Pueyrredón; después se convirtió en discípula del renombrado pintor argentino Carlos Gorriarena, a quien está dedicada la muestra en México, que se inauguró a principios de marzo.
Como él, vivió el exilio interno. A los 29 años realizó tareas de asistencia en las zonas más pobres de Buenos Aires. ''Creí que me enriquecía ingresar en un mundo muy duro. Yo hacía mi trabajo militante en esos barrios marginales".
Agrega: ''Como tampoco en Argentina podemos vivir de nuestra pintura, me gustaba enseñar, hace falta mucho aprendizaje, desde el trabajo creado, y así lo enfoco, porque hay mucha carencia de lo que es creativo. Yo vi como un vínculo para transmitir lo que también a mí me cuesta".
En 1986, Susana Saravia expuso en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y poco tiempo después en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Actualmente es profesora en el Instituto Universitario Nacional de Arte, dependiente de la Universidad de Buenos Aires.
Buenos Aires cero incluye unas 25 obras, entre dibujos en carbón y lienzos grandes. Sobresale una media docena de cuadros, de 70 centímetros por 1.80 metros, realizados durante tres años, en que utilizaba una plantilla que derivaba de un aparato ortopédico. ''Ya en la pintura se semejan a las costillas del cuerpo. Usé esa plantilla para hacer columnas vertebrales rotas".
Además, su intención también era ''tratar de conciliar lo que quería decir, estos cuerpos desmembrados con las artes plásticas. Esas costillas, a veces enteras, a veces rotas, siempre me remitieron a cuerpos muy orgánicos, por eso muchas personas que las observan las remiten a la naturaleza".
Las obras se encuentran como en una instalación, ''en la sala están colocadas como yo las ponía en mi estudio cuando las iba creando", indica Saravia.
Buenos Aires cero concluirá exhibición el sábado 24 de marzo en la galería Francisco Díaz de León, de El Seminario de Cultura Mexicana (Presidente Mazaryk 526, Polanco).