Usted está aquí: lunes 15 de enero de 2007 Cultura Estas ruinas que ves, reflexiones sobre la historia, el paisaje y la identidad nacional

La exposición de Mariana Castillo Deball puede verse en el Museo Carrillo Gil

Estas ruinas que ves, reflexiones sobre la historia, el paisaje y la identidad nacional

Hay objetos arqueológicos que han tenido una vida agitada de vitrina en vitrina, afirma

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Entre las historias que inspiraron a Mariana Castillo Deball se encuentra la del hallazgo de la Coyolxauhqui; aquí una réplica de la cabeza colosal que está en el Museo de Antropología Foto: Cortesía del Museo Carrillo Gil

Una serie de vitrinas vacías, de no ser por unos números grandes y dorados, da pie a la exposición Estas ruinas que ves, de Mariana Castillo Deball (México, 1975), en el Museo de Arte Carrillo Gil, avenida Revolución 1608, San Angel. Cuando se acaban las vitrinas, los números, que van del uno al 80, siguen su camino sobre grandes moldes, muebles diversos y fotografías.

La muestra no tiene sentido sin el audioguía que contiene 80 "descripciones" en forma de relatos, ceremonias oficiales, discursos y leyendas. La antología de historias incluyen "el desciframiento de la escritura maya por el lingüista ruso que nunca visitó México, la aparición de la virgen en los pasillos del Metro, de cómo empezó a llover cuando el dios de la lluvia (el monolito de Coatlinchán) llegó a la ciudad de México, el itinerario de la Piedra del Sol a lo largo de los siglos, el falsificador que pidió un pedazo de arcilla en prisión para demostrar su maestría, el presidente que se creía la rencarnación de Quetzalcóatl, la patrulla que aterrizó en la base de una pirámide, el arqueólogo que protegía sus hallazgos con dinamita y un letrero anunciando peligro".

También están a la disposición del espectador las nueve monografías: Estas ruinas que ves, El monolito de Coatlinchán, Grandeza y ruina, Falsificación y falsificadores, Reproducciones, Copias y modelos, Reseña del hallazgo de la Coyolxauhqui, Sobre las partículas, Descripción histórica y cronológica de las dos piedras, y Forjando patria.

Radicada en Berlín, Castillo Deball es una artista que trabaja mucho con archivos y documentos históricos, porque le interesa ver cómo la historia se refleja en el presente. "Desde hace tiempo ­dice­ tenía ganas de hacer una exposición en torno de las recuperaciones contemporáneas de la arqueología en México, cómo funciona para legitimar una imagen de nación, cómo ha modificado el paisaje urbano, como en el caso del Templo Mayor, y cómo ha sido usado tanto por el Estado como por la cultura popular, para legitimar nuestras raíces culturales.

"También quise hacer una reflexión en torno a las instituciones culturales en México, sobre todo, una especie de historia de la museografía. Cómo se hacen las maquetas, las réplicas, las vitrinas, todo lo que soporta la obra de arte, sin mostrar la obra de arte en sí."

Para Castillo Deball algunos de los objetos arqueológicos más notables han tenido una vida agitada, transitando entre patios, bodegas, pedestales, vitrinas, museos, exposiciones itinerantes y colecciones privadas. Anota que la representación de la arqueología se extiende por medio de copias, ilustraciones, libros de texto, maquetas y souvenirs. Tanto el significado como la autenticidad del material arqueológico se mezclan en esta cadena de representaciones infinita.

En el cuadernillo que acompaña la muestra se incluye, entre otros, el texto El lenguaje de las piedras, de Jorge Ibargüengoitia, donde menciona: "Con los gobiernos revolucionarios aparece en la monumentalística mexicana una nueva tendencia que consiste en intentos sucesivos de representar ideas abstractas dentro de un estilo realista.

"Por ejemplo, un señor sin camisa, secándose la frente con una mano y deteniendo en la otra un marro inútil, representa El Trabajo. (Que si a metáforas vamos, la ausencia de camisa podría significar no sólo el trabajo, sino el trabajo mal retribuido).

"Una señora con un niño en brazos representa otra idea abstracta: La Madre. Al pie del Monumento a La Madre, en letras de oro, hay una inscripción que dice: "A la que nos amó antes de conocernos". ¿Se puede pedir algo más abstracto? Por cierto, que esta frase siempre me ha parecido incompleta. Debería decir: 'A la que, en algunos casos, nos amó antes de conocernos y la que, por lo general, después de conocernos nos echó a perder.'"

 
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