Usted está aquí: domingo 21 de enero de 2007 Política "Hace años los muertos fueron 11; ahora, sólo uno"

El cuerpo de Roberto García Ortiz es velado mientras realizan la ceremonia de unificación

"Hace años los muertos fueron 11; ahora, sólo uno"

EMIR OLIVARES ALONSO ENVIADO

San Juan Copala, Oax., 20 de enero. Desde esta legendaria región mixteca, donde las nubes pasan tan cerca que casi pueden tocarse y en la que prevalecen los tonos verdes sobre montañas y llanuras, la mayoría de las comunidades triquis decidieron unificarse, tras años de enfrentamientos, asesinatos y violencia, para conformarse en un municipio autónomo: San Juan Copala.

En 1948, las autoridades estatales retiraron el título de municipio a San Juan Copala, con lo que provocaron la división del pueblo triqui, al reagruparlos en los ayuntamientos de Santiago Juxtlahuaca, Putla de Guerrero y Constancia del Rosario, cabildos que desconocen desde su autonomía.

Desde temprana hora comenzó la fiesta. Los pobladores esperaban ansiosos a sus visitantes ­que llegaron de diversos puntos del país, e inclusive del mundo. Ante la extrañeza de ver a personas ajenas a sus comunidades, niños y niñas dejaban sus actividades para contemplar y perseguir las caravanas que arribaban al lugar.

Poco a poco la celebración fue tomando forma, a pesar de que horas fue asesinado en la región de Agua Fría un integrante de la comunidad Unión de los Angeles.

En este lugar, las muertes parecen ya no ser tan amargas, sino parte de la cotidianidad: "Hace años, cuando surgió el MULT (Movimiento Unificador de Lucha Triqui), los muertos fueron 11, ahora, con la unificación, sólo uno", aseguró un hombre de edad avanzada, fundador del MULT, hace casi 24 años.

El cuerpo de Roberto García Ortiz, ejecutado el pasado viernes, cuando el vehículo en que viajaba ­junto con representantes de su comunidad­ fue emboscado, descansaba sobre el corredor del palacio municipal. Sobre él, sólo una manta blanca que permitía observar la herida que provocó su muerte; decenas de veladoras acompañaban su cadáver.

Conforme el sol se posaba con fuerza, el "acto histórico" cobraba forma. Todos coincidían en que el hecho es parte de la historia, "por el logro", aunque parcial, de la unión de los pueblos indígenas de esta zona del estado de Oaxaca, pues "es el primer escalón para lograr la unificación del pueblo triqui.

"Yo sé lo que es el temor de que una bala perdida amenace a uno de tus hijos o a ti mismo; pero ahora, con esta unión, debemos luchar por nuestra autonomía, por nuestra libertad", señaló una mujer de la comunidad de Agua Fría.

Al filo del mediodía, los integrantes del consejo de ancianos hicieron su aparición pública para escoltar y acompañar hasta el podio al munícipe y su cabildo. Un par de horas más tarde les entregaron el bastón de mando, como símbolo de poder y autoridad, que los unge como nueva autoridad de ese poblado, conformado por alrededor de 15 mil habitantes.

Ataviado con pantalón de manta y guayabera verde, José Ramírez Flores, alcalde autónomo, se comprometió ante los asistentes a luchar por la unificación del pueblo triqui y por la disminución de la violencia y las cotidianas muertes que se suscitan en la región.

Tras la presentación de las autoridades autónomas ante su comunidad, una banda de guerra, conformada por niñas vestidas con la ropa típica de la región: enaguas, huipil y peinetas con flores multicolor, entonaron una melodía marcial para rendir honores a la bandera, cuya escolta también fue conformada por señoritas menores de 15 años.

El sol caía sobre los presentes de manera despiadada, pero los cientos de asistentes no cejaron en su emoción de ser parte de los acontecimientos.

Los discursos, leídos en español y triqui, representaron la parte medular del acto de presentación de las nuevas autoridades, y mientras prácticamente todo el pueblo escuchaba la declaratoria de autonomía de San Juan Copala en la voz de una niña morena, las calles de la comunidad lucían desérticas.

En la explanada en la que se efectuó la toma de posesión y se leyó la declaración de autonomía, todo el pueblo escuchó en silencio la voz de un niño en lengua triqui, y la participación de decenas de pequeños que representaron una danza típica de la región.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.