Usted está aquí: sábado 17 de febrero de 2007 Opinión Los de abajo

Los de abajo

Gloria Muñoz Ramírez

Hazaña cotidiana

Mantener un plantón durante más de nueve meses no es fácil, y conservarlo en condiciones de hostigamiento permanente, en las afueras del penal de Santiaguito, estado de México, se ha convertido en una hazaña cotidiana protagonizada por decenas de personas que continúan exigiendo la libertad de los presos políticos detenidos en San Salvador Atenco, y el castigo a los culpables de las vejaciones cometidas en su contra, que han sido ampliamente documentadas por organismos internacionales de derechos humanos.

El 3 y 4 de mayo de 2006 están en la memoria de los más grandes agravios cometidos contra un poblado en resistencia. Más de 200 hombres y mujeres del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y gente solidaria de la otra campaña, fueron brutalmente golpeados, torturados, vejados, humillados y violados por órdenes de los gobiernos federal y estatal. Actualmente 27 permanecen en el penal de Santiaguito y tres más en el de máxima seguridad del Altiplano.

El pasado 6 de febrero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió un fallo mayoritario para que se investigue si hubo violaciones graves cometidas por la fuerza pública contra la población. Sin embargo, esta acción, que podría haber sido una buena señal, vino acompañada de una serie de provocaciones contra los detenidos y contra los que integran un plantón que ya es emblema de la solidaridad y el acompañamiento que no claudica. Los y las que los conforman han hecho de la protesta una forma de vida bajo las inclemencias del tiempo y, sobre todo, frente a las constantes provocaciones y amenazas de las autoridades y personal del penal.

En estos días, a partir de la revisión del caso por la SCJN, la situación en Santiaguito es la siguiente: prohibición del paso de alimentos el día de la visita familiar, lectura de correspondencia personal, impedimento a selección del paso de periódicos, libros y revistas. Además, reportan los presos desde la cárcel, "el trato del personal, tanto con los detenidos como con los familiares, es prepotente... Y tenemos conocimiento mediante personas nativas y cercanas al penal, de que el director, Irineo Monroy Dávila, tiene conocidos de la colonia SUTEIM San Miguel Almoloya, y que los utiliza como provocadores contra quienes se encuentran en el plantón.

"Como jurídicamente no hay más elementos para seguir reteniéndonos, entonces nos intentan provocar para abrirnos otros procesos 'legales' dentro del mismo penal... Hacemos responsable al director del penal de lo que pueda suceder, tanto a los compañeros que se encuentran en el plantón, como a nosotros... Pedimos la protección de los organismos de derechos humanos nacionales e internacionales, y exigimos nuestro traslado inmediato al penal del Molino de las Flores", denuncian desde Santiaguito.

Han pasado nueve meses y no son pocos los que no olvidan lo ocurrido en Atenco. Este 24 de febrero se organiza una tocada en el bosque de Tlalpan por la libertad de los y las presas (Los de abajo, Salón Victoria, Antidoping y muchos más).

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