"Eso es no conocer el barrio", afirma autor de un libro sobre la historia de la zona
Equivocado, pensar que Tepito está desahuciado: investigador
Para la solución de su problemática sugiere privilegiar el diálogo a la acción policial
Ampliar la imagen Trabajos de demolición del inmueble marcado con el número 33 de la calle Jesús Carranza, en el barrio de Tepito, de la delegación Cuauhtémoc, el cual fue expropiado por el gobierno de la ciudad con fines de utilidad pública Foto: Yazmín Ortega Cortés
Ernesto Aréchiga, docente de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, (UACM) y autor del libro Tepito: del antiguo barrio de indios al arrabal, consideró una lectura equivocada pensar que la zona está desahuciada, que su tejido social se resquebrajó sin remedio, "eso es no conocer al barrio."
Afirmó que hay antropólogos, historiadores, artistas que trabajan dentro de la comunidad de manera individual y en organizaciones, documentando las actividades de mucha gente que no tiene nada que ver con la delincuencia, ni siquiera con la piratería. "Hay zapateros, relojeros, hay uno en particular que es un maestro reconocido hasta en Suiza, o Luis Arévalo, que tiene un premio de la UNESCO por su trabajo artesanal y social con los niños de la calle. Es además, probablemente, el barrio más estudiado de la ciudad, y eso no es gratuito", apuntó.
Arechiga consideró que "un gobierno de izquierda debe privilegiar el diálogo, la sensibilidad para entender y ayudar a recomponer esos tejidos sociales dañados, los procesos culturales y sociales; es equivocado privilegiar el enfoque policiaco, eso lo esperamos de un gobierno de derecha, más bien".
Apuntó que su experiencia de trabajo en el barrio le indica que efectivamente se requieren más y mejores servicios "en Tepito; se necesita atender a los niños de las madres trabajadoras, por ejemplo las que trabajan en el tianguis, porque los chiquitos están ahí todo el día, jugando entre los puestos. Estoy convencido después de estudiar y trabajar en el barrio, que Tepito sí se puede recuperar, pero se requiere trabajar con su población."
Las acciones contra la delincuencia en Tepito servirán sólo si se acompañan de muchos otros procesos, como la depuración de los cuerpos policiacos y la aplicación de una política social completa, que incluya a la comunidad y a las organizaciones que ya tienen años trabajando dentro, desde la Iglesia católica hasta las ONG, y los estudiosos del barrio que tienen un trabajo importante en el lugar, dijo en una entrevista difundida por esa universidad.
"Esta comunidad tiene una complejidad social que debe entenderse, para no continuar con decisiones verticales que no incorporan a una comunidad compleja y rica."
Recordó además que el primer Tepitazo, en 1979, "también fue un acto espectacular, es más, en aquella ocasión llegó el Ejército, y han ido repitiendo estos actos espectaculares a lo largo del tiempo, que acaban en algunas detenciones. Cuando termina el efecto mediático, los retenes se quitan, pero socialmente no se ha resuelto nada."¿El resultado? La delincuencia sigue ahí."
Por su parte, el profesor Iván Gomezcésar, académico y coordinador del Programa de Enlace Comunitario de dicha universidad, señaló que "si el gobierno ignora a la población y no trabaja con el barrio, y con toda la gente que se ha empeñado en estudiarlo, Tepito se puede volver el pequeño Irak local".
Al hablar de los recientes operativos y de la expropiación del predio conocido como Tenoch 40, afirmó que hasta ahora este tipo de dispositivos han provocado respuestas cada vez más fuertes de la gente, por la incapacidad de establecer un diálogo con la diversidad que representan los tepiteños.
En todo caso, llamó al gobierno local a salirse de la dinámica impuesta por el federal, de realizar acciones que privilegian la visión policiaca y punitiva ante problemas que tienen fondos sociales y culturales; "el uso extremo de la fuerza por parte de la Federación no ha dado resultados".
En este contexto, dijo que si la intención es crear un espacio de salud y de educación, se requiere de consensos, primero con los directamente afectados, con los tepiteños, y con los ciudadanos en general. "Necesitamos que se conozca el proyecto social, si el operativo policial debe ser secreto, no es el caso del proyecto social", afirmó.
"A Tepito lo han desterrado muchas veces, como en el terremoto de 1985, y ahí está, con una identidad y un orgullo muy particular. Tepito es un corazón cultural de México, lo que se requiere entonces son soluciones de más largo plazo, menos espectaculares pero efectivas, con un diálogo constante con la comunidad, no con acciones a rajatabla".