Convenios sobre derechos humanos, a la Constitución

Evitar la supremacía de tratados internacionales, busca la Corte

JESUS ARANDA

El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) avanza hacia un cambio de criterio en la tesis que había mantenido de que los tratados internacionales se encuentran jerárquicamente "por encima de las leyes federales y, en un segundo plano, respecto a la Constitución federal".

Al continuar ayer con la discusión sobre este tema hubo comentarios mayoritarios de ministros de que en el caso de convenios internacionales que protejan derechos fundamentales, éstos se "incorporen" a la propia Carta Magna; en cambio, cuando esté en duda la constitucionalidad de otros tratados que firme nuestro país ­particularmente comerciales­, su jerarquía respecto a leyes nacionales esté supeditada a la revisión de cada asunto en particular.

De entrada, Sergio Salvador Aguirre Anguiano dejó en claro que el tratamiento de los tratados internacionales en materia comercial y los que tienen que ver con la protección a los derechos humanos son temas diferentes, y que el pleno debe abordarlos como tal.

Por su parte, José Ramón Cossío le dijo a sus compañeros que la Constitución "no tiene ninguna regla sobre cuál es el orden jerárquico" de tratados internacionales, leyes federales y locales.

Explicó que si un tratado se firmó con posterioridad a la aplicación de una ley, entonces el que prevalece debe ser el tratado, "pero no porque tenga una jerarquía, sino porque ahí una norma vino a sustituir con una reforma tácita a la anterior".

Recordó que cuando el pleno de la Corte aprobó la tesis que ahora está a discusión sobre la jerarquía de los tratados, respecto a que éstos son superiores a las leyes federales, pero no así con relación a la Constitución, ello motiva a discutir el asunto desde otra perspectiva.

Es decir, "no admitir" dicha jerarquización entre los distintos órdenes jurídicos ­constitucional, federal y local­, como tampoco otorgarle a los tratados supremacía sobre las leyes.

Por su parte, Genaro Góngora Pimentel señaló que en términos generales la balanza se inclina hacia la primacía de los tratados sobre el derecho interno, y que no será bueno pensar que el Congreso y el Presidente de la República, "con premeditación", expidieran una ley que estuviera en todo o en parte en contra de las estipulaciones de un tratado.

Sin embargo, precisó, mientras los tratados no sean denunciados, es decir, que no sean demandados por su presunta inconstitucionalidad, tienen supremacía sobre las leyes mexicanas.

Olga Sánchez Cordero llamó la atención sobre lo que sucedió en Brasil, en donde una ley de salud que permitía la producción de medicinas genéricas contra el sida fue demandada por contravenir los tratados internacionales en materia de patentes y marcas. En ese país, dijo, prevaleció la ley de salud.

"El tema es complejo" y para su análisis se deben tomar en cuenta los modelos y las categorías, situaciones y contenidos de los mismos tratados, porque "no podríamos de manera categórica, tajante, a rajatabla establecer un sistema de jerarquías, cuando algunos temas pudieran estar realmente contraviniendo, por ejemplo, disposiciones legales de mayor beneficio, en materia de derechos fundamentales y en otras".

En este contexto, Mariano Azuela Güitrón comentó que sería muy importante establecer el criterio de que los tratados que fortalezcan los derechos humanos enriquecen a la Carta Magna, y agregó que mientras un tratado sea cuestionado por su presunta inconstitucionalidad, éste debe formar parte de la ley suprema de la nación.

La discusión continúa este martes.