''El pueblo mexicano escogió a un buen hombre'', dice
Mea culpa del texano en materia de tráfico de drogas y delincuencia
Mérida, Yuc., 13 de marzo. El presidente estadunidense, George W. Bush, reconoció abiertamente que su país todavía tiene "mucho por hacer" en la lucha contra el tráfico de drogas y la delincuencia organizada. "Hay narcotráfico, porque existe la demanda para la droga", dijo.
El mandatario del principal país consumidor de estupefacientes, señaló que Estados Unidos tiene que hacer un mejor esfuerzo para reducir la demanda de la droga, y agradeció reiteradamente a su homólogo mexicano, Felipe Calderón, las acciones "valientes" que ha tomado en sus primeros cien días de gobierno para hacer respetar el estado de derecho y combatir a la delincuencia organizada.
Durante la cena que ofreció al mandatario mexicano, Bush se refirió a Calderón como un hombre dedicado y entregado a su pueblo, un "pensador innovador" y trabajador. Y al recordar la "muy reñida" elección del pasado 2 de julio -que también le recordaron su primera elección al frente del gobierno de Estados Unidos-, dijo que el pueblo mexicano finalmente "escogió a un buen hombre" para ser presidente.
A la cena, realizada en la Hacienda de Xcanatún, a unos 20 kilómetros de esta capital, acudieron selectos miembros de la clase política y empresarial del país. Por ejemplo, en la mesa contigua a la de los mandatarios, que departieron con sus esposas, los embajadores respectivos, Arturo Sarukhán y Tony Garza; el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño; el gobernador de la entidad, Patricio Patrón, y Guillermo Ortiz Mayagoitia, presidente de la Suprema Corte; también se encontraban los empresarios Carlos Slim, Lorenzo Zambrano y Roberto Hernández; la canciller Patricia Espinosa; los priístas Beatriz Paredes, dirigente del tricolor; el gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás; los líderes panistas Manuel Espino y Gerardo Buganza; poco más allá, en otra mesa, el compositor Armando Manzanero y el arzobispo Emilio Berlié.
En tanto, el presidente Felipe Calderón señaló que la "interdependencia" es el signo actual de la relación entre ambas naciones, y dijo que con esta visita se inaugura una "nueva etapa" en esta relación bilateral, caracterizada por una renovada capacidad de entender los desafíos que se enfrentan bajo el principio de corresponsabilidad. Inclusive, el mandatario advirtió que América del Norte no podrá alcanzar la seguridad si no se impulsa al mismo tiempo la prosperidad. "Esperamos que por el bien de Estados Unidos y por el bien de México pueda concretarse pronto y bajo su liderazgo una legislación responsable en los congresos, que atienda de manera integral el tema migratorio", dijo Calderón al mandatario huésped, pues le insistió que sólo la prosperidad compartida garantizará una América del Norte unida por la paz, por la armonía y por el trabajo.
Por si hubiera alguna duda sobre la intención del mensaje, Calderón recurrió a una frase del presidente Benjamín Franklin cuando dijo: "O caminamos todos juntos hacia la paz o no la encontraremos", insistiéndole en el tema migratorio.
En el contexto de la reunión bilateral que sostienen los presidentes de México y Estados Unidos, sus esposas, Margarita Zavala y Laura Bush, respectivamente, sostuvieron un encuentro privado en el que intercambiaron puntos de vista y experiencias sobre el trabajo que se realiza con comunidades migrantes. Ahí, Zavala le manifestó a su interlocutora su preocupación por la situación de niños y niñas migrantes de México, los procesos de repatriación, así como por los familiares de quienes emigran.