57 edición de la Berlinale Arranque ambicioso
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Gael García
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Marion Cotillard
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Berlín, Alemania. Ayer inició el Festival Internacional de Cine de Berlín con algunos cambios menores en su programación y las mejores intenciones de rebasar los números imposibles de un festival como Toronto. Según se anuncia, 373 películas se proyectarán en los siguientes diez días, en sus diferentes secciones.
La central es la sección competitiva la fuente de los Osos de Oro y Plata con la tradicional veintena de películas (26 para ser exactos, cuatro fuera de competencia) que hoy se inaugura con La Môme, del francés Olivier Dahan, la biografía de la cantante Edith Piaf que, para su exportación, se llamará La vie en rose, en honor a una de sus canciones más conocidas. Aunque en Francia es una figura de dimensiones míticas, cabe preguntar si la mayoría del público joven del resto del mundo el que frecuenta las salas múltiplex tiene alguna noción de quién se trata.
El cine francés, precisamente, viene fuertemente representado con las nuevas realizaciones de autores conocidos como François Ozon (Angel), el veterano Jacques Rivette (Ne touchez pas la hache) y André Téchiné (Les temoins). En cambio, el hollywoodense, que antaño ofrecía casi la alineación completa de los candidatos al premio Oscar con su consecuente empuje publicitario, se ha limitado a lo que aún no se ha estrenado en Europa: Cartas desde Iwo Jima, de Clint Eastwood, fuera de competencia, al frente de una selección variopinta que incluye a Bordertown, de Gregory Nava, The Good German, de Steven Soderbergh y The Good Shepard, de Robert De Niro. (Los cínicos dirán que es material de un programa doble titulado The Good German Shepard); 300, de Zack Snyder, y The Walker, de Paul Schrader.
Otros directores de prestigio que competirán por los Osos son el danés Bille August (Goodbye Bafana), el coreano Park Chan-wook (Sai bo gu ji man gwen chan a) y, lo más sorprendente, el checo Jirí Menzel (Obsluhoval jsem anglickeho kralé), a quien uno suponía ya totalmente jubilado del cine.
La oferta latinoamericana se reduce a un par de títulos: El otro, del argentino Ariel Rotter, y O ano em que meus pais saíram de férias, del brasileño Cao Hamburger. (En cuanto a la participación mexicana... bueno, pues está Gael García Bernal como miembro del jurado oficial, a ser presidido por el director y guionista Paul Schrader).
Es en otras secciones donde se prometen cambios. El festival de cine infantil (Kinderfilmfest) ahora se titula Generation, en una rara estrategia para incluir también cintas de corte adolescente. Mientras que el director del Foro del Cine Joven, Christopher Terhechte, espera que se acabe este año con el cliché de que su programa es demasiado serio y nada divertido. La verdad, se sigue extrañando la época en que Ulrich Gregor estaba a cargo y el foro era, realmente, la sección más interesante de la Berlinale, donde uno conoció las primeras películas de los hoy consagrados Egoyan, Greenaway, Kaurismäki y Wong Kar-wei, entre muchos otros. Por su parte, Panorama seguirá ofreciendo su mezcla de documentales, estrenos europeos y películas de tema gay.
Entre las presentaciones especiales habrá una sección llamada Comer, beber, ver cine Celebrando al cine culinario, acompañada de la participación de importantes chefs alemanes. (Por cierto, la comida de gourmet no abunda en los restaurantes aledaños al festival). Así como la segunda representación de la película/ópera Brand Upon the Brain del canadiense Guy Maddin, estrenada en el pasado festival de Toronto. Y una versión remasterizada, digital, de la monumental Berlin Alexanderplatz, de Fassbinder. Claro, se necesita ser un fanático incondicional del cineasta alemán para dedicarle quince horas de tiempo festivalero a una película ya conocida, por muy restaurada que esté.
Finalmente, el cineasta homenajeado será el estimable realizador estadunidense Arthur Penn, a quien se dará un Oso de Oro por su carrera; y la retrospectiva enfocará a la imagen de la mujer urbana en el cine mudo.