Elizondo teme que las ejecuciones en Acapulco afecten negativamente el turismo
Cuestionan la estrategia antinarco
Dirigentes de partidos políticos, jerarcas católicos y catedráticos universitarios cuestionaron ayer la estrategia del gobierno federal para combatir al narcotráfico, pues a pesar de lo aparatoso de los operativos policiacos en varios estados y de la extradición de reos peligrosos a Estados Unidos, esas acciones han resultado insuficientes hasta ahora y continúa el recrudecimiento de la guerra entre los cárteles de las drogas y los atentados contra representantes de la ley, como ocurrió el martes en Acapulco, Guerrero.
Inclusive el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo, reconoció que los hechos de violencia perpetrados el pasado martes en aquella entidad "sin duda van a tener una repercusión" en el número de visitantes, y se mostró preocupado por el impacto que pudiera tener en Canadá el que uno de sus ciudadanos, Biagg Mandilla, haya resultado herido durante un tiroteo el pasado fin de semana en ese puerto guerrerense.
Al referirse al doble ataque de sicarios en Acapulco, el dirigente nacional del PRI, Mariano Palacios Alcocer, consideró que el arranque del nuevo gobierno federal se ha visto empañado por una ola de violencia que parece no tener fin, con todo y la espectacularidad mediática con que se montaron los dispositivos del programa en contra de la delincuencia organizada y la extradición de reos a Estados Unidos, que hasta el momento demuestran ser insuficientes.
"Es lamentable, y me parece que más que lanzar las campanas al vuelo por los operativos que hasta hoy se han montado, o por la extradición de algunos presos sentenciados por delitos contra la salud, se requiere de una política de fondo que garantice el estado de derecho, la preservación de la vida y la integridad de los bienes de los ciudadanos. Es lamentable que la violencia se esté dando en espacios donde las fuerzas de seguridad tienen su asiento", aseveró Palacios Alcocer.
Para la secretaria de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, Marcela Nolasco, los ataques ocurridos en Acapulco son una muestra del fracaso de la estrategia seguida por el gobierno de Felipe Calderón en contra del narcotráfico.
Destacó que la forma como se ha operado en contra del crimen organizado no constituye una estrategia adecuada, pues en los hechos lo que ha ocurrido es que los capos de la droga salen momentáneamente de las zonas donde se encuentra el Ejército y buscan acomodo en otros lugares.
En su oportunidad, los arzobispos Juan Sandoval Iñiguez y Felipe Aguirre Franco manifestaron su preocupación por el avance del narcotráfico en el país, ya que pone en riesgo la estabilidad y la seguridad de los mexicanos. Llamaron al gobierno federal a lograr una mejor coordinación de los cuerpos de seguridad para disminuir la violencia en todo el país.
Aguirre Franco encomió los operativos conjuntos que realizan la Procuraduría General de la República y las secretarías de Seguridad Pública, Defensa y Marina en varios estados, pero dijo que no es suficiente ese esfuerzo.
"Los operativos conjuntos están bien, pero parece que sólo persiguen el delito; lo más importante es prevenirlo. No basta combatir a la delincuencia, sino que hay que organizarnos para evitarla", insistió el arzobispo de Acapulco.
Sandoval Iñiguez también alabó los operativos, pero dijo que era necesario una mayor coordinación para lograr acciones conjuntas efectivas. "Se debe combatir el narco, no negociar con él; hay que combatirlo a fondo", puntualizó.
Fernando Tenorio Tagle, criminólogo y catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana, destacó que las siete ejecuciones en Acapulco no sólo revelan un recrudecimiento de la guerra entre cárteles, sino demuestran que "de nada sirven los operativos policiacos aplicados por la administración calderonista, ya que en los hechos se soslaya que los verdaderos problemas a atacar no están fuera de las corporaciones, sino dentro".
Juan Balboa, Laura Poy, Ciro Pérez Silva, Claudia Herrera, Karina Avilés, Georgin Saldierna y Alma E. Muñoz