El popular ministro, a la par en sondeos con su rival socialista
Nicolas Sarkozy, candidato de la derecha a la Presidencia de Francia
Ampliar la imagen La secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice y el presidente palestino Mahmoud Abbas, antes de la conferemcia de prensa en la oficina del segundo, en la ciudad cisjordana de Ramallah Foto: Ap
París, 14 de enero. El ministro de Interior francés, Nicolas Sarkozy, fue proclamado hoy candidato de su partido, Unión por un Movimiento Popular (UMP, derecha en el poder), para las elecciones de abril y mayo y lanzó la campaña para derrotar a su gran rival, la socialista Segolene Royal, y convertirse en el "presidente del pueblo", en un congreso al que no asistió el presidente Jacques Chirac.
Sarkozy, de 51 años, era el único aspirante de la UMP en estas votaciones internas y consiguió 98.1 por ciento de los sufragios. En total, votó 69.06 por ciento de los más de 330 mil miembros de la formación.
A menos de cien días para la primera vuelta de las elecciones, este popular ministro se encuentra muy igualado con Royal en intenciones de voto, según sondeos.
Durante su discurso de más de se-senta minutos, Sarkozy tuvo palabras para todos los franceses, independientemente de sus tendencias políticas, y mostró una inesperada preocupación social, alejada de su reputación de conservador y neoliberal.
En el ámbito interior, insistió en la necesidad de controlar la inmigración y luchar contra la delincuencia, reivindicó el valor del trabajo y aseguró que desea dar "más moral al capitalismo" actual.
En el aspecto internacional, Sarkozy, acusado de estar más cercano a Estados Unidos que a los socios europeos, garantizó que Francia debe ocupar una posición clave en el mundo actual sin renunciar "a su independencia".
Además, defendió la necesidad de fijar fronteras a la Unión Europea y consideró que Turquía debe quedar fuera de ellas.
"No tengo ningún comentario que hacer sobre su nombramiento. Los franceses tienen tres meses para debatir y espero que la campaña no se reduzca a elementos menores y golpes bajos. Quiero que el debate político mantenga la dignidad", declaró por su parte Royal tras la investidura de Sarkozy.
La única nota discordante en esta fiesta de la UMP fue la ausencia del actual presidente Chirac, fundador del partido, quien ni siquiera envió un mensaje al candidato.
Enemistados desde hace más de una década, Sarkozy y Chirac representan dos generaciones distintas y dos visiones diferentes de Francia y de la manera de gobernarla.
En este momento, Chirac sólo tiene el apoyo de un reducido núcleo de miembros de la UMP, entre ellos el primer ministro, Dominique de Villepin, quien estuvo una media hora en este congreso y no realizó declaraciones.
El jefe de Estado todavía no aclaró si será candidato en las elecciones, aunque parece improbable que el mandatario, de 74 años, se arriesgue a medir sus fuerzas contra Sarkozy para un tercer mandato.