Usted está aquí: domingo 11 de marzo de 2007 Política A la mitad del foro

A la mitad del foro

León García Soler

Aguila en el alambre

Ampliar la imagen Medidas de seguridad para George W. Bush en Uruguay, uno de los países que forman parte de la gira del presidente de Estados Unidos por Latinoamérica Foto: Reuters

Perdió la brújula George W. Bush. El petrolero tejano aterrizó en Brasil para firmar con Lula, líder sindical, creador del Partido de los Trabajadores, un acuerdo para producir etanol. Energía de la caña de azúcar brasileña y del maíz amarillo de Norteamérica. Nadie habló de que al mismo tiempo la Unión Europea se comprometía a reducir en 20 por ciento, para el año 2020, los niveles de emisiones de gas de 1990 y llegar al 30 por ciento si China, India y Estados Unidos se unen al compromiso.

El plan europeo supera al Protocolo de Kyoto que obliga a los 35 firmantes a reducir un promedio de 5 por ciento ese nivel para 2012. Bush no ha firmado dicho protocolo. Lula, el presidente Da Silva, obtuvo una reducción de 54 centavos de dólar a las tarifas del etanol de Brasil. Pero no logró que las eliminaran. Ese es asunto del Congreso, dijo Bush. Menos mal que Felipe Calderón y su embajador Arturo Sarukhán anticiparon que la migración no será tema obsesivo y prioritario en la agenda bilateral de las relaciones con el vecino del norte. Queda el maíz. Y ni la conversión del cristiano vuelto a nacer a la biotecnología lava el chapopote. Maíz amarillo para etanol y el blanco para harinas y especular alegremente con la mano del metate del mercado.

Bush voló a la América nuestra y demostró la distancia que hay entre el discurso y la acción. "Mi viaje es para explicar tan claramente como pueda que nuestra nación es generosa y compasiva, que cuando vemos pobreza, nos importa". En el callejón sin salida de Irak y Afganistán, los neoconservadores callan; los adelantados de la verdad única anuncian el peligro de la izquierda que suma gobiernos en la América nuestra. Aunque ninguno proponga abandonar la economía de mercado y en Londres reducen el presupuesto y el libre acceso a volúmenes en la British Library donde se pasea el fantasma de Karl Marx. De ahí que lo del etanol sea para el largo plazo de Keynes y lo del maíz blanco para el PAN nuestro de cada día.

El petróleo es mucho más que un insumo. Es fuente de energía y factor clave de la geopolítica. Dice Bush en Sao Paulo que "cuando estás superando tu dependencia del petróleo, dependes de la gente que trabaja la tierra". Por ahí dicen que, en español, dijo "campesinos". Zapata vive. Las protestas acompañan a Bush en su viaje: los millones de pobres, urbanos y campesinos, son paisaje, auditorio para el debate sin fin entre Chávez y Bush, entre el presidente de Venezuela, exportador de petróleo, y el de Estados Unidos, su principal cliente. Uno vende y el otro compra en el mundo del poderío unilateral y la ética de mercaderes. "Canasta de cuentos mexicanos". Historia y memoria, diría Jacques Le Goff.

En el Cono Sur se multiplican las protestas de los pobres y las promesas de los poderosos. Hay naciones en las que la izquierda ha tomado el poder y también, como diría la gran anarquista Federica Fontseny, en las que el poder ha tomado al socialismo. Rebeldes y patriarcas en la contradanza constante. Hay gobiernos y socialdemócratas. Y los peronistas postularán, dicen, a la señora esposa de Kirchner. Todavía vaga por esos pagos Isabelita. Y Menem canta Caminito y pasea las galas de cambalache. Pálido y pardo el paso de Vicente Fox por el poder que no supo ni pudo ejercer. Pero la alternancia dejó el albo plumaje en el pantano.

Felipe Calderón combate el crimen organizado y resiste embates de la derecha extrema. Yunque, falanges, legionarios y cristeros, condottieri de cardenales, imponen su ley y en el PAN, en los gobiernos de Aguascalientes, de Guanajuato, de Jalisco. Otros gobiernos panistas hay, pero en el oscurantismo no todos son pardos. El poder corrompe. Pero Acton concluye que lo trágico no es que el poder corrompa a los hombres, sino que estos corrompan las instituciones del poder constituido. A la sombra de su higuera, Calderón sabe cierto lo que repetía el tuxpeño Reyes Heroles: lo que resiste apoya.

Motivo suficiente para dialogar con el PRI, con Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa al frente de extensa comisión y firmes en la vocación política y voluntad de poder. No es poca cosa. Mas todavía que en San Lázaro ratificarán la iniciativa generada en el Senado por Beltrones y respaldada por Carlos Navarrete y Santiago Creel. Los tres partidos dominantes enfrentan tendencias disolventes. Eso y la amenaza de la extrema derecha interna y el fundamentalismo unilateral del imperio que revive la pesadilla de la guerra fría.

Felipe Calderón va a recibir a George W. Bush en una hacienda yucateca. En la tierra de la guerra de castas, el peonaje acasillado, el reparto agrario y el asesinato de Carrillo Puerto. De la reinstauración de la casta divina a nombre de la democracia sin adjetivos. Dependencia del petróleo, uno que compra y otro que vende. Dice Bush que para aliviarse de esa adicción hay que depender de los que trabajan la tierra. Pero allá subsidian generosamente a los sembradores de maíz amarillo y aquí eliminamos todo apoyo, crédito, avío, extensionismo agrícola. Desaparecieron la Conasupo; por la corrupción, dijeron. Como el cornudo que quemó el sofá porque ahí descubrió a su mujer con el amante.

El petróleo será tema capital de la reunión de jefes de Estado. Pero al son de la guerra nuestra contra el crimen organizado y la guerra contra el terrorismo indefinible; sin límites, sin fronteras, sin fin. Calderón envió iniciativas de reformas de ley y de la institución del Ministerio Público para no seguir operando al filo de la suspensión de facto de garantías individuales, amparado en el mando incontestable del Ejecutivo sobre las fuerzas armadas. Pero a nombre del fundamentalismo religioso y el desprecio por el derecho ajeno, Bush dicta el estado de excepción a propios y extraños; confirma el credo de Dulles: Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses.

Nadie pide rechazar la economía de mercado, pero ya ni los puritanos de la globalidad y la ortodoxia neoconservadora niegan que el mercado es insuperable generador de riqueza, pero de nada sirve para repartirla; que la embriaguez financiera finisecular produjo concentración de enormes riquezas en muy pocas manos y portentosa progresión geométrica de la pobreza que padecen millones de seres humanos. Aunque aún circulen entre nosotros postulantes del portento del Consenso de Washington y timoratos que exigen reformas hacendarias a fondo, estructurales, dicen, pero en los bueyes de sus compatriotas.

La presión del fundamentalismo religioso y el unto del petróleo es tal que Bush y sus procónsules no ocultan los lineamientos dictados. Wall Street informaba esta semana del contrato obtenido por Verint Technologies, Inc. para instalar un centro de espionaje telefónico en territorio mexicano. El viernes pasado envió el Presidente al Congreso una iniciativa que permita a las autoridades policiales instalar sistemas de espionaje telefónico sin necesidad de obtener previamente una orden judicial. ¿Qué fue primero, el huevo o las golondrinas en el alambre? Aguila calva, águila de cabeza blanca. Males son del tiempo, pero es una pena ir atrás y no en ancas cuando se tuvo el tino de recuperar el águila del Escudo Nacional, de perfil, posada en un nopal y devorando una serpiente.

 
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