Los impulsos más tremendos pueden canalizarse a través del cine: Guillermo del Toro
El laberinto... mejor película no inglesa en los premios Bafta
Mejor diseño de vestuario y maquillaje, los otros dos galardones que obtuvo la cinta
Lubezki, mejor fotografía por Niños del hombre, y Gustavo Santaolalla, mejor banda sonora, por Babel
Ampliar la imagen Guillermo del Toro, el 3 de febrero en Los Angeles, y Helen Mirren, quien ganó como mejor actriz por La reina, que además fue galardonada como la mejor película. Forest Whitaker fue distinguido mejor actor por El último rey de Escocia, y Paul Greengrass, el mejor director por United 93 Foto: Ap y Reuters
Ampliar la imagen Guillermo del Toro, el 3 de febrero en Los Angeles, y Helen Mirren, quien ganó como mejor actriz por La reina, que además fue galardonada como la mejor película. Forest Whitaker fue distinguido mejor actor por El último rey de Escocia, y Paul Greengrass, el mejor director por United 93 Foto: Ap y Reuters
Quienes trabajaron en las cintas El laberinto del fauno, Niños del hombre y Babel triunfaron hoy en el Royal Opera House, en Londres, y salieron con seis premios Bafta (Orange British Academy Film Awards) en las manos.
La gran ganadora fue la mexicana El laberinto del fauno, con tres premios, y de entre ellos destaca el de mejor película de habla no inglesa (le arrebató el galardón a Volver, de Pedro Almodóvar, para muchos la favorita en esta categoría).
La cinta de Guillermo del Toro, filmada en España, también ganó mejor diseño de vestuario (Lala Huete) y maquillaje y peluquería (José Quetglas y Blanca Sánchez).
La única otra cinta que obtuvo tres premios de la 60 edición de los Bafta, conocidos como los Oscares británicos, fue la inglesa El último rey de Escocia: película británica, actor principal (Forest Whitaker) y adaptación de guión.
Paul Greengrass ganó como mejor director (United 93). Esta cinta también se llevó premio por la edición.
La inglesa The Queen (La reina), de Stephen Frears, se llevó los premios por mejor película y mejor actriz (Helen Mirren, en el papel de la reina Isabel II). Mirren le ganó a Penélope Cruz (Volver), quien muchos creían que obtendría el premio.
De esta manera, la cinta de Almodóvar, gran favorita tras haber sido premiado por los críticos ingleses, volvió a España con las manos vacías.
Otras dos que tenían altas expectativas y que no las alcanzaron fueron Babel, del mexicano Alejandro González Iñárritu, y Casino Royale, de Martin Campbell.
Babel estaba postulada en siete categorías y sólo obtuvo un galardón: por la banda sonora, a cargo del multipremiado compositor argentino Gustavo Santaolalla (el año pasado ganó el Oscar por la música de Brokeback mountain, de Ang Lee).
Casino Royale estaba nominada en nueve categorías y sólo ganó el premio por mejor sonido.
Por otro lado, Niños del hombre, del mexicano Alfonso Cuarón y filmada en Londres, ganó mejor fotografía (Emmanuel Lubezki) y diseño de producción.
Sí, a las películas dirigidas por mexicanos y en las que laboraron mexicanos les está yendo bien. Sin embargo, como lo han señalado en numerosas ocasiones quienes trabajan en el cine y los estudiosos de este sector, lo que se reconoce es la labor de mexicanos en distintos rubros del sector cinematográfico (dirección, fotografía, maquillaje, vestuario, etcétera). Esta gente, sin embargo, muchas veces ha tenido que crear fuera de nuestro país, debido a los escasos apoyos gubernamentales federales a la cultura, y en específico al cine.
Apoyo a jóvenes cineastas
Guillermo del Toro, gran ganador de los Bafta, siempre ha puesto especial interés en lo que hacen los jóvenes cineastas mexicanos y constantemente busca maneras para apoyarlos. Por citar un caso, durante el pasado Festival Internacional de Cine en Morelia (FICM), acudió a la exhibición de la cinta mexicana El violín y, al finalizar, fue el primero en pedir la palabra: elogió efusivamente el largometraje y platicó con el director para ver de qué manera se podía apoyar su exhibición. Y es que El violín ya tiene distribuidor en Europa, pero en México aún no.
En suma, Del Toro no deja pasar entrevista sin señalar las carencias y obstáculos que enfrentan sus compañeros, y proponer caminos que podrían seguir las autoridades si tienen interés en promover el cine nacional.
Durante el pasado FICM, en octubre de 2006, platicó brevemente con este diario.
Respecto de si el arte podía ser una cura, dijo: "Creo firmemente que es verdad. Cuando era muy chavito pensaba que la catarsis era una invención rollera, pero te juro que en cada película que hago, iniciando con Cronos, ha habido una catarsis importante de algún aspecto de mi vida.
"He aprendido sobre la vida haciendo cine. Y he aprendido a hacer cine en la vida. Son dos cosas que son una y la misma y se alimentan de manera muy profunda. Existe la posibilidad de la catarsis por medio de la creación. Los impulsos más tremendos, antisociales, horripilantes: el peso, la culpa, el miedo, el dolor, todo eso, lo puedes canalizar a través de una historia".
Acerca de si el cine cumple una función social, opinó que "sí la cumple. El cine puede crear pequeñas revoluciones individuales. A mi el cine me ha cambiado la vida. Recuerdo momentos muy similares a los que retrata Preston Sturges en Sullivan's Travels, cuando están los prisioneros en las condiciones más inhumanas de trabajo, de encierro, y de repente aparece un dibujo animado que los hace reír, empiezan a reír y reír y empiezan a llorar. En momentos de mi vida en que me he sentido más destruido, más demolido, aparece una imagen y me rescata, y el más reciente lo tuve hace poco, así que no es algo que pase.
"Lo que no hace el cine, creo, son revoluciones a gran escala, es decir no he visto nunca que una sala con 3 mil personas se alce con antorchas y vaya a destronar un dictador, pero lo que el cine sí puede cuestionar es el derecho de cada persona a desear que sea destronado ese dictador, no en concreto, sino como concepto en general."