Por la falta de recursos se presentará únicamente en su versión de ópera-concierto
Contra todo pronóstico, mañana será el estreno de Motezuma, de Vivaldi
Pocos músicos de este país cultivan la tradición barroca, deplora el director escénico
Ampliar la imagen Aspectos del ensayo, el pasado 3 de marzo en el teatro Benito Juárez, del elenco de la ópera del compositor italiano Antonio Vivaldi que se representará mañana sábado y el domingo en el Teatro de la Ciudad (Donceles 36, Centro Histórico) FOTOJosé Antonio López
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En el ámbito no siempre amable de la política cultural, aún hay espacio para el idealismo. Ese elemento hará posible el estreno en México de la ópera Motezuma, este sábado (18 horas) y el domingo (17 horas), en el Teatro de la Ciudad, cuando todos los pronósticos indicaban lo contrario.
La obra, estrenada en 1733 y perdida durante más de 250 años, marca un punto de inflexión en la trayectoria de su autor, Antonio Vivaldi, quien incursionó con ella en el estilo de la ópera napolitana, ''más galante y flexible", donde la voz de los cantantes resalta más, afirmó el director alemán Michael Form a La Jornada.
Con la participación de los artistas mexicanos Humberto Spíndola en la escenografía y el vestuario en papel, y Martín Acosta en la coordinación escénica, el montaje cuenta la historia ficticia del romance entre la hija del tlatoani azteca Moctezuma y el vástago de Hernán Cortés, en el contexto de la invasión española a tierras mesoamericanas.
Las dificultades que debió enfrentar la ópera para presentarse en el país, ante la falta de apoyo económico oficial, es un factor que, pese a su importancia, los cantantes y músicos prefieren dejar atrás.
''No quisiera hablar de los problemas de las instituciones culturales. Nosotros estamos aquí por nuestro idealismo, venimos con el corazón blanco y haremos lo mejor posible para que el público mexicano disfrute de la música", aunque no se pueda montar la obra con las condiciones ideales, manifestó Form.
El trabajo de un genio contemporáneo
Cuando fue redescubierta en 2002, como parte de un archivo alemán robado por las tropas rusas durante la Segunda Guerra Mundial, la partitura de Vivaldi sólo tenía completas dos terceras partes, y la mayoría de los expertos coincidían en señalar que reconstruirla sería una labor casi imposible.
Pero el compositor austriaco Thomas Leininger, de sólo 24 años de edad, concretó la hazaña. Aunque nunca estudió música formalmente, gracias a su talento logró ''ponerse en los zapatos" del creador barroco italiano y escribir como si estuviera en pleno siglo XVIII.
Tras conseguir una copia de la obra, Leininger se dedicó a analizarla, la comparó con otras creaciones de la misma época en un auténtico ''trabajo arqueológico" y logró recrear varios minutos de música a partir de sólo 15 segundos. ''Es una de las maravillas de Vivaldi, sólo que no la escribió él", definió Form.
Uno de los aspectos que mayor fascinación provoca la figura de Moctezuma es su carácter ambiguo. Frente a los conquistadores españoles se muestra débil, titubea, pero la historia oficial ha terminado reivindicando su imagen.
''Los mexicanos -añadió el director escénico- son un público con una conciencia viva, y espero que tengan una reacción fuerte con este personaje."
Igualmente efectivo, espera Michael Form, que sea el impacto de la obra entre los potenciales patrocinadores.
''Con sólo un millón de pesos podríamos garantizar más funciones, además de la que vamos a dar el 17 de marzo en Tampico", dijo.
Si bien Motezuma será representada sólo como una versión de concierto, el director insistió en la importancia de traerla a México, para que los espectadores conozcan la visión ''utópica" de la Europa de hace tres siglos respecto de las civilizaciones prehispánicas.
No es un fenómeno nuevo, pero no deja de sorprender el hecho de que las manifestaciones culturales mexicanas despierten más interés y apoyo en el extranjero que dentro del país, apuntó Form.
''Es triste que haya ese vacío. Casi no hay músicos mexicanos estudiando en Europa para cultivar la tradición barroca. Sin un mecenas anónimo que aportó 50 mil francos suizos, hubiéramos tenido que cancelar el proyecto" de Motezuma.