Difunde la Arquidiócesis alegatos en favor de Rivera

Atender demanda en EU frenaría mi labor social

ALMA E. MUÑOZ

En su alegato ante el tribunal superior del estado de California, Estados Unidos, la defensa del cardenal Norberto Rivera Carrera advirtió que si el prelado es citado a comparecer ante ese órgano estadunidense por el presunto delito de "conspiración a la pederastia", en beneficio del sacerdote Nicolás Aguilar Rivera, la diócesis -sin especificar si se trata de la Arquidiócesis de México o la diócesis de Tehuacán, por estar ambas implicadas en el asunto- "gastaría cantidades sustanciales de dinero" para el pago de abogados, y su meta social se vería frustrada.

Asimismo, tras exponer que el jerarca mexicano junto con el obispo de Tehuacán, Rodrigo Aguilar, accedería a testificar si se les requiere, delimitó claramente la división entre Rivera Carrera y el cardenal de Los Angeles, Roger Mahony -denunciados por Joaquín Aguilar, víctima de Aguilar Rivera-, al sostener que entre los dos no hay ni ha habido jamás relación alguna, además de reiterar que el primero sí alertó al estadunidense sobre las "tendencias de homosexualidad" del presunto pederasta.

Según los documentos que presentó el abogado principal del mexicano, Michael L. Cypers, ante el tribunal de California el pasado 13 de febrero, el jerarca católico defendió que "nunca" otorgó permiso a Nicolás Aguilar para ejercer el ministerio sacerdotal en Los Angeles, tal como le imputa la parte acusadora.

"Como obispo de la diócesis (de Tehuacán) bajo el código de la ley canónica, yo no tenía la autoridad para transferir al padre Aguilar o a ningún sacerdote." Más bien, aclaró, le "otorgué permiso para servir" en aquella circunscripción eclesiástica "a condición de que el cardenal Mahony (titular de aquella arquidiócesis) lo aceptara primero para dicho servicio", tras advertirle de "mi sospecha de que el padre Aguilar sufría de problemas de homosexualismo".

Sorpresivamente, la defensa informó que Nicolás Aguilar renunció, con carácter de irrevocable, como pastor de la parroquia de San Sebastián Mártir, en Cuacnopalan, Puebla, el 27 de enero de 1987, un año después de que "fuera asaltado en su residencia (de ese lugar)", luego de un "incidente homosexual".

Los papeles entregados al tribunal se publicaron ayer en la página de Internet del servicio de información de la Arquidiócesis de México, que encabeza el cardenal Rivera, después de que éste decidió cancelar -durante la Cuaresma, se argumentó- las entrevistas que acostumbraba dar a la prensa al término de su homilía de los domingos en la Catedral metropolitana.

Antes, el abogado de la curia, Bernardo Fernández del Castillo hijo, leyó un documento en el cual señaló que hasta la fecha el órgano superior de justicia de California "no ha practicado notificación alguna a la arquidiócesis (sic) de Tehuacán o al cardenal arzobispo Norberto Rivera Carrera".

Pero que, pese a ello, por decisión de la defensa encabezada por Cypers, se "tomó el acuerdo de comparecer ante el tribunal de referencia en forma voluntaria y espontánea, con objeto de oponer la excepción de falta de jurisdicción para conocer de la demanda planteada, ya que el actor de la misma (Joaquín Aguilar) es mexicano, reclamando hechos presuntamente acontecidos en la ciudad de México en el año de 1994 y contra mexicanos".

Frente a ello, citó, "quien debe conocer del caso son los tribunales competentes de México". Subrayó que "el cardenal Norberto Rivera nunca ha escondido al padre Aguilar de la justicia, como tampoco ha ocultado su paradero a las autoridades o a los oficiales de la Iglesia en México, ni en California, e ignora el paradero del mismo".

Se queja Desde la Fe

En Desde la Fe, periódico del arzobispado de México, la curia resaltó otra vez la intención de la parte acusadora -apoyado por la red de sobrevivientes de abusos sexuales- por "comercializar" con este caso relacionado con pederastia, y denunció que todos ellos, incluida la periodista Sanjuana Martínez (que sigue el caso de cerca) son apoyados por algunos medios informativos "sin escrúpulos, que no pueden ocultar su odio a la Iglesia católica".