Presenta el rector de la UNAM la supercomputadora más potente de AL, y la 28 del mundo
Alarmante, el déficit de México en tecnología: De la Fuente
El mismo Estado alienta el rezago, con "graves consecuencias" para el desarrollo del país, dice
Ampliar la imagen El rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente (derecha), acompañado por Alejandro Pisanty, titular de la Dirección General de Cómputo de la máxima casa de estudios Foto: Carlos Ramos Mamahua
El déficit de tecnología en México alcanza ya dimensiones preocupantes. Mientras en países como Brasil hay avances en investigación y desarrollo, aquí existe desinterés del Estado para tener una política de ciencia y tecnología, lo que alienta el rezago tecnológico, con graves consecuencias para el desarrollo nacional, advirtió ayer el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón De la Fuente.
Resaltó que, más allá del discurso, la institución puede interactuar con las mejores universidades del muno porque, "a pesar de que tenemos menos recursos, no tenemos menos neuronas".
Al presentar la nueva supercomputadora paralela de la UNAM, llamada Kan Balam, con una capacidad de procesamiento de 7.113 billones de operaciones aritméticas por segundo, la más poderosa de Latinoamérica y la número 28 a escala mundial, De la Fuente lamentó que en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para 2007, el gasto para ciencia y tecnología no sólo no creció, sino que, "lo que parecía imposible, decreció".
Esto reconoció "pega muy duro" no sólo a la UNAM, sino también a otras universidades e instituciones públicas, que en conjunto desarrollan 80 por ciento de la investigación que se hace en el país. Asimismo, consideró preocupante que en México exista "disonancia" entre el discurso oficial y los hechos respecto a la ciencia y la tecnología, y sostuvo que para el año entrante, Brasil empezará a dejar atrás a México en materia de investigación y desarrollo, sin tomar en cuenta los acuerdos de los países europeos o asiáticos para impulsar esas actividades y buscar equipararse con Estados Unidos y Japón.
En 2006, el PEF para ciencia y tecnología se ubicó en alrededor de .36 por ciento del PIB, muy por debajo del uno por ciento fijado por la Ley de Ciencia y Tecnología como meta de la inversión federal. Y para 2007, con los recortes a los centros públicos de investigación y al propio Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la cifra rondaría alrededor de .35 por ciento del PIB, a pesar de que las autoridades insisten en ubicar en el presupuesto total los estímulos fiscales a las empresas que inviertan en esos rubros.
Este déficit tecnológico, añadió el rector de la UNAM, tiene "consecuencias graves" en el desarrollo del país, y puso como ejemplo la nanotecnología que, subrayó, es virtualmente desconocida en México, donde sólo un puñado de instituciones se dedica a ello. "No parece haber quedado claro todavía el hecho incontrovertible de que la ciencia es fundamental para el desarrollo, de igual manera que la tecnología es imprescindible para mejorar la productividad y la competitividad de los países", añadió en el acto, realizado en el auditorio de la Dirección General de Cómputo Académico (DGSCA-UNAM), donde estuvo acompañado por Alejandro Pisanty Baruch, titular de dicha dirección.
"Todos los recortes que ha habido en materia de ciencia y tecnología y los hechos al Conacyt le pegan muy duro a la UNAM y a las otras instituciones que hacen ciencia en México, que son fundamentalmente las universidades públicas, pues son las que concentran 80 por ciento de toda la actividad científica que se hace en México", afirmó. "Por eso, nos preocupa también que haya disonancia entre el discurso y los hechos. Debemos seguir de cerca la pista al presupuesto de ciencia y tecnología, y entre las varias maneras de medirlo, una permite tener una constante, que es su proporción respecto al PIB, que muestra, en todo caso, la voluntad política del gobierno en turno".
Para el rector de la UNAM, hay que ver si finalmente se va a poner en marcha una política verdaderamente comprometida del Estado para la investigación y el desarrollo, lo que requerirá, sostuvo, una concepción clara de lo que implica un verdadero compromiso político, "y los compromisos políticos que no se reflejan en inversiones resultan no ser compromisos tan formales".
Advirtió que México no puede quedarse al margen de los avances en ciencia y tecnología, "sería un error garrafal que pagarían las próximas generaciones de mexicanos". Subrayó que la universidad nacional asume los compromisos que le corresponden y trata, en la medida de sus posibilidades, de contribuir a que el país cuente con la infraestructura necesaria para que sus recursos humanos calificados puedan seguir desarrollándose académica, intelectual y profesionalmente. Actualmente, la UNAM destina más de 25 por ciento de sus recursos a la investigación, "y eso no sólo hemos tratado de mantenerlo, sino de incrementarlo cada vez más".
Consideró que con la puesta en marcha de la nueva supercomputadora se podrá seguir avanzando en la generación de una verdadera conciencia social sobre la importancia de la ciencia y la tecnología, la investigación y el desarrollo "como palancas, en verdad ineludibles, del desarrollo".
Para De la Fuente, en medio de los diversos problemas que padece el país, los mexicanos debemos voltear hacia la ciencia y la tecnología, que van a ser determinantes para nuestro futuro en términos económicos, sociales, educativos y culturales. "Esto ha permitido que aun en los años recientes, en los que el gasto federal en ciencia y tecnología no sólo no creció, sino que, lo que parecía increíble: decreció, la UNAM ha logrado mantener constante lo que representa dentro de su presupuesto la inversión en ciencia y tecnología. Imaginen cómo estaría la ciencia en México si una institución con la UNAM no hubiera mantenido constante ese compromiso".