DISQUERO
El barroco cibernético
Entre los frutos parteaguas del año crucial de 1968 está un álbum que se convirtió de inmediato en clásico y en leyenda: Switched-On Bach, firmado por Wendy Carlos, quien en su increíble laboratorio modificó el entonces comercializado Sintetizador Moog, invento de su amigo Robert Moog, y lo convirtió en un instrumento musical que no ha sido superado aún por la más compleja tecnología que nos asombra hoy.
Hasta ese momento la música electrónica había alcanzado un esplendor de asombro de manos del italiano Luciano Berio y el alemán Karlheniz Stockhausen, a la cabeza de pioneros emplazados en búsquedas de nuevas sonoridades y medios expresivos, en tratándose del desarrollo del arte de los sonidos y los silencios luego de terminada la etapa posromántica, posguerra y demás crisis de identidad.
La compositora Wendy Carlos nació como el bebé Walter Carlos el 14 de noviembre de 1939 en Powtucket, Rhode Island. Estudió física y música en la Universidad de Brown y en la Columbia-Princeton inició el periodo de creación genial con sus colegas Otto Luening, Charles Witenberg y su maestro Vladimir Ussachevsky. Firmó sus primeros seis discos como Walter Carlos y desde este álbum histórico se llama Wendy.
Después se sometió a una operación quirúrgica para cambiar de sexo por completo. Las maravillas de su genio se multiplicaron en conciertos y discos y conferencias y demostraciones frente a científicos subsiguientes. La consagración definitiva ocurrió merced a Stanley Kubrick, ese gran descubridor de músicas ignotas y portentosas, quien le solicitó materiales para su filme clásico Naranja mecánica. Este primer y definitivo álbum, Switche-On Bach, es una obra maestra de inteligencia, comprensión y creatividad.