Falló la predicción de que sería mejor importar el grano que producirlo, afirma experto
La participación de empresas privadas eleva el costo de las semillas mejoradas
Ampliar la imagen El precio del maíz en México es uno de los más altos en el mundo Foto: José Carlo González
El cierre de la Productora Nacional de Semillas (Pronase) en 2003 propició la distorsión en el sistema de producción, comercio y abasto de semillas mejoradas, ya que sin ese organismo ahora son comercializadas por las empresas privadas; las de maíz tienen precios que van de un dólar y medio a siete dólares el kilogramo, los más altos en el mundo.
Alejandro Espinosa, experto del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), detalla en un estudio que el precio de las semillas en Estados Unidos es más bajo. Como ejemplo, precisa, mil semillas de híbridos simples en el país vecino se venden en 1.34 dólares, mientras que en México tienen un costo de dos dólares.
Esto, agrega, refleja claramente las diferencias entre los agricultores de cada país, además de que aquí el sector privado, sobre todo las trasnacionales, controlan 92 por ciento del comercio de semillas mejoradas, que se utilizan en 25 por ciento del territorio nacional, en zonas de alta productividad como Sinaloa, Jalisco y Guanajuato.
Sin embargo, hay grandes extensiones de tierra, en zonas aisladas y marginadas, donde antes la institución gubenamental cubría el abasto, pero esas áreas no son de interés para las compañías privadas, y recuerda que en el sexenio pasado se canceló el programa Kilo por kilo, establecido en el gobierno de Ernesto Zedillo para apoyar a los agricultores con semillas de maíz y frijol.
Detalla que la semilla mejorada, como insumo tecnológico, tiene un alto potencial productivo, a diferencia de los productos transgénicos, y sólo se utiliza 26 por ciento de ellas, lo cual es un indicador de escaso uso de tecnología.
Considera que es necesario elevar el uso de estos productos, en regiones de temporal y mediana productividad, aunque en el sexenio pasado se definió claramente la tendencia a desestimular el cultivo de maíz, sobre todo en áreas con menor potencial productivo, y por ello se limitaron los diferentes apoyos, es decir, se modificaron los lineamentos de los programas gubernamentales.
"Con base en las concepciones neoliberales, se privilegia el concepto de competitividad internacional, en cuya estrategia resulta aparentemente mejor comprar maíz del exterior que producirlo en México; sin embargo, producir este grano en el país tiene implícita la soberanía alimentaria, salvaguardar la cultura y valores que identifican a México", advierte.
Recuerda que en 2003 también se dio el intento por cancelar la investigación agrícola nacional, ya que se trató de desincorporar al INIFAP, a pesar de que esta institución ha desarrollado 250 variedades e híbridos de maíz que responden a diferentes condiciones del territorio nacional y que podrían ayudar a elevar la producción.
Agrega que se predecía que la liberalización del comercio de maíz llevará a la desaparición de los productores de subsistencia, pero ellos persistirán ya que han soportado el ingreso de importaciones del grano por encima de los cupos autorizados, por lo que "es urgente que reciban apoyos para seguir sembrando este cultivo que representa la suficiencia alimentaria".
El problema de abasto de maíz no debe analizarse como una "burbuja temporal" y producto de especulación; "es urgente que México oriente correctamente su estrategia. Fallaron las predicciones de que sería económicamente mejor importar el grano que producirlo en México", e insistir en que el problema es comercial es cerrar los ojos ante lo que ocurre en el país, señala.