Entrevista a AHMED MULAY, EMBAJADOR DE LA REPUBLICA ARABE SAHARAUI DEMOCRATICA
"Nuestra paciencia se está agotando": pueblo saharaui
España, Francia y Marruecos bloquean su independencia
Hasta ahora hemos seguido las directrices de la ONU, pero no descartamos otros medios. Pensamos que el camino de la paz puede avanzar si conseguimos una silla en la Asamblea General del organismo
Ampliar la imagen El embajador de la RASD, Ahmed Mulay, en la entrevista con este diario Foto: Roberto García Ortiz
Olvidados en el desierto del Sahara occidental desde hace más de 30 años, los saharauis esperan el referéndum que defina su destino. Este territorio del norte africano fue colonia española hasta 1975 y desde entonces el Tribunal Internacional de Justicia decretó que se aplicara el principio de autodeterminación a ese pueblo. Sin embargo, con la complicidad de España, el territorio saharaui fue invadido por Mauritania y Marruecos.
En febrero de 1976, el Frente Polisario (Frente Popular por la Liberación de Saguia-el Hamra y Río de Oro) proclamó la República Arabe Saharaui Democrática (RASD) y en 1979 Mauritania luego de una guerra renunció a su territorio, que fue tomado por Marruecos.
Nueve años después, el Frente Polisario y el país africano alcanzaron un plan de paz, auspiciado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que incluía un alto al fuego en 1991 y la realización de un referéndum en 1992.
No obstante, debido al rechazo de Marruecos a la consulta, que podía representar la independencia del Sahara occidental, los saharauis continúan a la deriva en el desierto. Una parte de ese pueblo vive en campos para refugiados en el desierto argelino, anhelando el retorno a su tierra; otra, sobrevive en la zona ocupada por el ejército marroquí y en constante confrontación con éste.
Desde el inicio del conflicto miles de saharauis han sido torturados, desparecidos o asesinados por el gobierno de Marruecos, mientras la ONU ha fracasado una y otra vez como intermediaria para lograr la paz.
La larga espera de los saharauis para realizar el referéndum ha generado que la tensión en esa zona de conflicto se incremente. Según Ahmed Mulay, embajador de la RASD en México, el conflicto es una bomba de tiempo que amenaza la estabilidad en la región norte de Africa.
Situación actual
¿Cuál es la situación actual del pueblo saharaui?
Es muy difícil, porque la paciencia de nuestro pueblo se está acabando. Los jóvenes proponen retomar las armas y en la zona ocupada se producen todos los días enfrentamientos con el ejército marroquí. El actual rey de Marruecos, Mohamed VI, no entiende lo que su padre Hassan II había comprendido luego de muchos años de lucha: que el pueblo saharaui tiene derecho a la autodeterminación. El rey intenta eliminar el principio de autodeterminación de los pueblos, lo cual es totalmente ilegal jurídica, política y éticamente.
¿Por qué el monarca dio marcha atrás al proceso del paz?
Porque está presionado por Francia, que no quiere admitir la existencia de un Estado hispanófilo en el norte de Africa, donde siempre ejerció su poder. Por otro lado, el rey está interesado en nuestras riquezas naturales, como fosfatos, pesca, hierro, agua, gas y petróleo. Todavía tiene una idea expansionista de la región; de hecho, asegura que las islas Canarias, Ceuta y Melilla no son españolas, sino marroquíes.
¿Cuál es el balance de la gestión de Kofi Annan y qué esperan del nuevo secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon?
Annan estaba convencido de que el conflicto debía resolverse antes de que fuera demasiado tarde y designó a James Baker III para buscar la solución. Le dimos todo el apoyo. Incluso, en 1997, firmamos un plan de paz con los marroquíes, pero el problema es que en Marruecos lo que no firma el rey no existe, y cuando los comisionados marroquíes regresaron al palacio todo quedó en nada. Si Ban Ki-Moon sigue el mismo método de Annan no vamos a llegar muy lejos, porque el rey paraliza todo lo firmado por sus ministros.
Ustedes aceptaron el Plan Baker, que establecía que el territorio saharaui fuera una autonomía marroquí por cuatro años y luego celebrara elecciones y un referéndum, ¿por qué fracasó esta estrategia?
