Usted está aquí: viernes 26 de enero de 2007 Opinión Viaje al centro de la autonomía triqui

Francisco López Bárcenas

Viaje al centro de la autonomía triqui

Al acercarnos a San Juan Copala, lo primero que se mira es una manta colocada donde comienza la brecha que comunica a la comunidad con la carretera que va a los municipios de Juxtlahuaca y Putla. En ella se lee: "Bienvenidos al municipio autónomo de San Juan Copala". Conforme vamos bajando comienzan a aparecer sus habitantes; niños y mujeres primero, después los hombres. Hasta el centro la iglesia y el palacio que en su fachada ya no dice Agencia Municipal, categoría con que el gobierno reconoce a San Juan Copala, sino Municipio Autónomo de San Juan Copala, que es en lo que los triquis han transformado ese Chuma'a, centro y corazón de la región triqui baja. Es el día 20 de enero, fecha que esas comunidades eligieron para dar a conocer al mundo las razones de esa transformación y lo que esperan lograr con ella. Por eso, aparte de los copalas ahí se encuentran reunidas cerca de 20 comunidades de la región.

El acto tiene más forma de fiesta pueblerina que de manifestación política. No abundan los discursos incendiarios, sino la participación de la gente. Los triquis ­más mujeres que hombres­ lucen sus mejores galas, a pesar de que la tensión y el miedo flotan en el ambiente. Y no es para menos. En las vísperas, sus adversarios políticos dispararon sobre ellos cuando hacían tequio para arreglar el lugar para el acto y horas después, por el rumbo de la comunidad de Agua Fría, fue asesinado el señor Roberto García Flores, originario de la comunidad Unión de los Angeles, cuando se dirigía a Copala para participar de ese acontecimiento, por demás histórico.

No es que el acto no fuera político, sino que tuvo una expresión muy propia de los protagonistas, que para eso quieren ser autónomos. Comenzó cuando se anunció a quienes presidirían el suceso: líderes de comunidades que hasta hace algunos meses se veían como rivales a muerte. Compartiendo la mesa estaban los disidentes del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT), que se separaron de su organización y formaron el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui-Independiente (MULT-I); los de la Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (UBISORT) que renunciaron al PRI argumentando que ese partido beneficia más a los del MULT que a ellos.

Lo central comenzó cuando el Consejo de Ancianos invitó a las autoridades municipales autónomas electas para que se presentaran frente a su pueblo y una vez que lo hicieron el mayordomo les entregó las varas de mando que los convierten en autoridad del naciente municipio autónomo. Después vendría la lectura de la declaración en la cual expusieron sus razones para convertirse en municipio autónomo y las tareas que como tal se han impuesto. Finalmente, ya con el símbolo del poder, el presidente municipal habló al pueblo en su lengua materna. Su discurso fue muy breve, pero impactante: llamó a la unidad de las comunidades triquis y a luchar por que haya seguridad en la región.

A lo largo de esta parte la gente escuchaba en total silencio y atención. Su interés provenía de que estaban presenciando un esfuerzo de unidad interna que busca superar la inseguridad y la violencia en la región, mismo que va acompañado del propósito de olvidar sus diferencias y trabajar por acceder a mejores niveles de vida. Eso es muy importante, ya que expresa que no están contra el gobierno porque quieran derrocarlo, sino porque no los deja ser como quieren ser. Andan de autónomos, no de rebeldes. Inclusive, después del acto insistieron en que quieren dialogar con el gobierno, pero como municipio y de acuerdo a sus formas. Luchas por recuperar su jurisdicción y las facultades políticas que hace años les arrebataron los mestizos para subordinarlos a sus intereses.

Pero no todos los vientos soplan en la misma dirección. El MULT, la organización que hace 25 años se creó para impulsar la unificación del pueblo triqui, ha dejado escuchar su voz para criticar la creación del municipio autónomo y cuestionar la honorabilidad de quienes la impulsan. No lo dicen claramente, pero dejan traslucir que están contra el municipio autónomo y en esa lógica representarán un obstáculo para que éste logre sus propósitos. De la misma manera, el gobierno municipal de Santiago Juxtlahuaca, en coordinación con el estatal, presionan para dividir a los impulsores del municipio autónomo, comprándolos o amenazándolos cuando lo primero no funciona.

Así las cosas, los escenarios y las estrategias de los triquis se bifurcan. Por un lado, los autonomistas vuelven la vista a su condición de pueblo indígena para construir su futuro; por el otro, los que en su inicio impulsaron la lucha independiente ahora apelan a las instituciones estatales ­ellos mismos son un partido político estatal­ para conseguir sus fines. Lo que no se puede negar es que la creación del municipio autónomo de San Juan Copala sacude el centro de la región y recompone el escenario político.

 
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