Ciudades europeas, epicentros de las expresiones creativas contra la invasión
El teatro dirige la crítica mundial del arte contra la guerra en Irak
La manifestación artística refleja siempre el estado de las sociedades, señala Mark Wallinger
La Royal Shakespeare Company (RSC) presentó Mucho ruido y pocas nueces en una versión actualizada, como un comentario sobre la guerra en Irak.
El día anterior, el museo Tate Britain develó en sus galerías centrales una muestra del artista Mark Wallinger, en la que recreó con mucho trabajo la barricada gigante de protesta que desafió a las autoridades de Westminster, hasta que la policía usó sus poderes para derribarla.
El mes siguiente, el Festival Internacional de Manchester y el Museo Imperial de la Guerra presentaron la nueva obra del ganador del premio Turner, Steve McQueen: un monumento conmemorativo construido cuidadosamente en honor de los muerto en Irak.
Si bien puede argumentarse que la respuesta artística a esta crisis internacional que ha dominado los encabezados de la prensa por años ha sido lenta, parece haber llegado ya, y el teatro está encabezando la avanzada.
Una obra en Stratford, Días de significado, de Roy Williams, coincide con el análisis de David Hare sobre la cercanía de una guerra, titulado Cosas suceden, y la aclamada pieza de Gregory Burke, Vigilia negra, sobre la experiencia de un regimiento escocés en Irak, entre otras.
Jeanie O'Hare, gerente literaria de la RSC, sostiene que los teatros, incluidos los de la Arcola, de Londres, del sector de Tricycle y el Teatro Nacional han reaccionado vigorosamente contra la guerra.
"No se limitan a observar los acontecimientos y a escribir de ellos; están respondiendo porque es el hecho más relevante en sus vidas. Ejemplo de ello es la obra de Roy Williams, que es una respuesta directa y abierta a la guerra en Irak", afirmó la funcionaria.
Tiene otras tres obras en puerta para ser llevadas a escena, todas vinculadas indirectamente con el conflicto. El amplio programa de la compañía implica que tomará dos años llevar a cabo las producciones, pero todo esto deja claro que la guerra en Irak es uno de los temas más importantes en la actualidad.
"Lo que ocurre en Irak tiene resonancia en el teatro", apuntó O'Hare. "Sabemos que las consecuencias de esa guerra serán algo con lo que tendremos que vivir largo tiempo. Por eso parece que existe una necesidad de abordar el tema".
El artista plástico Yinka Shonibare, quien colocó en una instalación una bandera blanca a media asta que simboliza la imposibilidad de lograr la paz, en la galería Hayward, señala que los artistas visuales no han respondido como debían al conflicto, porque ese sector vive actualmente una bonanza económica.
Necesitamos más tiempo
Pero el director del Festival Internacional de Manchester, Alex Post, aseveró que los artistas necesitan tiempo para dar una respuesta. Su equipo ha trabajado durante dos años con Steve McQueen para crear algo que no caiga en lo superficial o lo burdo.
Para Wallinger, el maratón de protesta en contra de la guerra que organizó Brian Haws en Westminster fue lo que lo impulsó a llevar a cabo su gigantesca obra al museo Tate, esta semana.
"Me parecía que el país estaba sumido en un sopor complaciente en ese momento. En las elecciones recientes no había un partido que estuviera en contra de la guerra. Haws parecía ser el último con bríos. El es la conciencia culpable del palacio de Westminster", señaló Wallinger.
Agregó que Irak es un tema que enciende su pasión, y entiende por qué otros artistas no lo abordan. "El arte es un reflejo de la sociedad y existe una aceptación pasiva del capitalismo. Me dejó estupefacto que después del 9/11 no haya habido muchos trabajos que lo mencionaran".
Wallinger no es la única persona que piensa que el arte debería estar haciendo más. La respuesta de muchos músicos ha sido oblicua, lo que se refleja en trabajos como el de Damon Albarn, titulado El bueno, el malo y la reina.
El veterano rockero, Neil Young, produjo el álbum Living with War cuando se dio cuenta de que las jóvenes generaciones no iban a enfrentarse al reto.
"Esperaba que algún joven de 18 o 22 años escribiera estas canciones. Esperé mucho tiempo. Luego decidí que, tal vez, la generación que tiene que hacerse responsable de esto es todavía la de los años 60."
Traducción: Gabriela Fonseca