Usted está aquí: miércoles 14 de febrero de 2007 Política La SG, maniatada para proteger a los apostadores

Los centros de juego establecen reglas propias

La SG, maniatada para proteger a los apostadores

FABIOLA MARTINEZ

En México, en los centros de apuestas los jugadores se encuentran en estado de vulnerabilidad, debido a que cada establecimiento fija sus reglas para las diversas modalidades de entretenimiento, sin que la Secretaría de Gobernación (SG) pueda incidir.

De acuerdo con información oficial ­difundida por la Dirección General Adjunta de Juegos y Sorteos de la SG­, los permisionarios entregaron a la dependencia, el año pasado, cerca de 15 millones de pesos por concepto de "premios no cobrados", es decir, cantidades que no llegaron a los bolsillos de los jugadores por razones desconocidas.

La mayor cifra de "premios no cobrados" se genera, precisamente, en los negocios con mayor auge: salas de sorteos de números (bingos) y centros de apuestas remotas (books), sin que hasta el momento la SG ­entidad supervisora de esa área­ haya ofrecido detalles sobre dicho fenómeno, pese a que el monto va en ascenso respecto de lo reportado en 2005.

La empresa que más dinero reportó como "premios no cobrados" es Administradora Mexicana de Hipódromo. En 2005 ese renglón ascendió a 5.2 millones de pesos, y para el cierre de 2006 la cifra había crecido a 11 millones 462 mil 690 pesos.

Administradora Mexicana de Hipódromo trabaja actualmente 41 centros de apuestas remotas (sport books) e igual número de salas de sorteos de números; por el primer concepto pagó al erario 3.7 millones de pesos y por las salas de sorteos (yaks) poco más de 16 millones, que corresponden al 2 por ciento sobre el monto de tarjetas vendidas.

Los permisos para la operación de bingos y books no incluyen restricciones para la inauguración de modalidades de apuestas; éstas pueden ser, inclusive, con el soporte tecnológico que mejor convenga a los empresarios.

El caso más reciente es Multijuegos, propiedad de Televisa, mediante su filial Apuestas Internacionales, integrante del puñado de empresas que obtuvieron permisos ­el 25 de mayo de 2005­ para operar hasta 65 centros de apuestas remotas y otras tantas salas de sorteos de números.

Apuestas Internacionales lanzó Súper Lotto Millonario, Toma 3, Toma 4 y Súper Multiplicador, que realizarán sorteos semanales (con una bolsa de hasta un millón de dólares), los cuales serán transmitidos cinco días a la semana por un canal de televisión abierta.

Ese permisionario reportó "participaciones" al gobierno en 2006 por 3.9 millones de pesos, que corresponden a 2 por ciento del monto de tarjetas vendidas; esto es, la filial de Televisa habría captado, sólo por esa vía, unos 195 millones de pesos.

En ese corto lapso de operación los "premios no cobrados" ascendieron a 37 mil 390 pesos; en el caso de Espectáculos Latinoamericanos Deportivos, del grupo Caliente, propiedad de Jorge Hank Rhon, ese concepto fue, en 2006, de 283 mil 761 pesos, mientras Hipódromo Agua Caliente reportó 2.6 millones por el mismo rubro.

La proliferación de los bingos y books se ha dado con base en el reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos, que fue recientemente avalado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aunque ­en opinión de los diputados de la pasada legislatura­ transgrede la normatividad.

Los perjuicios

Además de la vulnerabilidad de los jugadores, la proliferación de loterías está erosionando las operaciones de la Lotería Nacional y de Pronósticos Deportivos, cuya finalidad es canalizar sus ganancias a la asistencia pública.

Daniel Olivares, director de la organización social Di no a los casinos, advirtió que "habrá consecuencias sociales terribles", mientras Televisa utiliza todos sus recursos para alentar a la población a participar incesantemente en juegos.

"Estamos ante un negocio leonino y doloso. Un engaño vil a la gente, en el que la empresa se reserva todas las posibilidades de ganar", expresó.

De acuerdo con Olivares, "la casa", dueña de los centros de apuesta, se queda con 90 por ciento de los ingresos y reparte el resto entre los "afortunados ganadores".

Reiteró que por cada peso que ingresa a los permisionarios, el Estado deberá erogar al menos seis para tratar de atender ­en el mediano y largo plazos­ los efectos de la ludopatía.

Según estudios internacionales sobre ese fenómeno, al menos 5 por ciento de la población adulta es atraída por esos juegos; es decir, en el caso de México al menos 3 millones de personas serán cautivas de los juegos, que ahora cuentan con el aval de la SG y la SCJN para que éstos se desarrollen a distancia: televisión, Internet y otras modalidades. "Definitivamente no hay ninguna protección para el jugador", señaló Olivares.

 
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