Usted está aquí: domingo 4 de marzo de 2007 Política Falta de agua y riego eficiente

Antonio Gershenson

Falta de agua y riego eficiente

Hace unos días se expresó la preocupación de que, si no se toman medidas, en cinco años hará crisis la falta de agua en la ciudad de México. Unos días antes se anunció que, para el Distrito Federal, el presupuesto de inversiones para 2007 para agua y drenaje sería mayor que el de todas las otras obras públicas juntas. De una u otra manera, es claro el problema de la falta de agua. Y si vemos alrededor, estará claro que no es sólo un problema local, sino que es a la vez parte de un problema nacional.

Hay algo que casi no se ha usado en México y que permitiría un mejor uso del agua: el riego eficiente. En el caso que mencionamos, podría servir para irrigar camellones, parques, etcétera, pero también para el riego de la parte rural del Distrito Federal. Y para el resto del país, es obvia su necesidad para el riego sin el actual derroche, cuando o donde hay suficiente agua, a costa de que no la haya en otros tiempos o lugares.

El primer caso del que supe, hace ya años, de riego eficiente, fue el riego por goteo. Consiste principalmente en un conjunto de depósitos, mangueras, pequeños ductos y goteros, que permite llevar el agua necesaria al lugar necesario de un cultivo. No sólo ahorra agua, sino que aumenta el rendimiento por hectárea, debido a que no falta agua, pero ésta tampoco está presente en exceso, lo cual podría causar incluso daño a las plantas.

Este sistema, sin embargo, tiene sus problemas. Generalmente, se requiere la importación de por lo menos una parte de los componentes. Se necesita un entrenamiento del personal que va a operar el sistema. Requiere de una gran inversión inicial y además hay un costo de mantenimiento que se nota. En general, se usa para cultivos muy rentables.

En el otro extremo está un conjunto de sistemas basados en vasijas porosas de barro cocido a fuego lento. Las vasijas se entierran dejando fuera lo necesario para llenarlas de agua cada vez que se requiera. Tanto en este como en los otros sistemas es común disolver los fertilizantes en el agua. Esta va fluyendo gradualmente hacia el suelo, manteniendo la humedad requerida. La habilidad necesaria, aquí, es ante todo la del alfarero, que en México abunda. Generalmente las vasijas se instalan alrededor de cada árbol o, si son líneas de plantas sembradas, a lo largo de estas líneas. Este sistema se ha usado desde hace unos 2 mil años en el norte de Africa y en el llamado Cercano o Medio Oriente. Es menos eficiente que el riego por goteo, pero mucho más que el riego convencional. La inversión es muy baja, y se puede mantener con mano de obra poco calificada, sobre todo para acarrear el agua a rellenar cada vasija. En terrenos pequeños, el relleno se puede hacer con mangueras.

Una variante intermedia usa tubos, preferentemente también de cerámica porosa, y si no de otros materiales perforados a mano. Cada tubo va enterrado entre cada dos surcos o cada dos líneas de siembra en general. El agua llega al principio de cada tubo, desde el depósito inicial, mediante tubos o mangueras sin perforaciones o porosidad.

Estos sistemas más sencillos de riego eficiente han permitido ahorros de agua de 30 a 60 por ciento frente a los sistemas convencionales, como son el riego por superficie, que llega a cubrir los terrenos sembrados, o el riego por aspersión. Y todos estos sistemas eficientes tienen la ventaja de mantener una humedad uniforme en la tierra vegetal, lo cual mejora los rendimientos.

Busqué hace un tiempo en el sitio de Internet de la universidad agronómica de Chapingo, y consulté su programa de estudios. Tienen una gran variedad de áreas de enseñanza, incluso por ejemplo ingeniería de presas. Pero no encontré nada sobre estos sistemas eficientes de riego. Creo que es un buen momento para emprender trabajos, investigaciones y proyectos en esta área en centros de enseñanza superior relacionados con el tema.

Para que esto dé sus mejores resultados, claro, debe dejarse la política tecnocrática de abandono del campo, y se deben impulsar en general las actividades agropecuarias.

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