Incumplió de nueva cuenta el reglamento taurino y la ley de espectáculos del DF
La Plaza México debe devolver la parte proporcional del derecho de apartado
No vinieron ni Hermoso de Mendoza ni 4 ganaderías; se lidiaron otras tantas no anunciadas
Ampliar la imagen Jorge Gutiérrez se despide en la Plaza México, en la pasada temporada Foto: Jesús Villaseca
Buenazos que son los aficionados taurinos de la Plaza México, cuya violencia y crueldad son de risa en comparación con la de los "sanos" partidarios del futbol y otros redituables deportes de bolitas, ni sufrieron ni se acongojaron por el incumplimiento de la empresa Renovación Taurina 2006 del elenco del derecho de apartado para la temporada 2006-2007, en congruencia con su antecesora.
Asistentes ocasionales al coso, la mayoría de los poseedores de derecho de apartado como un patrimonio virtual ya que se trata de un espectáculo a la baja canjean anualmente sus tarjetas más que con la seguridad de presenciar algunas tardes memorables, con la esperanza de conservar una inversión, las más de las veces ajena, con remotas posibilidades de plus valía.
No se trata de exhibir por exhibir sino de comprobar si unos juegan a cumplir y hacer cumplir la ley y otros a jugar como empresarios taurinos profesionales, una vez concluida otra exitista, que no exitosa, temporada grande en la plaza más grandota del mundo, donde el fraude, el engaño y el abuso volvieron a hacer acto de presencia.
Y es que hace muchos años en México la vida transcurre de manera virtual, como si tuviéramos un estado de derecho, como si nos comprometiéramos sin lograrlo, como si viviéramos en democracia sin conseguirlo y como si respetáramos, entre otras, una tradición taurina sin tener idea cómo.
La delegación Benito Juárez, inveterada solidaria de la empresa de la Plaza México, sea el titular de aquella del partido político que sea, salvo la memorable actuación de Eduardo Morales, delegado suplente de Ricardo Pascoe a principios del año 2000, por enésima ocasión autorizó a la empresa de la México la venta del derecho de apartado para la temporada 2006-07, siempre, claro, de acuerdo con el artículo 43 de la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en el DF, cuya fracción cuarta dice:
"Para poder vender el derecho de apartado, el titular deberá anunciar completo el elenco de matadores de toros, con especificación del número de corridas en que actuarán y las ganaderías contratadas, con detalle del número de encierros que a cada una corresponda, pero no podrá hacer el anuncio de elementos pendientes de contrato."
Por su conmovedora parte el permanentemente reformado pero incumplido reglamento taurino, en su artículo primero señala: "El presente reglamento tiene por objeto regular la celebración de espectáculos taurinos en el Distrito Federal con base en dos principios fundamentales: I. La preservación y fomento de la tradición cultural taurina en el DF, y II. La protección de los derechos del público asistente y de los demás actores que intervienen en el espectáculo".
El artículo 17 del citado reglamento señala: "En caso de incumplimiento de los compromisos contraídos en el elenco del derecho de apartado, la empresa, previa aprobación de la delegación, devolverá el importe correspondiente a la parte proporcional incumplida".
Así, estando anunciadas las ganaderías de La Joya, Santa María de Xalpa, San Martín y Manuel Martínez, éstas no se presentaron, y en cambio fueron lidiados encierros de ganaderías no anunciadas en el derecho de apartado como La Gloria, Barralva, La Soledad y Galindo. ¿Quién cuantificará esa parte proporcional incumplida?
Y más complicado aún: Cómo estimar los daños y perjuicios causados al público en general y a los tenedores del derecho de apartado en particular por la caprichosa ausencia del rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, quien para actuar en la México exigía reses de Fernando de la Mora y la empresa, tan flexible en otros casos, no accedió a ello. Y la cereza en el pastel: haber lidiado como reserva en la corrida del pasado 5 de febrero el toro número 55 de Pepe Garfias, ¡devuelto en la corrida del 12 de diciembre de 2004!
Falta ver si la delegación Benito Juárez y sus "nuevos" funcionarios acusan la misma negligencia que sus antecesores en la aplicación del reglamento taurino y la ley para espectáculos referida o toman cartas en el asunto.