Reporte Económico
Las finanzas públicas en 2006 (1/2)
Según el Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública que recién envió la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al Congreso, en 2006 el ejercicio fiscal registró un superávit de 9 mil 767 millones de pesos, equivalente al 0.11% del PIB estimado del año (Gráfico 1).
Este superávit público total fue resultado de un balance presupuestario positivo de 8 mil 022 millones más el balance también superavitario de las entidades bajo control presupuestario indirecto por 1 mil 745 millones.
Tal balance presupuestario positivo fue a su vez resultado de un ingreso de recursos al erario por 2 billones 263 mil millones contra un gasto neto de 2 billones 255 mil millones en el año.
Presupuestado vs Ejercido
Según el Informe de Hacienda, el Congreso autorizó en el Presupuesto para 2006 un ingreso (y un gasto) por 1 billón 953 mil 500 millones (1 billón 973 mil 500 millones según la Ley de Ingresos publicada en el Diario Oficial de la Federación el 14 de diciembre de 2005), cifra que fue rebasada ampliamente durante el año: los ingresos reales fueron superiores en 310 mil millones (15.9%) a lo presupuestado autorizado, y los gastos reales en 302 mil millones (Gráfico 1).
Como consecuencia de lo anterior, el Presupuesto recién aprobado para 2007 por 2 billones 260 mil 413 millones (Reporte Económico 22/ene/2007 es nominalmente inferior en 2 mil 734 millones al efectivamente ejercido en 2006 (2 billones 263 mil 147 millones), y cerca de 4.0% inferior en términos reales (quitando la inflación).
De los ingresos excedentes obtenidos en el año (310 mil millones), 115 mil 641 millones (el 37.3%) provinieron de la recaudación tributaria no petrolera, 108 mil 362 (el 35%) del aumento de los ingresos petroleros, 51 mil 821 (el 16.7%) del incremento de ingresos no tributarios (derechos, aprovechamientos y otros) del gobierno federal, y 33 mil 823 millones (el 10.9% restante) del incremento de ingresos de las entidades de control presupuestario directo quitando a Pemex (Gráfico 1).
Más en detalle, el excedente obtenido por ingresos tributarios (115 mil 641 millones) provino de una captación por arriba de lo presupuestado de 59 mil 730 millones en el Impuesto Sobre la Renta, de 44 mil 114 millones por el IVA, de 9 mil 974 millones por impuestos a importaciones, y de 2 mil 550 millones por otros impuestos (Gráfico 2). La evasión fiscal, no obstante, se calcula fue de unos 300 mil millones de pesos en 2006 tan solo en el ISR y el IVA, y ello sin contar que montos aun mayores se dejan de captar por elusión fiscal (evasión "legal" por deficiencias o facilidades jurídicas que permiten a los grandes corporativos y a los contribuyentes de altos ingresos pagar mucho menos de lo debido).
Comparativo 2005-2006
Uno de los destinos de estos ingresos excedentes que se detallarán en la segunda parte de este análisis fue Mejorar el balance público, para lo cual se destinaron 22 mil 800 millones de pesos, mismos que permitieron al gobierno convertir el déficit de 10 mil 125 millones registrado en 2005 en el superávit de 9 mil 767 millones, ya mencionado, de 2006 (Gráfico 3). Mejor y más productivo uso pudieron haber tenido esos recursos.
En términos reales (quitando el 4.05 de inflación), los ingresos presupuestarios aumentaron 12.1% en 2006 respecto a los de 2005, y de éstos, los petroleros crecieron 14.3% y los no petroleros 10.8% (los tributarios en particular aumentaron 13.1%). El gasto neto presupuestario, a su vez, creció en 11.1% (Gráfico 3).
Del total del ingreso presupuestario, los ingresos petroleros representaron el 32.6% en el año 2000, el 37.3% en 2005 y ya el 38.0% en 2006. La petrolización de las finanzas públicas, por lo tanto, avanza en vez de disminuir.
Inconcebiblemente, mientras el petróleo aportó en 2006 ingresos a la Hacienda Pública por 861 mil millones de pesos, Pemex es sometida a una literal sequía de recursos presupuestarios para inversión, exploración, mantenimiento y expansión, y es también absurdamente obligada a sobreendeudarse y financiar sus proyectos vía Pidiregas (especie de crédito-arredamiento).
Es ya imperativo canalizar suficientes recursos presupuestales a Pemex para su desarrollo pues los hidrocarburos y su cadena productiva no sólo son el patrimonio más rentable de los mexicanos, sino además piedra angular de la viabilidad económica de México en las próximas décadas. La exportación de crudo, insistimos, debemos reducirla hasta que las reservas probadas garanticen un abasto seguro para el país de cuando menos un cuarto de siglo adelante, al tiempo que aceleremos el recambio energético en todos los órdenes.
Para ello, la legislación tributaria y Hacienda tiene que adecuarse a su cometido de captar bien y equitativamente los ingresos tributarios a fin de duplicarlos como porcentaje del PIB (actualmente ±10.5%) y liberar los ingresos petroleros para inversión en energía e infraestructura.
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