Nosotros aceptamos porque muchos marroquíes votarían en favor de nuestra soberanía. Sabemos que gran parte del pueblo marroquí estaría encantado de vivir en nuestra república, antes que en su reino, por las condiciones de represión y pobreza que padece. Nosotros y la comunidad internacional aceptamos el plan, pero fue bloqueado por Marruecos y la mano negra de Francia.
¿La solución sería la mediación de la ONU?
Hasta ahora hemos seguido las directrices de la ONU, pero no descartamos otro medio. La RASD es miembro de la Organización para la Unidad Africana y tiene relaciones diplomáticas con 80 países, por lo que creemos que en 2007 podríamos avanzar en el camino hacia la paz si conseguimos que la comunidad internacional nos apoye para tener una silla como estado observador en la Asamblea General de la ONU. Sabemos que no podemos ser miembros de esa organización mientras Francia esté en el Consejo de Seguridad o no haya reformas que lo permitan, que están siendo solicitadas por países como México.
Traición de España
La posición de España favorece a Marruecos, ¿a qué respondería la política de José Luis Rodríguez Zapatero?
El gobierno español se encuentra entre la espada y la pared. Si intentara respetar el derecho internacional y corregir su traición de 1975 al pueblo saharaui, se le echa encima Ma-rruecos mediante chantajes; pero si opta por el camino contrario, la sociedad española, que está con nuestro pueblo, se levanta contra él. Para nosotros es una política cobarde e indigna, pero sabemos que Marruecos recurre al chantaje y a la compra de políticos y empresarios.
Ante guerras con mayor cobertura informativa, como en Irak, el conflicto saharaui ha quedado olvidado. ¿Esta situación dificulta la solución del conflicto?
Nuestra juventud dice que no nos hacen caso porque en el Sahara occidental no hay balas ni sangre. Desgraciadamente, los medios sólo se interesan en la guerra y no ven el resto de conflictos internacionales de manera integral. Los medios no se dan cuenta de que en el conflicto en el norte de Africa pueden ocurrir dos situaciones catastróficas: que el pueblo saharaui presione a su gobierno para volver a la lucha armada, y que Marruecos siga gastando millones de dólares para mantener el ejército en la zona ocupada y su pueblo se levante ante la miseria y recurra inclusive al terrorismo. Si explota Marruecos no sólo va a afectar a los países vecinos, también salpicará a Europa.
Los jóvenes saharauis, des-esperanzados, han comenzado a migrar a ese continente, ¿cómo repercute ese fenómeno en la resistencia?
Tenemos 2 mil jóvenes trabajando en Europa, pero en caso de ser requeridos, acudirán. Cuando Marruecos autorizó al Rally Dakar pasar por el Sahara occidental ante la oposición de nuestro pueblo, los jóvenes que estaban en Europa se presentaron ante el Frente Polisario para recurrir a la lucha armada. Son migrantes con conciencia.
¿Violencia de género?: Impensable
Otra peculiaridad del pueblo saharaui dentro del contexto cultural árabe es el papel social y políticamente activo de sus mujeres.
Antes de la colonización española nuestro Estado era beduino y tenía una filosofía nómada en la que todo ser humano es necesario. Por eso entre el pueblo saharaui casi no existe la poligamia; una mujer se divorcia y se casa cuantas veces quiere y continúa siendo amiga de su ex cónyuge, porque la concepción del desamor occidental no existe. De los 16 representantes que conforman nuestro gobierno, tres son mujeres, y 36 por ciento de nuestro parlamento también lo son. La violencia de género es inconcebible; contamos con todo tipo de profesionistas, muchas estudiando en el extranjero.
¿Cuál es la situación de los derechos humanos en la zona ocupada?
A partir de mayo de 2005, fecha en que los saharauis festejaron con manifestaciones el nacimiento del Polisario, comenzaron las torturas y los encarcelamientos. Desde entonces seis personas han sido asesinadas por tortura y hay más de 500 desaparecidas. Ante esta situación, tememos la radicalización de nuestro pueblo y que surjan brotes terroristas. Por eso apelamos a la sensibilidad internacional para evitar un mayor desastre.