Editorial
Política exterior: Calderón, tras los pasos de Fox
En materia de política exterior, el ex presidente Vicente Fox dejó mucho a deber: durante su sexenio, la diplomacia mexicana dejó de ser un referente en América Latina y los vínculos con varios países de la región se deterioraron considerablemente (casos de Cuba, Venezuela y Bolivia). Y tal parece que el actual mandatario, Felipe Calderón, está dispuesto seguir el mismo tortuoso camino, ello a pesar de que hace poco más de una semana les pidió a los embajadores y cónsules "hacer que nuestro México (...) ocupe el lugar que le corresponde en el concierto de las naciones". De hecho, durante la toma de posesión de Daniel Ortega, en Nicaragua, el Presidente aseguró que privilegiará a Latinoamérica en su política exterior, ya que "nuestro futuro sabemos que está en América Latina".
En los últimos días, Calderón ha formulado algunas declaraciones que no pueden sino ahondar las diferencias entre México y estas naciones. Por un lado, invitó a empresas trasnacionales a invertir sus capitales en nuestro país ante el riesgo que enfrentan por la ola de nacionalizaciones en especial en el sector energético que se han registrado recientemente en Venezuela y Bolivia. Por el otro lado, durante su visita a El Salvador, Calderón advirtió sobre el peligro para la región que representa regresar a las dictaduras de antaño, ya sea de izquierda o de derecha, una afirmación que apuntaría sobre todo al régimen del presidente venezolano Hugo Chávez.
Estas declaraciones sólo pueden profundizar los desencuentros entre México y Venezuela y Bolivia, una situación que se agrava si se tiene en cuenta que los presidentes de estas naciones han lanzado señales al gobierno mexicano para mejorar las relaciones bilaterales.
Ayer viernes Chávez sostuvo que quiere "arreglar" los nexos con México, que cayeron a su nivel más bajo luego de que el ex presidente Fox se enfrascara en una dura polémica con el mandatario venezolano por el respaldo del primero al Area de Libre Comercio para las Américas, durante la Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata, Argentina, en noviembre de 2005. Posteriormente, el distanciamiento entre ambos países aumentó a raíz del abandono de Venezuela del Grupo de los Tres conformado también por México y Colombia, y del uso de la imagen de Chávez en la campaña sucia emprendida por el Partido Acción Nacional contra Andrés Manuel López Obrador. Asimismo, el presidente de Bolivia, Evo Morales, se dijo "humillado" por Fox debido a sus declaraciones sobre la negativa boliviana a exportar gas natural a México: los bolivianos tendrán que consumir ellos mismos el gas natural o "comérselo", dijo en aquella ocasión el ex mandatario. Si bien Morales aseveró que Calderón es de la misma tendencia que Fox, lamentó que el Presidente mexicano "nunca me ha planteado políticas de acercamiento hasta ahora", pero aseveró "no vamos a romper relaciones".
Las afirmaciones de Calderón dejan en claro que no ha entendido que en América Latina ha surgido una nueva realidad política, marcada por una correlación de fuerzas novedosa, con otras políticas de alineación e integración regional: se trata del eje conformado por Cuba, Venezuela, Bolivia y ahora, posiblemente, Nicaragua y Ecuador. Ello sin mencionar a Argentina y Brasil, cuyas economías han tomado un rumbo diferente al alineamiento de México con las políticas económicas de Washington. Al mismo tiempo, los posibles aliados ideológicos del gobierno mexicano en Latinoamérica están en declive, como en el caso del presidente Alvaro Uribe en Colombia.
Si de verdad Calderón pretende reforzar las relaciones con América Latina, es evidente que sus declaraciones no le ayudarán a acercarse a la región; por el contrario, podrían derivar en una mayor confrontación, e incluso aislar al país de quienes deberían ser sus mejores aliados, con lo que la diplomacia mexicana seguirá perdiendo el prestigio que se labró durante décadas gracias a principios como el respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en asuntos internos de las naciones.