Rivera Carrera: no es fácil mantener principios cristianos
El cardenal Norberto Rivera alertó a los jóvenes católicos del "desprecio a la vida" que se vive en el país. En el contexto del Día del Joven Creyente, en el Seminario Menor sostuvo que en la actualidad "no es fácil mantener los principios cristianos" por las campañas contra la natalidad, la violencia, el consumismo y las limitaciones a la libertad de culto.
Dijo que se requiere preparación para fortalecer a la sociedad mexicana. "Nadie va a aventarse como El Borras". Nuestro comportamiento, sostuvo, "no es el que va a convencer a los demás. Debemos dar testimonio desde nuestra pobreza, desde nuestra propia fragilidad, pero no debe ser de vez en cuando, sino todos los días, con palabras y testimonio".
Insistió en que se "debe entregar la vida de manera indisoluble en el matrimonio", aunque vivir "la fidelidad, a veces, no es tan fácil". En este marco, reiteró que "muchas veces no ayuda el ambiente que estamos viviendo, sobre todo cuando hay campañas contra la natalidad para esterilizar a todas sin preguntarles".
No obstante, el arzobispo primado admitió, ante los casi mil jóvenes presentes, que hay padres que "se ven restringidos a tener uno o dos hijos, porque en esas casitas de paloma no cabe más gente y por la pobreza en que viven sienten como irresponsabilidad tener más hijos".
Condenó, asimismo, que en la capital del país la violencia recaiga sobre los más débiles, las mujeres y los niños, y lamentó el mayor consumo de drogas y alcohol.
Tras esas palabras pidió a su público enumerar "otros ambientes" donde es difícil vivir la vida cristiana. Le citaron el consumismo, el alcohol, la delincuencia. "Sí, ya la mencionamos", respondió, "ha crecido la callejera y la institucional, vemos cómo la gente es perseguida y no puede llevar su vida en paz".
¿Otro? preguntó.
La escuela respondieron.
Pero la escuela no es mala dijo.
Después mencionó: "hay maestros trasnochados que quieren imponer el ateísmo", y lamentó que "muchas veces la libertad de culto no se da, porque de inmediato los tachan de mochos".
El prelado reiteró que todos los católicos "tenemos que dar nuestro testimonio en nuestro barrio, escuela o en el trabajo", aunque a veces en esos lugares "es mucho más difícil" hablar.